miércoles, 19 de enero de 2011

Chile : El triunfo de la ciudadanía en Magallanes. Loreto Soto R

magallanesUna verdadera fiesta se vivió en Punta Arenas luego que se diera a conocer el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y la Asamblea Ciudadana. Los mismos autos que hace siete días bloqueaban el acceso a la ciudad, hoy se movían por las calles haciendo resonar bocinas, mientras se culminaba con actos masivos un proceso que comenzó de la misma forma: con la participación de todos los ciudadanos.
Y es que esta noche los magallánicos tienen mucho que celebrar porque, pese a que las autoridades han insistido en que en este tipo de conflicto “no se le dobló la mano a nadie”, los logros conquistados por la Asamblea son claros: lograron rebajar desde un 16,8 por ciento a un 3 por ciento el alza del gas anunciada por el Ejecutivo. En la práctica, esta conquista es aún mayor porque este 3 por ciento corresponde a la variación del IPC del año pasado, por lo que el incremento es, prácticamente, cero.
Además consiguieron 18 mil subsidios para los sectores más vulnerables y de clase de media e impulsar un proyecto de ley que regule de forma permanente la aplicación de tarifas del gas en la zona, obligando al Estado a hacerse cargo del bienestar y la calidad de vida de quienes ejercen soberanía en un punto geopolíticamente estratégico. Un soporte que tampoco es perfecto, pues el Ejecutivo deja en manos del Congreso la responsabilidad de otorgar una salida definitiva al problema.
Los magallánicos no podrían haberse conformado con menos, pues las inclemencias del clima en una zona donde el costo de la vida es mucho más alto que en la capital simplemente no dan pie a un alza del insumo básico para la calefacción, el transporte y la alimentación.
Un desenlace que el ex ministro de Energía, Ricardo Raineri, jamás llegó a imaginar. Ese fue otro triunfo que se adjudicó la Asamblea. No sólo logró su cometido inicial – impedir el radical incremento del gas – sino que ejerció tal presión con su protesta que provocó el primer gran remezón en el gabinete “de expertos” del Presidente Sebastián Piñera. Raineri duró sólo un par de días en el cargo después del paro, comprobando así que a la única persona a la que “se le acabó la fiesta” fue a él y a la administración “de excelencia”.
Ni siquiera la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado sirvió para aplacar esta enorme protesta ciudadana que recordó a muchos el “Puntarenazo” de 1985, donde la población salió a gritarle al dictador Augusto Pinochet ¡Asesino!  Es que en el último rincón del mundo tienen una manera especial de hacer las cosas porque la lejanía, que se ve aumentada por el enorme centralismo que impera en el país, los hace entender que sólo se tienen los unos a los otros para defender lo que consideran justo. En esta oportunidad la amenaza de la Ley de Seguridad del Estado ni siquiera rozó a los magallánicos que mantuvieron sus movilizaciones de forma cívica y democrática.
Este paro, que en una semana logró captar la atención de todo Chile, dio cuenta también de la debilidad del gobierno regional encabezado por la intendenta Liliana Kusanovic, quien en ningún momento fue capaz de “tomar la batuta” y servir de puente entre los ciudadanos y el Gobierno.
Con justa razón la diputada DC por la zona, Carolina Goic, calificaba el acuerdo como “un triunfo histórico para Magallanes” y añadía que con este resultado  “se marca un antes y un después para todas las regiones del país, contra el centralismo y la toma de decisiones sin considerar a la ciudadanía. Magallanes ha sido un ejemplo, especialmente la gente sencilla, trabajadora, jóvenes y familias que en forma transversal manifestaron su descontento”.
Precisamente, fueron estas miles de personas movilizadas en torno a un objetivo común las que lograron torcerle el brazo a un gobierno que ejecuta sin consultar y que tiende a imponer más que a dialogar. De hecho, se conformará una mesa de trabajo en la que todos los magallánicos tendrán algo que decir sobre los aspectos que cubrirá el proyecto de ley que regulará en el futuro las tarifas del gas. Es decir, participarán de manera directa en los asuntos que atañen y que, eventualmente, los podrían perjudicar o beneficiar.
Con justa razón también se escuchaba fuerte y claro en Punta Arenas la consigna “¡Chile escucha, así se va a la lucha!”. Una lección que recuerda que los movimientos ciudadanos organizados de nuestra historia reciente, como la Revolución Pingüina de 2006 y este “Puntarenazo”, son capaces de cambiar el rumbo de las decisiones políticas en el país.

Fuente, vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/99870/

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