Cuando Hippócrates recorría la ciudad de Cos en la antigua Grecia, no
alcanzaba a imaginar que una estudiante de medicina, en su tercer año
de carrera, lograba pasar el examen de semiología en el Hospital San
Borja Arriaran al describir e interpretar aquellos dedos en palillo de
tambor que tenía su paciente. Hipocratismo digital dijo con certeza y
enumeró varias causas que lo explicaban y sin saberlo se transformaba en
una maga del tiempo que hacía borrar más de dos mil trescientos años
de separación desde su descripción por el padre de la medicina y unía el
barrio de avenida Matta, donde se ubicaba su nosocomio, con la isla
natal del famoso médico griego. Una continuidad temporal existe en la
enseñanza de la medicina, pero claramente las sociedades y su entorno
han cambiado y los textos médicos del hijo de Heraclides han
evolucionado a un complejo e inmenso conocimiento con grandes desafíos
para la formación y desarrollo de los médicos del siglo veintiuno. Desde
los aforismos hipocráticos se ha enseñado la importancia del ambiente
en la génesis de las enfermedades y es el primer conflicto al que se
enfrentan nuestros alumnos al atender pacientes inmersos en una sociedad
injusta y desigual, el tema de la inequidad en Salud largamente
debatido y poco solucionado. Algunos determinantes sociales en salud han
sido identificados como el nivel socioeconómico y educacional
estableciendo su relación con claras diferencias en la expectativa de
vida. La distribución de la población en sistemas público y privado ha
generado una brecha que se separa como las placas tectónicas. Los
médicos que se forman y aprenden en los hospitales públicos o adquieren
una conciencia social y un actuar comprometido con las necesidades de la
comunidad y su sistema público de salud, escuchando los gritos
desesperados de los pacientes que ameritan una atención digna y de
calidad o se entregan a las luces de neón de las clínicas privadas en
donde recibirán probablemente una mejor retribución económica al atender
al 20 % mas pudiente de la sociedad, pero se alejarán del palpitar de
las trincheras en donde se atiende cerca del 80 % de la población
chilena incluyendo a los de menores recursos. Un círculo vicioso se
genera en aquellos estudiantes de pre y post grado que aprenden
medicina y practican sus múltiples procedimientos en los pacientes
beneficiarios del sistema público para luego entregarlos con maestría
en su práctica privada bastante bien remunerada. Difícil decisión para
maestros y estudiantes ¿Es posible un equilibrio? La pregunta esta
lanzada y como siempre faltan o no existen las respuestas únicas y
definitivas.
El segundo conflicto que irá tomando cuerpo en nuestra estudiante,
mientras vayan pasando los años y continúe aprobando los exámenes de
los cursos reglamentarios y finalmente su practica de internado para
convertirse en una flamante médica, tiene que ver con la expectativa
que tiene ella y sus familiares sobre su carrera, considerando que el
éxito puede ser tan peligroso como el fracaso. La imagen de una
profesional exitosa se vincula en los tiempos actuales con un personaje
de alto consumo, individualista, en donde priman los valores económicos
y la idea de lograr un alto status social empieza a presionar
aquella cabecita llena de aforismos hipocráticos (afortunadamente
Hipócrates no conoció el neoliberalismo). El dilema instalado tiene que
ser clarificado, todos queremos un bienestar pero hay que tener cuidado
con el sobre consumo y el trabajo alienante para conseguir bienes
económicos no puede ser nuestro único objetivo en la vida. ¿Qué
herramientas le dio la academia para resolver esta duda que perfora su
delantal blanco al igual que su piocha de Dra.? En este aspecto casi
tan difícil como el anterior algunas luces podemos encontrar en los
modelos de médicos que han desarrollado su vida profesional con altos
niveles de exigencia y calidad, muchos con múltiples trabajos de
investigación, desarrollando equipos de trabajo de reconocimiento
nacional e internacional, en fin destacados profesionales que han
transitado gran parte de su tiempo en el servicio publico de salud.
Otros lo han entregado a la docencia e incluso algunos se han
trasladado a lejanos lugares cumpliendo labores humanitarias, es decir,
existe otro camino y todavía podemos elegir. ¿Qué dirección tomaran
nuestros estudiantes? No lo sabemos con exactitud pero vaya para ellos
un regalo, que puede servir como un GPS para orientarse en los caóticos
tiempos actuales y por venir, el primer aforismo hipocrático: La vida es
breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el
juicio, difícil.
Dr. Álvaro Pizarro Quevedo
Peñalolén, 15 de Enero 2011
Bruno Sommer
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/01/17/con-hippocrates-desde-los-barrios-de-cos-hasta-los-barrios-de-avenida-matta/
http://www.elciudadano.cl/2011/01/17/con-hippocrates-desde-los-barrios-de-cos-hasta-los-barrios-de-avenida-matta/
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