En la tierra
donde el cielo se descansa sobre las montañas de verdor perenne, donde
el sol no quema, pero sí besa el suelo árido color de terracota, donde
los campos están repletos de espigas con trigo denso en una faja
estrecha entre el mar y la cordillera, vive la “gente de la tierra”, los
indios mapuche. Ver Galeria.
El pueblo que durante 300 años resistió a los conquistadores y fue una
de las pocas comunidades indígenas en el continente que sobrevivió en la
época de la repartición del mundo entre las potencias coloniales, hoy
en día pertenece a la clase más baja de Chile, aunque supone el 10% de
la población.
Andréi Nikólski
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Durante la dictadura de Pinochet, la tierra de los mapuche fue
nacionalizada y vendida a los colonos ricos y a los extranjeros. Las
nuevas leyes rezaban: “En Chile no hay indígenas, sólo chilenos”.
Privados de su cultura, su tierra, su identidad y sus nombres, algunos
de ellos se decidieron por la vida en las ciudades tratando de
'transformarse en chilenos', mientras que los demás siguen luchando
hasta hoy: Pinochet se fue, pero los problemas se quedaron.
La sociedad chilena se dividió en dos bandos: los chilenos y los
mapuche. Los medios de comunicación, junto con el Gobierno, lograron
alcanzar dos objetivos: los chilenos odian a los mapuche y estos no
dejan a los periodistas ingresar en sus comunidades, pues no tiene
sentido, ya que sea cual sea el discurso de los indígenas entrevistados,
los artículos en la prensa transmitirán invariablemente que los mapuche
incendian los campos de trigo de los colonos, disparan a sus camiones
y, en pocas palabras, no les dejan en paz.
Una semana no da para discernir quién tiene razón, pero ayuda a conocer
a los mapuche desde dentro, pues ante todo son un pueblo antiguo con
sus tradiciones y cultura.
La
familia Wenchuyan vive en la comunidad militarizada de Temucuicui. Unos
kilómetros antes de la comunidad están los carros de los carabineros.
Allí se lleva a cabo el chequeo de los documentos. Aquí no se ingresa
por accidente: sólo con el permiso de Aucán Huilcamán, el portavoz de
los mapuche y prácticamente el único negociador entre los indígenas y el
gobierno chileno.
El tiempo aquí
transcurre lentamente. Cada mañana Griselda, una madre de familia, cuece
el pan (kofke). La masa cruda se pone directamente sobre la ceniza
caliente, se cubre con ella. Falta esperar hasta que el kofke se
prepare. Pasada media hora Griselda llama a los niños: “¡Manki,
Wangulen, a comer!”. Los pequeños vienen mugrientos, con hambre, pero
felices: Mankilef (cuya traducción del 'mapudungun' sería “el condor
veloz”) y Wangulen (“estrella”) de 6 y 7 años. El kofke aquí es la
comida más popular. A las visitas más apreciadas les agasajan con pan
con mantequilla o mermelada. Para la cena se come kofke con ají molido.
Antiguamente las mujeres mapuche usaban una piedra de moler, pero la
globalización ya ha llegado hasta las comunidades más lejanas: Griselda
usa una licuadora. Aparte del pan la dieta mapuche se basa en vegetales,
a veces carnes (incluida la carne de caballo) y piñones (fruto de la
araucaria).
Andréi Nikólski
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Cada comunidad mapuche está subordinada a un lonco. Cada lonco puede
tener varias mujeres (un mapuche ordinario también puede tener a más de
una mujer, pero necesita el permiso de su primera esposa) y es la
persona más sabia de la comunidad. Con un lonco no se habla en español,
sino en 'mapudungun', y tampoco se puede llamarle al teléfono, es una
falta de respecto: hay que comunicarse con él personalmente. La segunda
persona más importante para los mapuche es la machi, la curandera. Las
machis no nacen con un don especial, sino que lo obtienen a través de
una grave enfermedad que no se cura durante años y convierte una joven
en la machi , adquiriendo los secretos de la tierra y de la naturaleza.
Las machis usan para sus tratamientos sólo yerbas y su fuerza interior. A
pesar de que tienen la capacidad de curar a la gente, no están contra
la medicina convencional y a veces aconsejan a sus "pacientes" ir al
hospital.
Todas las comunidades
celebran la fiesta de Nguillatun, ceremonia de rogativa, que dura un
mínimo de dos días y un máximo de cuatro. Durante la ceremonia se
realizan bailes acompañados de diversas oraciones. Además se sacrifica a
un animal, generalmente un cordero, a manos del 'ngepin', que es
el maestro de ceremonias del rito. Luego la sangre del animal se rocía o
se reparte entre los invitados, ofreciéndose a los participantes la
bebida ritual llamada 'muday' (maíz fermentado). El cuerpo del animal
sacrificado puede ser completamente cocinado en un fogón para ser
consumido.
La machi en esta ceremonia aparece como una auxiliar del oficiante y entre los sones de su cultrún canta:
"Te rogamos que llueva para que germinen las siembras, para que tengamos animales.
'Que llueva' diga usted, Hombre Grande Cabeza de Oro, y usted, Mujer Grande; rogamos a las dos grandes y antiguas personas".
Entre las otras fiestas cabe destacar el machitún,
ritual de sanación, y el 'wentripantu' o celebración del Año Nuevo, el
día del solsticio de invierno, y también los ritos funerarios y de
iniciación.
Los mapuche
relacionan su vida ante todo con las fuerzas de la naturaleza. Así,
dicen que antes de que venga un desastre natural, una montaña cerca de
Temuco empieza a “hablar” produciendo un sonido uterino y anunciando el
mal que está está en camino.
El día
de los mapuches transcurre entre diferentes preocupaciones: las mujeres
se ocupan de los trabajos domésticos con los animales y de la huerta.
Los hombres, por su parte, acometen los trabajos más físicos, trabajan
la madera, construyen casas, van a las reuniones de la comunidad y
visitan a sus hermanos presos en las cárceles llevándoles las cosas
necesarias.
Andréi Nikólski
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A veces las familias van a pasear a los campos y montañas y a través de
un alambre de espino miran los campos interminables de los colonos
ricos, las tierras que antiguamente pertenecían a sus bisabuelos.
Los propios mapuche aseguran que no realizan atentados contra los
colonos, ni tampoco incendian su trigo. Jaime Wenchuyan dice: “el único
terrorista aquí es el Estado, porque son los carabineros los que han
usado sus armas contra el pueblo mapuche. Han matado a hermanos mapuche
que reivindicaban sus derechos teritoriales. Ellos son los que ejercen
la violencia, los que ejercen la represion y no el pueblo mapuche como
ellos han querido mostrar. Muchas veces cometen 'autoatentados', casos
que después se investigan bajo los preceptos de la ley antiterrorista.
En esa ley hay un testigo protegido que nadie conoce, no se conoce su
identidad, su rostro, pero sin embargo acusa a hermanos mapuche que
supuestamente han cometido un hecho, algun delito”. Afirma que la única
solucion es “sentarse entre los mapuche y el Estado y reconocer la deuda
histórica que el Estado chileno tiene con los mapuche, reconocerlo como
pueblo, reconocer el territorio, el derecho a la autonomía.”
Aquí todos se llaman entre ellos “lamién” (hermano, hermana), aquí cada
noche toda la familia se reune en la ruca (la casa de barro y madera de
los mapuche) a beber mate de una sola calabaza, pasándosela de uno a
otro hasta que se termina. Aquí todavía persiste la esperanza de obtener
el derecho a la autodeterminación. La gente de la tierra necesita su
tierra, nada más. Ver Galeria.
Fotografías: Andréi Nikólski
Daria Zagvozdina, RT
Vìa :
http://actualidad.rt.com/actualidad/america_latina/issue_17011.html
http://actualidad.rt.com/actualidad/america_latina/issue_17011.html
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