Por Luis Carlos Hernández
Observatorio Social y Ambiental
Adam Smith, el más grande economista liberal de todos los tiempos, en uno de los tomos de su obra cumbre de economía “La Riqueza de las Naciones”, escribió en 1.773: “¡De todos los proyectos más caros e inciertos que conducen a la bancarrota a la mayor parte de las personas afectadas, no hay ninguno más desastroso, que las búsquedas de nuevas minas de oro y plata!”.
Esta frase sintetiza no sólo el Dorado que vivieron los países europeos en ese momento, sino también el de sus colonias de ultramar en América, con los graves impactos económicos y sociales, generados por la minería de filón o subterránea y la de aluvión en las orillas y plantas de los ríos y quebradas, desde la conquista hasta épocas recientes.
En el caso colombiano se puede resumir, en la extinción y en el exterminio de la mayoría de los pueblos indígenas por parte de los españoles para apoderarse de sus riquezas naturales y del territorio. Una vez logrado en gran parte su cometido genocida, se inventaron un negocio mucho más lucrativo y perverso: el desarraigo y el secuestro de millones de seres humanos de raza negra del África para el establecimiento de la esclavitud con nueva mano de obra barata, lo que les permitió continuar con el saqueo del oro y los recursos naturales, por parte de los españoles y los criollos emancipados posteriormente, con destino a la madre patria. El resultado salta a la vista, no somos un país desarrollado, simplemente una nación del tercer mundo.
La Guaca minera
La misma sentencia de Adam Smith cobra vigencia en un ambiente adverso y lapidario para el país, pues parece que en pleno siglo XXI el tiempo y la historia regresan dos siglos atrás para desgracia nuestra y las de nuestros hijos y nietos, con el advenimiento de un nuevo MegaDorado de Oro y Cobre diseminados, diseñado y estructurado en el Plan Nacional de Desarrollo Minero Visión 2.019 (PNDM), cuyo principal objetivo, es convertir a toda costa sin importar el precio y los pasivos ambientales, sociales y económicos que tengan que asumir y pagar las generaciones futuras, a toda Colombia en una gran “Guaca Minera” de las multinacionales, no en el mediano plazo sino de manera inmediata. Es tan simple, como que las tres cordilleras donde nacen las aguas que hacen posible el milagro de la vida y garantizan la seguridad alimentaria del país, ya están concesionadas, llenas y atiborradas con alrededor de 16.000 Títulos Mineros, a nombre de multinacionales mineras Sudafricanas y Canadienses, tal como lo mostró el ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo en el debate en el Senado del mes de agosto pasado.
El PNDM Visión 2019, plantea como meta que el Producto Interno Bruto -PIB- minero colombiano supere al -PIB- minero promedio de Argentina, México, Perú y Chile. Es decir, tenemos que superar en el PIB minero a los tres primeros países que llevan destruyendo sus recursos durante dos décadas sin alcanzar el tan cacareado desarrollo económico y a Chile que tiene su MCA (Minería a Cielo Abierto) de Cobre en el desierto de Atacama desde hace más de siete décadas. En otras palabras tenemos que dejar de ser en el corto plazo un país agrícola, pecuario, agroindustrial, forestal y biodiverso con miras a convertirnos en un país minero que privilegie la destrucción de sus ecosistemas estratégicos y sus estrellas hídricas, el arrasamiento de toda su biodiversidad de flora y fauna, que legalice en forma acrítica el agotamiento de sus aguas superficiales y subterráneas, sus mantos freáticos a un costo de cero pesos. Las multinacionales no pagan un solo centavo por su principal materia prima, pues MCA con lixiviación de cianuro sin agua no existe en el mundo. Colombia no será la excepción, ya lo expresaron claramente. Tampoco existen en el tercer mundo aseguramientos financieros o pólizas, para que las multinacionales respondan por daños ambientales y la contaminación de las aguas. Colombia tampoco será la excepción, heredando inexorablemente estos pasivos ambientales a las generaciones futuras.
Falta de Identidad
Este nuevo Megadorado ha dado rienda suelta a la falta de identidad, al sentido de pertenencia, a la ambición y codicia sin límites de parte de nuestros gobernantes nacionales, regionales y municipales, funcionarios públicos, políticos, concejales, dirigentes gremiales y periodistas que sólo piensan en los millones de dólares que traen las multinacionales para obtener y comprar, la tan publicitada Licencia Social, con la mal llamada “gobernabilidad” y en la rebatiña y el festín de la distribución y ejecución, de unas irrisorias regalías nominales del 4% a boca de mina. Estas regalías de acuerdo con el proyecto de Ley de modificación del régimen de regalías, presentado por el gobierno actual, deben ser distribuidas a todos los municipios del país y no como se venía haciendo hasta ahora entre los entes locales y los departamentos afectados, los cuales se van a quedar sin montañas, sin biodiversidad, con cráteres inmensos, con las aguas agotadas y contaminadas, con los pasivos ambientales y sus tesorerías vacías.
Además, ni siquiera han tenido en cuenta los graves, irreversibles y desastrosos daños e impactos ambientales, culturales, sociales y económicos, generados recientemente en otros países de América Latina, por la mal llamada “Minería Responsable y/o Minería Sostenible”, convertida hasta ahora en un cuento, un cuento de retóricos, un cuento de filósofos y un cuento de cuentistas, tal como lo afirma el Economista y Codirector del Banco de La República el Tolimense Carlos Gustavo Cano, en sus recientes declaraciones para el documental COLOMBÍO de Señal Colombia, sobre la Mina de Oro la Colosa de Cajamarca. En esto coincide el hidrogeólogo y geoquímico norteamericano Robert Moran, una de la mayores autoridades del mundo en minería a cielo abierto MCA, con más de 40 años de experiencia en 37 países del mundo, preguntado sobre la Minería Sostenible y Responsable en su última visita al Tolima, respondió que si esta existe, él no la visto hasta ahora.
¿Por qué La Colosa?
La Colosa es la joya de la corona de la MCA en Colombia, tanto para el gobierno nacional como para AngloGold Ashanti, a pesar de estar localizada en una Reserva Forestal y no poderse adelantar allí ningún tipo de actividad minera. Por eso sorprende que 14 meses después de abrir investigación y formular pliego de cargos a esta multinacional Sudafricana, el Ministerio de Ambiente MAVDT la multe con 139 millones de pesos, mediante la Resolución 1481 del 30 de julio de 2.010, porque violó de manera flagrante el artículo 210 del Código de los Recursos Naturales al no solicitar la sustracción del área de la Reserva Forestal y no notificar a dicha entidad los trabajos de exploración que realizó en el 2.007 en Cajamarca (Ver el Tiempo del lunes 13-09-10 página 1-13). En un país con instituciones ambientales fuertes y con aplicación rigurosa de sus leyes ambientales esta sanción no debería ser simplemente un simbolismo monetario, pues para estas multinacionales una multa pecuniaria es como quitarle un pelo a un gato. Lo que se le debió aplicar fue la cancelación de los Títulos Mineros existentes en el área violentada y la suspensión total de actividades, tal como ha ocurrido en otros países recientemente.
Sudáfrica no es buen lugar de procedencia de esta multinacional, tras de si esta nación tuvo el apartheid con todos sus funestos antecedentes. Aún con toda su voracidad por los recursos naturales y minerales, este país ocupa el lugar 129 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2.009. Además los países africanos -donde la multinacional explota minas de oro actualmente- ocupan los últimos lugares en el IDH tales como Tanzania 151, Ghana 152, Guinea 170, Congo 176 y Malí 178. Por ninguna parte se ve el milagro del desarrollo económico y social pregonado por los áulicos y auspiciadores del sector oficial y privado de la Minería a Cielo Abierto MCA de oro y cobre en Colombia.
Colombia sin MCA de Oro y Cobre ocupa el lugar 77 en el IDH del 2.009, superando al Perú que ocupa el 78 y que explota desde 1.993 la Mina de Oro a Cielo Abierto más grande de Latinoamérica, la Mina de Yanacocha en Cajamarca Perú. Además el país inca tiene más de 20 Megaminas en Explotación desde las últimas dos décadas. El milagro del desarrollo económico y social aún no ha llegado al antiguo imperio del Sol, tal como lo comprobamos en nuestra visita al Perú en enero pasado. No esperemos milagros ni desarrollo económico por la MCA de Oro, la historia no lo registra en ningún país del tercer mundo y si Adam Smith estuviera vivo tampoco lo registraría.
Observatorio Social y Ambiental
Adam Smith, el más grande economista liberal de todos los tiempos, en uno de los tomos de su obra cumbre de economía “La Riqueza de las Naciones”, escribió en 1.773: “¡De todos los proyectos más caros e inciertos que conducen a la bancarrota a la mayor parte de las personas afectadas, no hay ninguno más desastroso, que las búsquedas de nuevas minas de oro y plata!”.
Esta frase sintetiza no sólo el Dorado que vivieron los países europeos en ese momento, sino también el de sus colonias de ultramar en América, con los graves impactos económicos y sociales, generados por la minería de filón o subterránea y la de aluvión en las orillas y plantas de los ríos y quebradas, desde la conquista hasta épocas recientes.
En el caso colombiano se puede resumir, en la extinción y en el exterminio de la mayoría de los pueblos indígenas por parte de los españoles para apoderarse de sus riquezas naturales y del territorio. Una vez logrado en gran parte su cometido genocida, se inventaron un negocio mucho más lucrativo y perverso: el desarraigo y el secuestro de millones de seres humanos de raza negra del África para el establecimiento de la esclavitud con nueva mano de obra barata, lo que les permitió continuar con el saqueo del oro y los recursos naturales, por parte de los españoles y los criollos emancipados posteriormente, con destino a la madre patria. El resultado salta a la vista, no somos un país desarrollado, simplemente una nación del tercer mundo.
La Guaca minera
La misma sentencia de Adam Smith cobra vigencia en un ambiente adverso y lapidario para el país, pues parece que en pleno siglo XXI el tiempo y la historia regresan dos siglos atrás para desgracia nuestra y las de nuestros hijos y nietos, con el advenimiento de un nuevo MegaDorado de Oro y Cobre diseminados, diseñado y estructurado en el Plan Nacional de Desarrollo Minero Visión 2.019 (PNDM), cuyo principal objetivo, es convertir a toda costa sin importar el precio y los pasivos ambientales, sociales y económicos que tengan que asumir y pagar las generaciones futuras, a toda Colombia en una gran “Guaca Minera” de las multinacionales, no en el mediano plazo sino de manera inmediata. Es tan simple, como que las tres cordilleras donde nacen las aguas que hacen posible el milagro de la vida y garantizan la seguridad alimentaria del país, ya están concesionadas, llenas y atiborradas con alrededor de 16.000 Títulos Mineros, a nombre de multinacionales mineras Sudafricanas y Canadienses, tal como lo mostró el ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo en el debate en el Senado del mes de agosto pasado.
El PNDM Visión 2019, plantea como meta que el Producto Interno Bruto -PIB- minero colombiano supere al -PIB- minero promedio de Argentina, México, Perú y Chile. Es decir, tenemos que superar en el PIB minero a los tres primeros países que llevan destruyendo sus recursos durante dos décadas sin alcanzar el tan cacareado desarrollo económico y a Chile que tiene su MCA (Minería a Cielo Abierto) de Cobre en el desierto de Atacama desde hace más de siete décadas. En otras palabras tenemos que dejar de ser en el corto plazo un país agrícola, pecuario, agroindustrial, forestal y biodiverso con miras a convertirnos en un país minero que privilegie la destrucción de sus ecosistemas estratégicos y sus estrellas hídricas, el arrasamiento de toda su biodiversidad de flora y fauna, que legalice en forma acrítica el agotamiento de sus aguas superficiales y subterráneas, sus mantos freáticos a un costo de cero pesos. Las multinacionales no pagan un solo centavo por su principal materia prima, pues MCA con lixiviación de cianuro sin agua no existe en el mundo. Colombia no será la excepción, ya lo expresaron claramente. Tampoco existen en el tercer mundo aseguramientos financieros o pólizas, para que las multinacionales respondan por daños ambientales y la contaminación de las aguas. Colombia tampoco será la excepción, heredando inexorablemente estos pasivos ambientales a las generaciones futuras.
Falta de Identidad
Este nuevo Megadorado ha dado rienda suelta a la falta de identidad, al sentido de pertenencia, a la ambición y codicia sin límites de parte de nuestros gobernantes nacionales, regionales y municipales, funcionarios públicos, políticos, concejales, dirigentes gremiales y periodistas que sólo piensan en los millones de dólares que traen las multinacionales para obtener y comprar, la tan publicitada Licencia Social, con la mal llamada “gobernabilidad” y en la rebatiña y el festín de la distribución y ejecución, de unas irrisorias regalías nominales del 4% a boca de mina. Estas regalías de acuerdo con el proyecto de Ley de modificación del régimen de regalías, presentado por el gobierno actual, deben ser distribuidas a todos los municipios del país y no como se venía haciendo hasta ahora entre los entes locales y los departamentos afectados, los cuales se van a quedar sin montañas, sin biodiversidad, con cráteres inmensos, con las aguas agotadas y contaminadas, con los pasivos ambientales y sus tesorerías vacías.
Además, ni siquiera han tenido en cuenta los graves, irreversibles y desastrosos daños e impactos ambientales, culturales, sociales y económicos, generados recientemente en otros países de América Latina, por la mal llamada “Minería Responsable y/o Minería Sostenible”, convertida hasta ahora en un cuento, un cuento de retóricos, un cuento de filósofos y un cuento de cuentistas, tal como lo afirma el Economista y Codirector del Banco de La República el Tolimense Carlos Gustavo Cano, en sus recientes declaraciones para el documental COLOMBÍO de Señal Colombia, sobre la Mina de Oro la Colosa de Cajamarca. En esto coincide el hidrogeólogo y geoquímico norteamericano Robert Moran, una de la mayores autoridades del mundo en minería a cielo abierto MCA, con más de 40 años de experiencia en 37 países del mundo, preguntado sobre la Minería Sostenible y Responsable en su última visita al Tolima, respondió que si esta existe, él no la visto hasta ahora.
¿Por qué La Colosa?
La Colosa es la joya de la corona de la MCA en Colombia, tanto para el gobierno nacional como para AngloGold Ashanti, a pesar de estar localizada en una Reserva Forestal y no poderse adelantar allí ningún tipo de actividad minera. Por eso sorprende que 14 meses después de abrir investigación y formular pliego de cargos a esta multinacional Sudafricana, el Ministerio de Ambiente MAVDT la multe con 139 millones de pesos, mediante la Resolución 1481 del 30 de julio de 2.010, porque violó de manera flagrante el artículo 210 del Código de los Recursos Naturales al no solicitar la sustracción del área de la Reserva Forestal y no notificar a dicha entidad los trabajos de exploración que realizó en el 2.007 en Cajamarca (Ver el Tiempo del lunes 13-09-10 página 1-13). En un país con instituciones ambientales fuertes y con aplicación rigurosa de sus leyes ambientales esta sanción no debería ser simplemente un simbolismo monetario, pues para estas multinacionales una multa pecuniaria es como quitarle un pelo a un gato. Lo que se le debió aplicar fue la cancelación de los Títulos Mineros existentes en el área violentada y la suspensión total de actividades, tal como ha ocurrido en otros países recientemente.
Sudáfrica no es buen lugar de procedencia de esta multinacional, tras de si esta nación tuvo el apartheid con todos sus funestos antecedentes. Aún con toda su voracidad por los recursos naturales y minerales, este país ocupa el lugar 129 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2.009. Además los países africanos -donde la multinacional explota minas de oro actualmente- ocupan los últimos lugares en el IDH tales como Tanzania 151, Ghana 152, Guinea 170, Congo 176 y Malí 178. Por ninguna parte se ve el milagro del desarrollo económico y social pregonado por los áulicos y auspiciadores del sector oficial y privado de la Minería a Cielo Abierto MCA de oro y cobre en Colombia.
Colombia sin MCA de Oro y Cobre ocupa el lugar 77 en el IDH del 2.009, superando al Perú que ocupa el 78 y que explota desde 1.993 la Mina de Oro a Cielo Abierto más grande de Latinoamérica, la Mina de Yanacocha en Cajamarca Perú. Además el país inca tiene más de 20 Megaminas en Explotación desde las últimas dos décadas. El milagro del desarrollo económico y social aún no ha llegado al antiguo imperio del Sol, tal como lo comprobamos en nuestra visita al Perú en enero pasado. No esperemos milagros ni desarrollo económico por la MCA de Oro, la historia no lo registra en ningún país del tercer mundo y si Adam Smith estuviera vivo tampoco lo registraría.
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