He de confesarlo: tengo miedo. Tengo miedo al futuro.
Tengo miedo a cumplir años y cansarme de luchar,integrarme en el
sistema. Es bien conocido el dicho de "si no eres revolucionario con veinte años no tienes corazón,si con cuarenta años lo sigues siendo,no tienes cabeza". Y veo en esto una amenaza en potencia a mis ideas.
No son pocos los ejemplos de revolucionarios reconvertidos a neofascistas,véase Pío Mo(ex miembro de los GRAPO y militante del PCE) o Federico Jiménez Losantos, ardiente marxista en su día. Dicen que uno no puede evitar volverse más sabio, pero no sé si se trata de de verdad de hacerse más sabio,con lo cuál todos los locos que luchamos estamos fatalmente equivocados,o simplemente de rendirse, bajar los brazos y chupar lo que venga.
Ahora mismo,a mis 17 años, estoy plenamente convencido de mi ideología libertaria,pero...¿quién sabe? Reconozco que no es fácil luchar, pero estoy orgulloso de hacerlo: me siento vivo, lleno de esperanza y de fuerza. Soy joven, tengo toda una vida por delante y voy a cambiar el mundo, soy un quijote, un idealista. O de eso me acusan. Me dicen "Berna tío, pon los pies en la tierra, no te creas esas utopías, te están comiendo la cabeza". Y yo sigo en mis trece,debo de ser muy terco.
Además,he reconocer que no sé que contestarles a los que me dicen eso; alego que soy joven, me parece razón suficiente para soñar. Dijo Simón Bolívar "De lo fácil y sencillo se ocupan los mediocres todos los días, nosotros luchamos por una utopía, por un sueño" . Y no le faltaba razón al hombre. En esta sociedad tan gris y tan inerte, se ve como una virtud el ser uno más, un "adaptado" que acate el sistema. En seguida se demoniza a aquél que osa desafiar al poder vigente, un papel que tradicionalmente desempeñaba la juventud.
Los jóvenes de hoy en día hemos perdido desgraciadamente el espíritu de aquellos universitarios parisinos que en mayo del 68 tomaron las calles para exigir un mundo nuevo. Mi generación no es así ni por asomo, es una generación de pijos, niñatas, canis, rebeldes sin causa, nazis y pseudoantifas. Quedamos unos pocos decentes,unos pocos que tenemos principios y quizás por eso choquemos con el resto de jóvenes de naturaleza borrega y conformista.
Ese reducto de resistencia,estoy seguro de que estará conmigo para exigir, como dijo Eduaro Galeano,nuestro legítimo derecho a soñar e imaginar. A diseñar un mundo justo, colorido y vivo sin que se nos increpe y se nos trate de utopistas.
Como personas no avanzadas en edad nos falta experiencia. Experiencia en esta sociedad canibalista en la que nos tocó vivir. Quizás un día la cruda realidad nos abra los ojos y pasemos a ser grises ciudadanos al servicio del Estado y del capital. Pero hasta que ese momento llegue, no pensamos dejar de soñar, no pensamos unirnos al rebaño por motu proprio ni dar un paso atrás en nuestra condición de soñadores delirantes.
Quizás nos pase como a aquél humilde corderito que, indignado, acudió un día a visitar a Dios para quejarse por ser el alimento de todas las especies. Al propio Dios se le hacía la boca agua de sólo ver al cordero y se rió de sus peticiones y de sus protestas antes de comérselo. Nosotros preferimos ser el sencillo cordero pidiendo justicia antes que ese Dios tirano al que se supone que debemos aspirar a ser.
http://www.youtube.com/watch?v=dlF3hiudcKg
No son pocos los ejemplos de revolucionarios reconvertidos a neofascistas,véase Pío Mo(ex miembro de los GRAPO y militante del PCE) o Federico Jiménez Losantos, ardiente marxista en su día. Dicen que uno no puede evitar volverse más sabio, pero no sé si se trata de de verdad de hacerse más sabio,con lo cuál todos los locos que luchamos estamos fatalmente equivocados,o simplemente de rendirse, bajar los brazos y chupar lo que venga.
Ahora mismo,a mis 17 años, estoy plenamente convencido de mi ideología libertaria,pero...¿quién sabe? Reconozco que no es fácil luchar, pero estoy orgulloso de hacerlo: me siento vivo, lleno de esperanza y de fuerza. Soy joven, tengo toda una vida por delante y voy a cambiar el mundo, soy un quijote, un idealista. O de eso me acusan. Me dicen "Berna tío, pon los pies en la tierra, no te creas esas utopías, te están comiendo la cabeza". Y yo sigo en mis trece,debo de ser muy terco.
Además,he reconocer que no sé que contestarles a los que me dicen eso; alego que soy joven, me parece razón suficiente para soñar. Dijo Simón Bolívar "De lo fácil y sencillo se ocupan los mediocres todos los días, nosotros luchamos por una utopía, por un sueño" . Y no le faltaba razón al hombre. En esta sociedad tan gris y tan inerte, se ve como una virtud el ser uno más, un "adaptado" que acate el sistema. En seguida se demoniza a aquél que osa desafiar al poder vigente, un papel que tradicionalmente desempeñaba la juventud.
Los jóvenes de hoy en día hemos perdido desgraciadamente el espíritu de aquellos universitarios parisinos que en mayo del 68 tomaron las calles para exigir un mundo nuevo. Mi generación no es así ni por asomo, es una generación de pijos, niñatas, canis, rebeldes sin causa, nazis y pseudoantifas. Quedamos unos pocos decentes,unos pocos que tenemos principios y quizás por eso choquemos con el resto de jóvenes de naturaleza borrega y conformista.
Ese reducto de resistencia,estoy seguro de que estará conmigo para exigir, como dijo Eduaro Galeano,nuestro legítimo derecho a soñar e imaginar. A diseñar un mundo justo, colorido y vivo sin que se nos increpe y se nos trate de utopistas.
Como personas no avanzadas en edad nos falta experiencia. Experiencia en esta sociedad canibalista en la que nos tocó vivir. Quizás un día la cruda realidad nos abra los ojos y pasemos a ser grises ciudadanos al servicio del Estado y del capital. Pero hasta que ese momento llegue, no pensamos dejar de soñar, no pensamos unirnos al rebaño por motu proprio ni dar un paso atrás en nuestra condición de soñadores delirantes.
Quizás nos pase como a aquél humilde corderito que, indignado, acudió un día a visitar a Dios para quejarse por ser el alimento de todas las especies. Al propio Dios se le hacía la boca agua de sólo ver al cordero y se rió de sus peticiones y de sus protestas antes de comérselo. Nosotros preferimos ser el sencillo cordero pidiendo justicia antes que ese Dios tirano al que se supone que debemos aspirar a ser.
http://www.youtube.com/watch?v=dlF3hiudcKg
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