Cuando tres o más, no es
multitud.
En la vida, por lo general, la idea del
amor se asocia a la historia de amor vivida y compartida por dos seres
humanos. Las relaciones tanto heterosexuales como homosexuales se
vinculan al número par. Incluso los modelos legales autorizados de
representar esta unión (matrimonio, pareja de hecho…) consideran que el
lazo de unión sólo está compuesto por dos partes. Todo ello nos lleva a
una conclusión: los seres humanos concebimos las relaciones amorosas
hacia una persona y su regla es la exclusividad.
Sin embargo, esto no significa que a lo
largo de la vida, queramos o nos vayan a querer una sola vez. “En
nuestra existencia, somos conducidos por la mayoría a vivir amores
múltiples: amistades con derecho a roce, relaciones fáciles, parejas
sexuales…”, explica Yves-Alexandre Thalmann, psicólogo,
especialista en desarrollo personal y autor de Las virtudes del
poliamor (Editorial Plataforma Actual). “Si se
mira más atentamente, raros son los individuos que no han amado y
deseado más que a una persona a lo largo de su vida. De hecho estamos
inmersos en un universo de atracciones diversas y frecuentes”, añade.
¿Significa esto que la idea del amor
para siempre es puro idealismo? La respuesta es positiva y podemos
encontrarla en un simple ejemplo. En los países occidentales, los
hombres tienen una media de 11 parejas amorosas a lo largo de su vida y
las mujeres al menos 4. “El número dos no tiene un lazo natural sino
cultural con el amor. La forma binaria del amor es el producto de la
sociedad en la que nos desarrollamos a través de sistemas de valores y
de reglas. La cuestión es saber porqué se ha privilegiado la monogamia
en detrimento de otras formas posibles, elevándola al rango de dogma”,
dice Thalmann.
AMORES EN PLURAL
Así las cosas, ¿se puede pensar en vivir
el amor sin un número preconcebido de relaciones o lo que es lo mismo a
través de amores múltiples? Por poder, se puede. Pero fácil, lo que se
dice fácil, no resulta. “Los obstáculos, ya sean sociales o de orden
privado, son numerosos: los celos y la posesividad están ahí, el miedo a
ser abandonado en provecho de otra pareja no desaparece, los peligros
de la superficialidad y de la utilización del otro para satisfacer
nuestras propias necesidades son importantes”, añade dicho psicólogo.
Sin embargo, con el paso de los años no
es tan difícil encontrar a personas que han pasado de la monogamia para
toda la vida al poliamor. Es decir, tenemos varias parejas a lo largo de
nuestra vida. “Se trata de una transformación radical de nuestra visión
del amor y de las maneras de vivirlo que nos impone nuestra época; una
modificación de la ideología conyugal”.
Y es que desde que en los años 70
apareciera por primera vez el término poliamor,
lo cierto es que esta manera de ver las relaciones de pareja como algo
más abierto y en donde no hay exclusividad amorosa, comienza a ser una
práctica más extendida. Una manera de entender las relaciones a través
de una serie de valores esenciales como son el respeto mutuo, la
comunicación franca y la no posesividad. “Se trata de un estado de hecho
para ciertas personas que aspiran simplemente a vivir en paz sus
ideales, a resguardo de las opiniones negativas de la sociedad”. Por
ello los poliamorosos se distinguen por compartir las siguientes ideas:
- Abrirse al amor y responder
favorablemente cuando se presenta
- Trabajar continuamente sobre
los celos y la posesividad
- Establecer con respeto las
relaciones amorosas elegidas y cuidarlas
- Esforzarse en comunicarse de
manera clara y auténtica con su parejas; renunciar a las mentiras o
engaños y la manipulación
- Cultivar un espíritu de
gratitud por lo que se recibe más que exigir sea lo que sea a sus
parejas
- Aceptar que tendrá que
enfrentarse a la incomprensión, la desaprobación y el rechazo de los
demás
Además este tipo de relaciones es tan
variado como las personas que lo practican. En la poliamoría no hay
reglas, éstas se crean en base a la comunicación y a los amores
involucrados.
- Modelo jerárquico. Son
aquellas parejas tradicionales que mantienen un espacio de libertad y
por lo tanto en su matrimonio hay sitio para otras personas, bien a
corto, a medio o a largo plazo.
- Modelo igualitario. Ambos
miembros de la relación mantienen el mismo nivel y los mismos derechos.
- Modelo triangular o trío
amoroso. Tres personas en pie de igualdad. Este modelo es más difícil de
mantener y presupone a menudo una relación homosexual entre los dos
compañeros del mismo sexo.
DE MENTE ABIERTA
Aunque no hay estadísticas oficiales se
dice que los poliamorosos son personas muy diversas, de todo tipo de
edad, género y preferencias sexuales (artistas, académicos,
profesionales liberales, personas con cierto nivel educativo y cultural.
Algunos se interesan por el tantra, yoga, nudismo, vegetarisnismo,
ecología, salud holística…).
En cuanto a si nos podemos volver
poliamorosos de un día para otro las agrupaciones como www.poliamoria.com
consideran que es un asunto personal y que depende de la elección de
estilo de vida que se desee adoptar. “Algunas personas aprenden de
poliamoría por sus amigos, sus seres queridos, de sitios de internet, de
grupos locales de poliamoría, de conferencias regionales, de la lectura
de libros de temas poliamoría, incluso de novelas y cuentos (Robert
Heinlein, Robert Rimmer y Marion Zimmer Bradley).
También por supuesto, muchas personas crean un estilo de poliamoría
basados en sus propios pensamientos y sentimientos, al descubrir o dar
cauce a su propio deseo o capacidad para amar a varias personas a la
vez”.
Sea como sea lo que está claro es que el
poliamor,
más que una moda o un debate social, nos pone delante de una serie de
ideales o nociones que desde el principio de los tiempos han acompañado
al hombre: el amor, la libertad o el lugar de los celos en las
relaciones sexuales. “Los que eligen este camino se comprometen a
renunciar a la posesividad y a la exclusividad. Su amor se vuelve
inclusivo en la medida que incluyen a otros. El poliamor se acerca mucho
más al amor desinteresado que el amor sentimental exclusivo. Es el
eslabón perdido entre el amor erótico exclusivo y el amor universal
predicado por las diferentes escuelas espirituales”, añade Thalmann.
LA BIOLOGÍA MANDA
Los defensores de los amores múltiples
consideran que su manera de vivir es mucho más abierta y tolerante que
las de las relaciones de toda la vida. Además argumentan su teoría en
base a explicaciones científicas nada desdeñables y que al menos nos
plantean un debate:
- La monogamia tiene
fundamentos biológicos: aparece en las especies en las que un solo
progenitor no puede conseguir los recursos suficientes para asegurar las
condiciones de supervivencia de su prole, es decir, en aquellas en las
que el tiempo de gestación y de cuidados hasta la emancipación de los
pequeños se ha alargado.
- Entre las aves, por ejemplo
es muy corriente, mientras que en los mamíferos sólo lo es el 5% de las
especies, entre ellas la humana, cuyos retoños nacen muy inmaduros. Es
decir, que la exclusividad del sentimiento amoroso es un ardid de la
evolución para aumentar la especie humana.
- El sentimiento amoroso fuerte
y exclusivo o enamoramiento no está programado para durar más allá de
tres años, el tiempo que tarda la mujer para recuperar su autonomía y
para que el pequeño se haya desarrollado suficientemente.
Por Alessandra de Mora
Fuente: www.mujerchicmagazine.com
Texto -de origen externo-
incorporado a este sitio web por (no es el autor):
Cristián Andrés Sotomayor DemuthVìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/01/24/la-teoria-del-poliamor/
No hay comentarios:
Publicar un comentario