viernes, 14 de enero de 2011

Sociedad : 1984, Wikileaks y cómo el Gran Hermano se volvió capitalista

El 4 de diciembre de 1948, George Orwell mandaba a la editorial Secker and Warburg el manuscrito de la que posiblemente sea su obra cumbre. Durante meses antes de enviar el libro, estuvo dudando sobre su título, barajando seriamente la posibilidad de titularlo “El último hombre en Europa”. Su editor, Frederic Warburg le convenció de cambiarlo por algo más comercial. Seis meses más tarde, el 8 de junio de 1949 se publicaba en Estados Unidos “1984“.
La obra, como todo el que la haya leído sabrá, describe un mundo dominado por estados totalitarios en los que todo gira en torno a la censura. Las personas son educadas para no pensar, e incluso en Oceanía (el estado en el que se centra el libro) se describe la existencia del Ministerio de la Verdad. Un ministerio que, paradójicamente, está ocupado de reescribir la historia, haciendo desaparecer de escritos y fotografías a las no-personas, aquellos que alguna vez pensaron, se opusieron al régimen y fueron capturados.
George Orwell, en una entrevista publicada pocos días después del lanzamiento del libro en la revista Time, comentó cómo su último libro no pretendía ser un ataque al socialismo, pero sí una muestra de sus perversiones que ya habían sido descritas en los regímenes fascistas y comunistas.

I: Feliz 1984: Pintada en el Muro de Berlín
Desde aquel momento, el horrible futuro descrito en “1984″ comenzó a ser un libro de lectura obligada en multitud de escuelas estadounidenses. El mundo estaba en plena guerra fría, y según los educadores estadounidenses, “1984″ era un libro que describía cómo era la vida bajo el gobierno comunista de los soviéticos.
Ciertamente, la censura existía en la antigua URSS. De hecho fue especialmente tangible en la década de los 80, cuando un atrevido Carl Sagan intentó publicar una crítica al enfrentamiento de las últimas décadas entre las dos grandes potencias del mundo en su ensayo “El Enemigo Común”. Sagan, envió dos copias del crítico escrito a sendas publicaciones estadounidenses y soviéticas, con el preacuerdo de que ninguno censuraría el contenido. La realidad fue totalmente distinta, mientras en Estados Unidos se publicó el ensayo junto a una nota que hacía dudar de la veracidad del mismo, en la Unión Soviética se hicieron hasta 50 modificaciones que ocultaban la realidad del gobierno comunista.
La caída del telón de acero llegó en 1989, y desde entonces el mundo ha cambiado mucho. En estas dos últimas décadas hemos vivido en un mundo en el que el capitalismo ha salido victorioso, y nos creíamos que con ello también había triunfado la libertad de expresión y el libre pensamiento, hasta que este año el mundo nos ha mostrado lo equivocados que estábamos.
Durante los últimos años se ha estado criticando duramente la censura de los pocos gobiernos comunistas existentes, centrándose las críticas en China, pero sin olvidar a Cuba o Corea del Norte. Pero en los últimos días estamos viendo como la censura está mostrándose fuera de las fronteras comunistas para asentarse en el centro del mundo capitalista.
Con las recientes filtraciones de cables diplomáticos a través de Wikileaks, el mundo está confirmando verdades que durante muchos años ha sospechado. Estas verdades están relacionadas fundamentalmente con la diplomacia estadounidense, y por ello el gobierno Estadounidense está llevando a cabo un bloqueo y una censura sin precedentes.

II: Wikileaks
Estados Unidos está presionando con todo lo que está a su alcance para acallar a Wikileaks e intentar borrarlo como si nunca hubiera existido. Ningún juez ha determinado aún que Wikileaks o sus acciones sean penables, pero como si de una no-persona se tratara, el gobierno estadounidense está bloqueando a todas las empresas que dependen de un modo u otro de él para dificultar la difusión de los dichosos cables. Lo primero fue quitar el dominio http://wikileaks.org a Wikileaks. Después llegó un bloqueo de las DNS que apuntaban a nuevo dominio localizado en Suiza, y un intento de evitar cualquier tipo de donación económica, forzando a PayPal, Mastercard y Visa a bloquear todas las cuentas y transferencias a Wikileaks y a su fundador, Julian Assange.
Pero dentro de lo preocupante que esto puede ser, quizá simplemente se trate de la punta del iceberg. El pasado 4 de diciembre, The Huffington Post filtraba la historia de cómo un antiguo alumno de la Universidad de Columbia, acutalmente trabajando para el Departamento de Estado de los EE.UU., avisaba a los estudiantes de su antiguo centro de que tuvieran cuidado a la hora de opinar sobre Wikileaks o sus filtraciones en las redes sociales, ya que podría perjudicar su futuro laboral.
El gobierno estadounidense está jugando a ser el Gran Hermano. Su imagen se está transformando poco a poco en lo que tanto criticaba tres décadas atrás cuando divulgaba 1984 entre sus estudiantes. Pero podemos estar agradecidos de que en esta ocasión la realidad no alcanza a la ficción, ya que las movilizaciones a lo largo y ancho del mundo están mostrando imposibilidad de acallar a las no-personas.

Leer más: http://recuerdosdepandora.com/reflexiones/1984-wikileaks-y-como-el-gran-heramno-se-volvio-capitalista/#ixzz1AwyNX3aS
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