apro.- El feminismo y la homosexualidad son “aberraciones” que
pueden afectar las estructuras básicas de la sociedad, advierte El
Semanario, órgano de difusión de la arquidiócesis local que comenzará a
distribuirse el domingo próximo.
Aparte de sostener que hay dos
tipos de homosexualidad y una de éstas puede “curarse”, la arquidiócesis
de Guadalajara también considera que el “feminismo” busca “invertir el
orden, crear el poder femenino y despojar al hombre de lo que se ha
adueñado”; esto es, de sus tradicionales cotos de poder económico,
social, político, cultural.
Según el editorial de El Semanario,
que el domingo se distribuirá en todas las parroquias de Jalisco, el
taller de pastoral denominado “Camino a la castidad” jamás tuvo como
objetivo “curar la homosexualidad”.
En la edición 1774 del 31
de octubre pasado, Proceso publicó el reportaje “Proyecto para curar la
homosexualidad”, donde se revela que en Guadalajara se llevó a cabo,
del 12 al 14 de noviembre, un taller religioso titulado “Camino a la
castidad”, organizado por Courage Internacional y en el que se
ofrecieron terapias para supuestamente “curar” la homosexualidad.
Incluso en el póster promocional aparece el logotipo de la
Secretaría General de Gobierno de Jalisco. El reportaje documenta que de
2008 a la fecha esa organización ha recibido ayuda de la Secretaría de
Desarrollo Humano estatal por más de un millón 300 mil pesos.
Sin embargo, la edición 721 de El Semanario denuncia que “hubo personas
que se inscribieron en este taller que nada tenían que ver con el
mismo, que iban a buscar elementos para atacar la intención de la
Iglesia de que seamos castos, como lo debe ser el esposo (siendo fiel a
su cónyuge), el consagrado (siendo célibe), el soltero y el homosexual.
Todos podemos, aunque la subcultura del sexo nos esté presentando la
imposibilidad de lograrlo, ser castos”.
En el mismo editorial
se argumenta que hay dos tipos de homosexualidad, una que proviene de
malos ejemplos y la cual “puede curarse”; la otra, que viene por
instinto o constitución patológica, por esa variedad no puede ser
sanada.
El escrito destaca así el tema: “Se hace una distinción,
que no parece infundada, entre los homosexuales cuya tendencia,
proviniendo de una educación falsa, de falta de normal evolución sexual,
de hábito contraído, de malos ejemplos y de otras causas análogas, es
transitoria o al menos no incurable y aquellos otros homosexuales que
son irremediablemente tales por una especie de instinto innato o de
constitución patológica que se tiene por incurable” Y agrega:
“Indudablemente, esas personas homosexuales deben ser acogidas con
comprensión en la acción pastoral y deben ser sostenidas en la esperanza
de superar sus dificultades personales y su inadaptación social.
También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero no puede
emplearse ningún método pastoral que reconozca una justificación moral”.
El editorial reitera que las relaciones homosexuales están calificadas
en la Sagrada Escritura como graves depravaciones. “Ahora bien, este
juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen de
esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus
manifestaciones, pero atestigua que los actos homosexuales son
intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en
ningún caso”.
Luego, el editorial ofrece un subtítulo que dice
textual: “Las frecuentes aberraciones”. Ahí se aborda el tema del
feminismo y la ideología de género.
“Entre las principales
desviaciones sobre esta materia, que en fechas recientes se han llevado a
extremos, podría considerarse el feminismo. Como por desgracia nunca
han faltado hombres que se dan el lujo de maltratar, humillar o golpear a
la mujer, esposa o no, en un afán de mostrar su supuesta superioridad y
autoridad. Ante tales manifestaciones opresivas fue como han resurgido
con gran fuerza esas corrientes feministas que se han extendido por casi
todo el mundo, y quienes las encabezan pretenden invertir el orden,
crear el poder femenino y despojar al hombre de lo que se ha adueñado;
esto es, de sus tradicionales cotos de poder económico, social,
político, cultural etcétera, así como de sus actitudes machistas y
dominantes”.
Señala que a pesar de ello, el extremo del feminismo
no debe existir, pues existe un documento de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, publicado por Benedicto XVI cuando aún era cardenal,
titulado “La colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el
mundo”.
Luego El Semanario hace una sugerencia: “Recomiendo,
entonces, a todos los fieles, leer y reflexionar sobre este capital
documento La colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el
mundo, y a quienes tienen responsabilidad en la sociedad, que
profundizan en los errores de ese feminismo a ultranza o de esa
ideología de género, que pueden dañar profundamente la concepción
fundamental de lo que es el ser humano, varón y mujer, y destruir la
estructura básica de la sociedad”.
Respecto de la ideología de género, el editorial consigna:
“A la fecha, esta ideología ha logrado permear diversas instituciones
políticas, sociales y religiosas, difundiendo la idea de que la
diferencia de sexos no es fundamental, estructural o querida por Dios,
sino, más bien, una cuestión surgida a través de la historia; y se
señala, por ende, que cada quien tiene la libertad de escoger el género
que más le plazca y le acomode según sus propias orientaciones y gustos
sexuales”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario