Sudán es una nación diversa y un país que
representa la pluralidad de África a través de sus tribus, clanes,
etnias y grupos religiosos. Pero la unidad de Sudán se está ahora
cuestionando a la vez que se habla de unificar naciones y de crear un
día los Estados Unidos de África a través de la Unión Africana.
El punto candente allí gira alrededor del referéndum que se celebra este mes enero de 2011 en el Sur de Sudán. La Administración Obama ha anunciado formalmente que apoya la separación del Sur de Sudán del resto del Sudán.
Lo que está realmente en juego es la balcanización de Sudán. Estados Unidos y la Unión Europea lleva años apoyando a los dirigentes y milicias del Sur de Sudán.
La demonización de Sudán, un móvil político
Se ha venido auspiciando una importante campaña de demonización contra Sudán y su gobierno. Sí, es cierto que el gobierno sudanés de Jartum tiene un mal historial respecto a los derechos humanos y la corrupción estatal y que nada puede justificar este hecho. Pero se ha venido orquestando contra ese país una condena muy parcial o específica. Sin embargo, uno debería preguntarse por qué EEUU y la UE tienen en su punto de mira precisamente a Sudán mientras ignoran casualmente todo el historial de los derechos humanos de varios estados clientelistas de EEUU, entre otros, Arabia Saudí, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.
Se ha vilipendiado a Jartum como oligarquía autocrática culpable de un genocidio selectivo tanto en Darfur como en el Sur de Sudán. Esta atención deliberada al baño de sangre e inestabilidad en Darfur y el Sur de Sudán tiene motivaciones políticas, en concreto, en los vínculos de Jartum con los intereses petrolíferos de China.
Sudán suministra a China una importante cantidad de petróleo. La rivalidad geopolítica entre China y EEUU por el control de los suministros globales energéticos africanos es la verdadera razón del castigo a Sudán y del fuerte apoyo mostrado por las autoridades estadounidenses, de la UE y de Israel ante la secesión del Sur de Sudán.
Es en ese contexto donde se ha arremetido contra los intereses de China. Esto incluye el ataque de octubre de 2006 de la milicia del Movimiento por la Igualdad y la Justicia (JEM, por sus siglas en inglés) contra la Greater Nile Petroleum Company en Defra, Kordofan.
Distorsionando la violencia en Sudán
Aunque hay una crisis humanitaria en Darfur y un brote de nacionalismo regional en el Sur de Sudán, se han manipulado y distorsionado las causas subyacentes del conflicto.
Las causas subyacentes de la crisis humanitaria en Darfur y del regionalismo en el Sur de Sudán están íntimamente relacionadas con intereses económicos y estratégicos. En todo caso, los verdaderos problemas son el caos y las tribulaciones económicas auspiciadas por fuerzas externas.
Bien directamente o a través de sus apoderados en África, EEUU, la UE e Israel son los principales arquitectos de los enfrentamientos e inestabilidad existentes tanto en Darfur como en el Sur de Sudán. Estas potencias exteriores han ayudado en el entrenamiento, financiación y armamento de las milicias y fuerzas que se oponen al gobierno sudanés dentro de Sudán. En cuanto surge cualquier violencia, echan la culpa de la misma a Jartum mientras alimentan el conflicto a fin de instalarse y controlar los recursos energéticos de Sudán. La división de Sudán en varios estados es parte de ese objetivo. El apoyo al JEM, al Ejército de Liberación del Sur de Sudán (SSLA, por sus siglas en inglés) y a otras milicias que se oponen al gobierno sudanés, por parte de EEUU, la UE e Israel está orientado a conseguir el objetivo de dividir Sudán.
No es tampoco coincidencia que durante años EEUU, Gran Bretaña, Francia y toda la UE, con el pretexto del humanitarismo, hayan estado apremiando para que se desplieguen tropas extranjeras en Sudán. Así es, han presionado activamente para el desembarco de tropas de la OTAN en Sudán bajo la cobertura de un mandato de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
Se trata de una recreación de los mismos procedimientos utilizados por EEUU y la UE en otras regiones, donde se han dedicado a dividir, formal o informalmente, a una serie de países reestructurando sus economías e instalando gobiernos-títere bajo la presencia de tropas extranjeras. Eso fue lo que sucedió en la antigua Yugoslavia (mediante la creación de varias nuevas repúblicas) y en Iraq, el país ocupado por EEUU y Gran Bretaña (a través de una balcanización suave mediante una forma calculada de federalismo que persigue establecer un estado débil y descentralizado). Las tropas y la presencia extranjeras han sido el instrumento para el desmantelamiento del estado y la apropiación extranjera de la infraestructura, recursos y capitales.
La cuestión de la identidad en Sudán
Aunque al estado sudanés se le ha retratado como un estado opresor con su pueblo en el Sur de Sudán, debería señalarse que tanto el referéndum como la estructura de reparto del poder del gobierno sudanés reflejan algo más. El acuerdo para el reparto del poder realizado en Jartum con Omar Al-Basher, el presidente de Sudán, incluye al Movimiento por la Liberación del Sur de Sudán (SPLM, por sus siglas en inglés). El líder del SPLM, Salva Kiir Mayardit, es el Primer Vicepresidente de Sudán y el Presidente del Sur de Sudán.
La cuestión de la etnia se ha puesto también al frente del nacionalismo regional o etno-regional que se ha auspiciado en el Sur de Sudán. Se ha presentado ante el mundo exterior, la división en Sudán entre los denominados sudaneses árabes y los denominados sudaneses africanos como la fuerza más importante del llamamiento del nacionalismo regional a la estatalidad en el Sur de Sudán. Con el paso de los años, se ha ido difundiendo y socializando esta auto-diferenciación en la psique colectiva del pueblo del Sur de Sudán.
Sin embargo, las diferencias entre los denominados sudaneses árabes y los denominados sudaneses africanos no son muy grandes. La identidad árabe de los denominados sudaneses árabes se basa fundamentalmente en su uso de la lengua árabe. Aunque asumamos incluso que ambas identidades étnicas sudanesas están totalmente separadas, es bien conocido en Sudán que ambos grupos están muy mezclados. La otra diferencia entre el Sur de Sudán y el resto de Sudán es que el Islam predomina en el resto de Sudán y no en el Sur de Sudán. No obstante, ambos grupos están profundamente ligados entre sí excepto en un sentido de autoidentificación en cuanto a sus derechos. Pero es de esas identidades diferentes de las que se han aprovechado los dirigentes locales y las potencias extrajeras.
El abandono de la población local de las diferentes regiones por parte de las elites de Sudán es la raíz que causa la ansiedad o animosidad entre la gente del Sur de Sudán y el gobierno de Jartum y no las diferencias entre los denominados sudaneses árabes y africanos.
El favoritismo regional es algo que ha venido funcionando en el Sur de Sudán.
El problema se agrava por la cuestión de las clases sociales. El pueblo del Sur de Sudán cree que su estatus económico y su nivel de vida mejorarán si forman una nueva república. Los dirigentes locales del Sur de Sudán, no los sudaneses sureños, han utilizado al gobierno en Jartum como chivo expiatorio de las miserias económicas y las percepciones de pobreza relativa del pueblo del Sur de Sudán. En realidad, las autoridades locales del Sur de Sudán no van a mejorar los niveles de vida del pueblo del Sur de Sudán sino a mantener su propio statu quo cleptocrático [1].
El viejo proyecto para balcanizar Sudán y sus vínculos con el Mundo Árabe
En realidad, el proyecto para la balcanización de Sudán data de finales del dominio colonial británico anglo-egipcio. Sudán y Egipto fueron un solo país durante muchos períodos distintos. En la práctica fueron un solo país hasta 1956.
Hasta la independencia de Sudán, hubo un movimiento fuerte para mantener unidos a Egipto y Sudán como un único país árabe que luchaba contra los intereses británicos. Sin embargo, Londres alimentó el regionalismo sudanés contra Egipto de la misma manera que se alimentó ese regionalismo en el Sur de Sudán contra el resto de Sudán. Al gobierno egipcio se le describió de la misma forma en que actualmente se describe al Jartum. Los egipcios aparecían explotando a los sudaneses al igual que los que no eran del sur de Sudán aparecían como explotadores de los sudaneses del sur.
Tras la invasión británica de Egipto y Sudán, los británicos también consiguieron mantener a sus tropas estacionadas en Sudán. Incluso mientras trabajaban para separar Sudán de Egipto, los británicos se esforzaban en crear diferenciaciones internas entre el Sur de Sudán y el resto de Sudán. Eso se hizo a través del Condominio Anglo-Egipcio, desde 1899 a 1956, que obligó a Egipto a compartir Sudán con Gran Bretaña tras las Revueltas Mahdist. Finalmente, el gobierno egipcio se negaría a reconocer la legalidad del Condominio Anglo-Egipcio. El Cairo pediría sin cesar a los británicos que pusieran fin a su ilegal ocupación militar del Sudán y dejaran de impedir la reintegración entre Egipto y Sudán, pero los británicos se negaron.
Se pone en marcha el Plan Yinon para Sudán y el Oriente Medio
La balcanización de Sudán está también vinculada al Plan Yinon, que es continuación de una estratagema británica. El objetivo estratégico del Plan Yinon es asegurar la superioridad israelí a través de la balcanización del Oriente Medio y los Estados Árabes, convirtiéndolos en estados cada vez más pequeños y más débiles. Es en este contexto en el que Israel está profundamente implicado en Sudán.
Los estrategas israelíes consideraron Iraq como el mayor desafío estratégico proveniente de un estado árabe. Por eso es por lo que se bosquejó Iraq como la pieza central de la balcanización del Oriente Medio y el Mundo Árabe. The Atlantic, por los motivos apuntados, publicó un artículo en 2008 de Jeffrey Goldberg titulado “After Iraq: What Will the Middle East Look Like?” (“Después de Iraq, ¿cómo quedará Oriente Medio”) [2]. En el artículo de Goldberg se presentaba un mapa de Oriente Medio que seguía estrechamente el trazado del Plan Yinon y el mapa de un futuro Oriente Medio presentado por el Teniente Coronel (retirado) Ralph Peters en el Armed Forces Journal del ejército estadounidense en 2006.
No es tampoco una coincidencia que, además de un Iraq dividido, se mostrara también un Sudán dividido en el mapa. Líbano, Irán, Turquía, Siria, Egipto, Somalia, Pakistán y Afganistán aparecían también presentados como naciones divididas. En cuanto a la representación de África Oriental que se reflejaba en el mapa, ilustrado por Holly Lindem en el artículo de Goldberg, es importante señalar que aparecían Eritrea, ocupada por Etiopía, que es un aliado de Israel y EEUU, y Somalia, dividida en Somaliland, Puntland y una Somalia más pequeña.
Mapa trazado por Holly Lindem para el artículo de Jeffrey Goldberg. Publicado en The Atlantic en el número de enero/febrero de 2008
En cuanto a Iraq, sobre la base de los conceptos del Plan Yinon, los estrategas israelíes pedían la escisión de Iraq en un estado kurdo y dos estados árabes, uno para los musulmanes chiíes y otro para los musulmanes sunníes. Esto se ha logrado mediante una balcanización suave federalista en Iraq, que ha permitido que el Gobierno Regional del Kurdistán negocie en nombre propio con las corporaciones petroleras extranjeras. El primer paso para establecer este estado de cosas fue la guerra entre Irán e Iraq, incluida y discutida también en el Plan Yinon.
En el Líbano, Israel no ha dejado de trabajar para exacerbar las tensiones entre las diversas facciones cristianas y musulmanas, así como drusas. La partición del Líbano en varios estados es también considerado como un medio para balcanizar Siria en varios estados árabes sectarios más pequeños. El objetivo del Plan Yinon se dirige también a dividir el Líbano y Siria en varios estados sobre la base de las identidades sectarias y religiosas de musulmanes sunníes, musulmanes chiíes, cristianos y drusos.
A este respecto, el asesinato de Hariri y el Tribunal Especial para el Líbano (STL, por sus siglas en inglés) han estado jugando a favor de Israel creando divisiones internas dentro del Líbano y alimentando el sectarismo políticamente motivado. Es por esta razón por la que Tel Aviv se ha mostrado tan partidaria del STL y le ha prestado tantos apoyos. Como clara muestra de la naturaleza politizada del STL y de sus conexiones con la geopolítica, EEUU y Gran Bretaña le han dado también millones de dólares al STL.
Las conexiones entre los ataques contra los egipcios coptos y el referéndum en el Sur de Sudán
Desde Iraq a Egipto, los cristianos del Oriente Medio están siendo atacados a la vez que se alimentan las tensiones entre musulmanes chiíes y sunníes. El ataque contra la iglesia copta en Alejandría del 1 de enero de 2011, o las consiguientes protestas y disturbios coptos no deben considerarse como hechos aislados [3]. Ni tampoco la consiguiente furia de los cristianos coptos manifestada contra los musulmanes y el gobierno egipcio. Estos ataques contra los cristianos están vinculados con los objetivos más amplios geopolíticos de EEUU, Gran Bretaña, Israel y la OTAN en Oriente Medio y en el Mundo Árabe.
El Plan Yinon estipula que si se dividiera Egipto sería también más fácil balcanizar y debilitar a Sudán y Libia. En este contexto, hay un vínculo entre Sudán y Egipto. Según el Plan Yinon, los coptos o cristianos de Egipto, que son una gran minoría en este país, son la clave para la balcanización de los estados árabes en el Norte de África. Así, el Plan Yinon afirma que la creación de un estado copto en el Alto Egipto (Sur de Egipto) y las tensiones entre cristianos y musulmanes dentro de Egipto son pasos vitales para balcanizar Sudán y el Norte de África.
Los ataques contra los cristianos del Medio Oriente son parte de las operaciones de inteligencia que tratan de dividir Oriente Medio y el Magreb. El momento en el que se producen los crecientes ataques contra los cristianos coptos en Egipto y el lanzamiento del referéndum en el Sur de Sudán no son una mera coincidencia. Los acontecimientos en Sudán y Egipto están vinculados unos con otros y son parte del proyecto para balcanizar el Mundo Árabe y el Oriente medio. Deben también estudiarse en relación con el Plan Yinon y con los acontecimientos en el Líbano y en Iraq, así como respecto a los esfuerzos para crear una escisión entre chiíes y sunníes.
Las conexiones exteriores del SPLM, del SSLA y de las milicias en Darfur
Como en el caso de Sudán, se han utilizado las interferencias o intervenciones exteriores para justificar la opresión a la oposición interna. A pesar de su corrupción, Jartum se ha visto acosado por negarse sencillamente a convertirse en un régimen títere.
Sudán tiene toda la razón al sospechar de las tropas extranjeras y acusar a EEUU, Gran Bretaña e Israel de erosionar la solidaridad nacional de Sudán. Por ejemplo, Israel ha enviado armas a los grupos de oposición y a los movimientos separatistas de Sudán. Eso se estuvo haciendo durante años a través de Eritrea hasta que Eritrea se independizó de Etiopía, lo que hizo que ésta perdiera su costa en el Mar Rojo y que las relaciones entre eritreos y etíopes hayan sido malas. Después, las armas israelíes entraron en el Sur de Sudán desde Kenia. Desde el Sur de Sudán, el Movimiento Popular para la Liberación de Suán (SPLM, por sus siglas en inglés), que es el brazo político del SSLA, transfiere armas a las milicias en Darfur. Los gobiernos de Etiopía y Kenia, así como la Fuerza Popular de Defensa de Uganda (UPDF, por sus siglas en inglés) han estado trabajando estrechamente con EEUU, Gran Bretaña e Israel en África Oriental.
El alcance de la influencia israelí en la oposición sudanesa y grupos separatistas es importante. El SPLM tiene fuerte vínculos con Israel y sus miembros y seguidores visitan regularmente Israel. A esto se debe que Jartum capitulara y eliminara a finales de 2009 las restricciones del pasaporte sudanés para visitar Israel a fin de satisfacer al SPLM [4]. Salva Kiir Mayardit ha dicho también que el Sur de Sudán reconocerá a Israel cuando se escinda de Sudán.
The Sudan Tribune informó el 5 de marzo de 2008 de que los grupos separatistas en Darfur y el Sur de Sudán tenían oficinas en Israel: “Los partidarios del SPLM en Israel anunciaron el establecimiento de una oficina en Israel, según publicaron en un comunicado de prensa. Tras consultas celebradas con los dirigentes del SPLM en Juba, los seguidores de este Movimiento en Israel han decidido establecer la oficina del SPLM en Israel”, se decía [sic] en un comunicado recibido por email desde Tel Aviv y firmado por el secretariado del SPLM en Israel.
El comunicado decía también que la oficina del SPLM promovería las políticas y la posición del grupo en la región. Añadía además que, de acuerdo con el Acuerdo Global de Paz, el SPLM tenía derecho a abrir oficina en cualquier país, incluido Israel. También indicaba que tenían alrededor de 400 partidarios en ese país. El líder rebelde de Darfur Abdel Wahid al-Nur dijo la pasada semana que había abierto una oficina en Tel Aviv [5].
El secuestro del Referéndum de 2011 en el Sur de Sudán
¿Qué ha sucedido con los sueños de un África unida o un Mundo Árabe Unido? El panarabismo, un movimiento para unir a todos los pueblos de lengua árabe, ha sufrido graves pérdidas, al igual que la unidad africana. El Mundo Árabe y África se han visto constantemente balcanizados.
La secesión y balcanización del África Oriental y del Mundo Árabe ocupan un lugar preeminente en los planes de EEUU, Israel y la OTAN.
EEUU, Gran Bretaña e Israel han estado financiando la insurgencia del SSLA desde los años de la década de 1980. La formación de un nuevo estado en Sudán no intenta servir a los intereses del pueblo del Sur de Sudán. Ha sido y es parte de una agenda geoestratégica global que persigue controlar el Magreb y el Oriente Medio.
El proceso de “democratización” resultante antesala del referéndum de 2011 sirve a los intereses de las compañías petroleras anglo-estadounidenses en su rivalidad con China. Esto se produce en detrimento de la verdadera soberanía nacional del Sur de Sudán.
NOTAS:
[1] Una cleptocracia es un gobierno o/y estado que trabaja para proteger, extender, profundizar, continuar y fortalecer la riqueza de las clases dominantes.
[2] Jeffrey Goldberg: “After Iraq: What Will The Middle East Look Like?” The Atlantic, enero/febrero 2008.
[3] William Maclean: “Copts on global Christmas alert after Egypt bombing”, Reuters, 5 enero 2011.
[4] “Sudan removes Israel travel ban from new passport”, Sudan Tribune, 3 octubre 2009: http://www.sudantribune.com/spip.php?iframe&page=imprimable&id_article=32776.
[5] “Sudan’s SPLM reportedly opens an office in Israel – statement”, Sudan Tribune, 5 marzo 2008: http://www.sudantribune.com/spip.php?page=imprimable&id_article=26251.
* Mahdi Darius Nazemroaya es un escritor independiente establecido en Ottawa. Es especialista en temas estratégicos y geopolíticos del Oriente Medio y un frecuente colaborador de Global Research.
Global Research. Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
Vìa :
http://www.lahaine.org/index.php?p=50737
El punto candente allí gira alrededor del referéndum que se celebra este mes enero de 2011 en el Sur de Sudán. La Administración Obama ha anunciado formalmente que apoya la separación del Sur de Sudán del resto del Sudán.
Lo que está realmente en juego es la balcanización de Sudán. Estados Unidos y la Unión Europea lleva años apoyando a los dirigentes y milicias del Sur de Sudán.
La demonización de Sudán, un móvil político
Se ha venido auspiciando una importante campaña de demonización contra Sudán y su gobierno. Sí, es cierto que el gobierno sudanés de Jartum tiene un mal historial respecto a los derechos humanos y la corrupción estatal y que nada puede justificar este hecho. Pero se ha venido orquestando contra ese país una condena muy parcial o específica. Sin embargo, uno debería preguntarse por qué EEUU y la UE tienen en su punto de mira precisamente a Sudán mientras ignoran casualmente todo el historial de los derechos humanos de varios estados clientelistas de EEUU, entre otros, Arabia Saudí, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.
Se ha vilipendiado a Jartum como oligarquía autocrática culpable de un genocidio selectivo tanto en Darfur como en el Sur de Sudán. Esta atención deliberada al baño de sangre e inestabilidad en Darfur y el Sur de Sudán tiene motivaciones políticas, en concreto, en los vínculos de Jartum con los intereses petrolíferos de China.
Sudán suministra a China una importante cantidad de petróleo. La rivalidad geopolítica entre China y EEUU por el control de los suministros globales energéticos africanos es la verdadera razón del castigo a Sudán y del fuerte apoyo mostrado por las autoridades estadounidenses, de la UE y de Israel ante la secesión del Sur de Sudán.
Es en ese contexto donde se ha arremetido contra los intereses de China. Esto incluye el ataque de octubre de 2006 de la milicia del Movimiento por la Igualdad y la Justicia (JEM, por sus siglas en inglés) contra la Greater Nile Petroleum Company en Defra, Kordofan.
Distorsionando la violencia en Sudán
Aunque hay una crisis humanitaria en Darfur y un brote de nacionalismo regional en el Sur de Sudán, se han manipulado y distorsionado las causas subyacentes del conflicto.
Las causas subyacentes de la crisis humanitaria en Darfur y del regionalismo en el Sur de Sudán están íntimamente relacionadas con intereses económicos y estratégicos. En todo caso, los verdaderos problemas son el caos y las tribulaciones económicas auspiciadas por fuerzas externas.
Bien directamente o a través de sus apoderados en África, EEUU, la UE e Israel son los principales arquitectos de los enfrentamientos e inestabilidad existentes tanto en Darfur como en el Sur de Sudán. Estas potencias exteriores han ayudado en el entrenamiento, financiación y armamento de las milicias y fuerzas que se oponen al gobierno sudanés dentro de Sudán. En cuanto surge cualquier violencia, echan la culpa de la misma a Jartum mientras alimentan el conflicto a fin de instalarse y controlar los recursos energéticos de Sudán. La división de Sudán en varios estados es parte de ese objetivo. El apoyo al JEM, al Ejército de Liberación del Sur de Sudán (SSLA, por sus siglas en inglés) y a otras milicias que se oponen al gobierno sudanés, por parte de EEUU, la UE e Israel está orientado a conseguir el objetivo de dividir Sudán.
No es tampoco coincidencia que durante años EEUU, Gran Bretaña, Francia y toda la UE, con el pretexto del humanitarismo, hayan estado apremiando para que se desplieguen tropas extranjeras en Sudán. Así es, han presionado activamente para el desembarco de tropas de la OTAN en Sudán bajo la cobertura de un mandato de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
Se trata de una recreación de los mismos procedimientos utilizados por EEUU y la UE en otras regiones, donde se han dedicado a dividir, formal o informalmente, a una serie de países reestructurando sus economías e instalando gobiernos-títere bajo la presencia de tropas extranjeras. Eso fue lo que sucedió en la antigua Yugoslavia (mediante la creación de varias nuevas repúblicas) y en Iraq, el país ocupado por EEUU y Gran Bretaña (a través de una balcanización suave mediante una forma calculada de federalismo que persigue establecer un estado débil y descentralizado). Las tropas y la presencia extranjeras han sido el instrumento para el desmantelamiento del estado y la apropiación extranjera de la infraestructura, recursos y capitales.
La cuestión de la identidad en Sudán
Aunque al estado sudanés se le ha retratado como un estado opresor con su pueblo en el Sur de Sudán, debería señalarse que tanto el referéndum como la estructura de reparto del poder del gobierno sudanés reflejan algo más. El acuerdo para el reparto del poder realizado en Jartum con Omar Al-Basher, el presidente de Sudán, incluye al Movimiento por la Liberación del Sur de Sudán (SPLM, por sus siglas en inglés). El líder del SPLM, Salva Kiir Mayardit, es el Primer Vicepresidente de Sudán y el Presidente del Sur de Sudán.
La cuestión de la etnia se ha puesto también al frente del nacionalismo regional o etno-regional que se ha auspiciado en el Sur de Sudán. Se ha presentado ante el mundo exterior, la división en Sudán entre los denominados sudaneses árabes y los denominados sudaneses africanos como la fuerza más importante del llamamiento del nacionalismo regional a la estatalidad en el Sur de Sudán. Con el paso de los años, se ha ido difundiendo y socializando esta auto-diferenciación en la psique colectiva del pueblo del Sur de Sudán.
Sin embargo, las diferencias entre los denominados sudaneses árabes y los denominados sudaneses africanos no son muy grandes. La identidad árabe de los denominados sudaneses árabes se basa fundamentalmente en su uso de la lengua árabe. Aunque asumamos incluso que ambas identidades étnicas sudanesas están totalmente separadas, es bien conocido en Sudán que ambos grupos están muy mezclados. La otra diferencia entre el Sur de Sudán y el resto de Sudán es que el Islam predomina en el resto de Sudán y no en el Sur de Sudán. No obstante, ambos grupos están profundamente ligados entre sí excepto en un sentido de autoidentificación en cuanto a sus derechos. Pero es de esas identidades diferentes de las que se han aprovechado los dirigentes locales y las potencias extrajeras.
El abandono de la población local de las diferentes regiones por parte de las elites de Sudán es la raíz que causa la ansiedad o animosidad entre la gente del Sur de Sudán y el gobierno de Jartum y no las diferencias entre los denominados sudaneses árabes y africanos.
El favoritismo regional es algo que ha venido funcionando en el Sur de Sudán.
El problema se agrava por la cuestión de las clases sociales. El pueblo del Sur de Sudán cree que su estatus económico y su nivel de vida mejorarán si forman una nueva república. Los dirigentes locales del Sur de Sudán, no los sudaneses sureños, han utilizado al gobierno en Jartum como chivo expiatorio de las miserias económicas y las percepciones de pobreza relativa del pueblo del Sur de Sudán. En realidad, las autoridades locales del Sur de Sudán no van a mejorar los niveles de vida del pueblo del Sur de Sudán sino a mantener su propio statu quo cleptocrático [1].
El viejo proyecto para balcanizar Sudán y sus vínculos con el Mundo Árabe
En realidad, el proyecto para la balcanización de Sudán data de finales del dominio colonial británico anglo-egipcio. Sudán y Egipto fueron un solo país durante muchos períodos distintos. En la práctica fueron un solo país hasta 1956.
Hasta la independencia de Sudán, hubo un movimiento fuerte para mantener unidos a Egipto y Sudán como un único país árabe que luchaba contra los intereses británicos. Sin embargo, Londres alimentó el regionalismo sudanés contra Egipto de la misma manera que se alimentó ese regionalismo en el Sur de Sudán contra el resto de Sudán. Al gobierno egipcio se le describió de la misma forma en que actualmente se describe al Jartum. Los egipcios aparecían explotando a los sudaneses al igual que los que no eran del sur de Sudán aparecían como explotadores de los sudaneses del sur.
Tras la invasión británica de Egipto y Sudán, los británicos también consiguieron mantener a sus tropas estacionadas en Sudán. Incluso mientras trabajaban para separar Sudán de Egipto, los británicos se esforzaban en crear diferenciaciones internas entre el Sur de Sudán y el resto de Sudán. Eso se hizo a través del Condominio Anglo-Egipcio, desde 1899 a 1956, que obligó a Egipto a compartir Sudán con Gran Bretaña tras las Revueltas Mahdist. Finalmente, el gobierno egipcio se negaría a reconocer la legalidad del Condominio Anglo-Egipcio. El Cairo pediría sin cesar a los británicos que pusieran fin a su ilegal ocupación militar del Sudán y dejaran de impedir la reintegración entre Egipto y Sudán, pero los británicos se negaron.
Se pone en marcha el Plan Yinon para Sudán y el Oriente Medio
La balcanización de Sudán está también vinculada al Plan Yinon, que es continuación de una estratagema británica. El objetivo estratégico del Plan Yinon es asegurar la superioridad israelí a través de la balcanización del Oriente Medio y los Estados Árabes, convirtiéndolos en estados cada vez más pequeños y más débiles. Es en este contexto en el que Israel está profundamente implicado en Sudán.
Los estrategas israelíes consideraron Iraq como el mayor desafío estratégico proveniente de un estado árabe. Por eso es por lo que se bosquejó Iraq como la pieza central de la balcanización del Oriente Medio y el Mundo Árabe. The Atlantic, por los motivos apuntados, publicó un artículo en 2008 de Jeffrey Goldberg titulado “After Iraq: What Will the Middle East Look Like?” (“Después de Iraq, ¿cómo quedará Oriente Medio”) [2]. En el artículo de Goldberg se presentaba un mapa de Oriente Medio que seguía estrechamente el trazado del Plan Yinon y el mapa de un futuro Oriente Medio presentado por el Teniente Coronel (retirado) Ralph Peters en el Armed Forces Journal del ejército estadounidense en 2006.
No es tampoco una coincidencia que, además de un Iraq dividido, se mostrara también un Sudán dividido en el mapa. Líbano, Irán, Turquía, Siria, Egipto, Somalia, Pakistán y Afganistán aparecían también presentados como naciones divididas. En cuanto a la representación de África Oriental que se reflejaba en el mapa, ilustrado por Holly Lindem en el artículo de Goldberg, es importante señalar que aparecían Eritrea, ocupada por Etiopía, que es un aliado de Israel y EEUU, y Somalia, dividida en Somaliland, Puntland y una Somalia más pequeña.
Mapa trazado por Holly Lindem para el artículo de Jeffrey Goldberg. Publicado en The Atlantic en el número de enero/febrero de 2008
En cuanto a Iraq, sobre la base de los conceptos del Plan Yinon, los estrategas israelíes pedían la escisión de Iraq en un estado kurdo y dos estados árabes, uno para los musulmanes chiíes y otro para los musulmanes sunníes. Esto se ha logrado mediante una balcanización suave federalista en Iraq, que ha permitido que el Gobierno Regional del Kurdistán negocie en nombre propio con las corporaciones petroleras extranjeras. El primer paso para establecer este estado de cosas fue la guerra entre Irán e Iraq, incluida y discutida también en el Plan Yinon.
En el Líbano, Israel no ha dejado de trabajar para exacerbar las tensiones entre las diversas facciones cristianas y musulmanas, así como drusas. La partición del Líbano en varios estados es también considerado como un medio para balcanizar Siria en varios estados árabes sectarios más pequeños. El objetivo del Plan Yinon se dirige también a dividir el Líbano y Siria en varios estados sobre la base de las identidades sectarias y religiosas de musulmanes sunníes, musulmanes chiíes, cristianos y drusos.
A este respecto, el asesinato de Hariri y el Tribunal Especial para el Líbano (STL, por sus siglas en inglés) han estado jugando a favor de Israel creando divisiones internas dentro del Líbano y alimentando el sectarismo políticamente motivado. Es por esta razón por la que Tel Aviv se ha mostrado tan partidaria del STL y le ha prestado tantos apoyos. Como clara muestra de la naturaleza politizada del STL y de sus conexiones con la geopolítica, EEUU y Gran Bretaña le han dado también millones de dólares al STL.
Las conexiones entre los ataques contra los egipcios coptos y el referéndum en el Sur de Sudán
Desde Iraq a Egipto, los cristianos del Oriente Medio están siendo atacados a la vez que se alimentan las tensiones entre musulmanes chiíes y sunníes. El ataque contra la iglesia copta en Alejandría del 1 de enero de 2011, o las consiguientes protestas y disturbios coptos no deben considerarse como hechos aislados [3]. Ni tampoco la consiguiente furia de los cristianos coptos manifestada contra los musulmanes y el gobierno egipcio. Estos ataques contra los cristianos están vinculados con los objetivos más amplios geopolíticos de EEUU, Gran Bretaña, Israel y la OTAN en Oriente Medio y en el Mundo Árabe.
El Plan Yinon estipula que si se dividiera Egipto sería también más fácil balcanizar y debilitar a Sudán y Libia. En este contexto, hay un vínculo entre Sudán y Egipto. Según el Plan Yinon, los coptos o cristianos de Egipto, que son una gran minoría en este país, son la clave para la balcanización de los estados árabes en el Norte de África. Así, el Plan Yinon afirma que la creación de un estado copto en el Alto Egipto (Sur de Egipto) y las tensiones entre cristianos y musulmanes dentro de Egipto son pasos vitales para balcanizar Sudán y el Norte de África.
Los ataques contra los cristianos del Medio Oriente son parte de las operaciones de inteligencia que tratan de dividir Oriente Medio y el Magreb. El momento en el que se producen los crecientes ataques contra los cristianos coptos en Egipto y el lanzamiento del referéndum en el Sur de Sudán no son una mera coincidencia. Los acontecimientos en Sudán y Egipto están vinculados unos con otros y son parte del proyecto para balcanizar el Mundo Árabe y el Oriente medio. Deben también estudiarse en relación con el Plan Yinon y con los acontecimientos en el Líbano y en Iraq, así como respecto a los esfuerzos para crear una escisión entre chiíes y sunníes.
Las conexiones exteriores del SPLM, del SSLA y de las milicias en Darfur
Como en el caso de Sudán, se han utilizado las interferencias o intervenciones exteriores para justificar la opresión a la oposición interna. A pesar de su corrupción, Jartum se ha visto acosado por negarse sencillamente a convertirse en un régimen títere.
Sudán tiene toda la razón al sospechar de las tropas extranjeras y acusar a EEUU, Gran Bretaña e Israel de erosionar la solidaridad nacional de Sudán. Por ejemplo, Israel ha enviado armas a los grupos de oposición y a los movimientos separatistas de Sudán. Eso se estuvo haciendo durante años a través de Eritrea hasta que Eritrea se independizó de Etiopía, lo que hizo que ésta perdiera su costa en el Mar Rojo y que las relaciones entre eritreos y etíopes hayan sido malas. Después, las armas israelíes entraron en el Sur de Sudán desde Kenia. Desde el Sur de Sudán, el Movimiento Popular para la Liberación de Suán (SPLM, por sus siglas en inglés), que es el brazo político del SSLA, transfiere armas a las milicias en Darfur. Los gobiernos de Etiopía y Kenia, así como la Fuerza Popular de Defensa de Uganda (UPDF, por sus siglas en inglés) han estado trabajando estrechamente con EEUU, Gran Bretaña e Israel en África Oriental.
El alcance de la influencia israelí en la oposición sudanesa y grupos separatistas es importante. El SPLM tiene fuerte vínculos con Israel y sus miembros y seguidores visitan regularmente Israel. A esto se debe que Jartum capitulara y eliminara a finales de 2009 las restricciones del pasaporte sudanés para visitar Israel a fin de satisfacer al SPLM [4]. Salva Kiir Mayardit ha dicho también que el Sur de Sudán reconocerá a Israel cuando se escinda de Sudán.
The Sudan Tribune informó el 5 de marzo de 2008 de que los grupos separatistas en Darfur y el Sur de Sudán tenían oficinas en Israel: “Los partidarios del SPLM en Israel anunciaron el establecimiento de una oficina en Israel, según publicaron en un comunicado de prensa. Tras consultas celebradas con los dirigentes del SPLM en Juba, los seguidores de este Movimiento en Israel han decidido establecer la oficina del SPLM en Israel”, se decía [sic] en un comunicado recibido por email desde Tel Aviv y firmado por el secretariado del SPLM en Israel.
El comunicado decía también que la oficina del SPLM promovería las políticas y la posición del grupo en la región. Añadía además que, de acuerdo con el Acuerdo Global de Paz, el SPLM tenía derecho a abrir oficina en cualquier país, incluido Israel. También indicaba que tenían alrededor de 400 partidarios en ese país. El líder rebelde de Darfur Abdel Wahid al-Nur dijo la pasada semana que había abierto una oficina en Tel Aviv [5].
El secuestro del Referéndum de 2011 en el Sur de Sudán
¿Qué ha sucedido con los sueños de un África unida o un Mundo Árabe Unido? El panarabismo, un movimiento para unir a todos los pueblos de lengua árabe, ha sufrido graves pérdidas, al igual que la unidad africana. El Mundo Árabe y África se han visto constantemente balcanizados.
La secesión y balcanización del África Oriental y del Mundo Árabe ocupan un lugar preeminente en los planes de EEUU, Israel y la OTAN.
EEUU, Gran Bretaña e Israel han estado financiando la insurgencia del SSLA desde los años de la década de 1980. La formación de un nuevo estado en Sudán no intenta servir a los intereses del pueblo del Sur de Sudán. Ha sido y es parte de una agenda geoestratégica global que persigue controlar el Magreb y el Oriente Medio.
El proceso de “democratización” resultante antesala del referéndum de 2011 sirve a los intereses de las compañías petroleras anglo-estadounidenses en su rivalidad con China. Esto se produce en detrimento de la verdadera soberanía nacional del Sur de Sudán.
NOTAS:
[1] Una cleptocracia es un gobierno o/y estado que trabaja para proteger, extender, profundizar, continuar y fortalecer la riqueza de las clases dominantes.
[2] Jeffrey Goldberg: “After Iraq: What Will The Middle East Look Like?” The Atlantic, enero/febrero 2008.
[3] William Maclean: “Copts on global Christmas alert after Egypt bombing”, Reuters, 5 enero 2011.
[4] “Sudan removes Israel travel ban from new passport”, Sudan Tribune, 3 octubre 2009: http://www.sudantribune.com/spip.php?iframe&page=imprimable&id_article=32776.
[5] “Sudan’s SPLM reportedly opens an office in Israel – statement”, Sudan Tribune, 5 marzo 2008: http://www.sudantribune.com/spip.php?page=imprimable&id_article=26251.
* Mahdi Darius Nazemroaya es un escritor independiente establecido en Ottawa. Es especialista en temas estratégicos y geopolíticos del Oriente Medio y un frecuente colaborador de Global Research.
Global Research. Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
Vìa :
http://www.lahaine.org/index.php?p=50737
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