Ciudadanos al Poder es una sección dedicada a artículos que no son redactados por ni para El Ciudadano,
sino que por personas, grupos u organizaciones que desean expresar sus
puntos de vista. Por lo tanto, no representan necesariamente la línea
editorial del medio.
La verdad sobre la Teletón y el dinero que nosotros los chilenos inocentemente «donamos».
En 1978, nace una idea aparentemente
altruista y alejada de las contingencias: un conocido animador de TV,
fanático libremercadista, «descubre» que los niños «discapacitados» de
nuestro país se encuentran en el más completo abandono, que el Estado
los ignora y sólo aquellos enfermos adinerados pueden financiar su
recuperación. Para enfrentar esa triste realidad, el aludido bufón
jázaro-semita, autodenominado «Don Francisco», decide copiar una idea
que ya se materializaba en EE.UU. y era animada en ese país por un
«actor» ligado a las mafias de sus tierras, el también judío Jerry Lewis.
La fórmula consistía en invitar a las
más importantes empresas del país para que traspasaran a la entidad que
se creara para administrar el tema, una parte de las ventas de un
determinado período, todo ello con un apabullador aporte publicitario
con un directo ataque a las emociones más primitivas del ser humano. El
evento final se comprometía a ser transmitido en cadena nacional de TV
con la participación de todos: animadores, actores, futbolistas,
vendedores de diarios, taxistas, empresarios, etc. Y, desde luego, se
«invitaba» a toda la población a donar dinero a la causa.
Hoy en día, los saltimbanquis de siempre
se pelean a fuego limpio un lugar destacado en la exhibición. Y los
politicastros de turno suspenden sus reuniones de coimas o entregas de
país y también acuden en semejantes momentos a lavar su imagen.
ANECDOTARIO OCULTO DE LA TELE$IÓN («Teletón» para los incautos)
Partamos recordando que los servicios de
la «Teletón» son pagados y mucha gente no puede acceder porque es muy
caro. Ha habido numerosas denuncias en la televisión. Entonces, ¿qué se
hace con los millones recaudados en las sucesivas «27 horas de amor»?
Algunas anécdotas nos pueden dar luces. En la primera «Teletón» que se hacía en Chile, un columnista de la página editorial de El Mercurio, Daniel de la Vega,
aportaba 60 millones de pesos, pero se llevó la sorpresa cuando al
anunciar su aporte en pantalla dijeron que era de ¡30 millones! Llamó al
Canal y exigió que Kreutzberger se pusiera al
teléfono. Le explicaron que estaba en escena y que era imposible, pero
el columnista dijo que si no hablaba con él retiraría su aporte, dejando
nulo el cheque. Al rato, «Don Francisco» salió al habla tratando de
apaciguarlo, diciéndole finalmente que al lunes siguiente le darían
explicaciones personales.
Efectivamente apareció una comisión de 3
ó 4 judíos que le «explicaron» que los gastos de la «Teletón» estaban
calculados en 50% de lo recibido por lo que en pantalla se mencionaba
sólo el 50% efectivo. De la Vega lo relató en su columna, así que es
fácil verificarlo dándose el trabajo de revisar los diarios de los días
siguientes a la primera «Teletón». El asunto es sencillamente una
frescura: en Estados Unidos, donde el también judaico Jerry Lewis inició
este timo, el asunto terminó en un escándalo de proporciones, tras
rebelarse que la mitad de los recursos incautados terminaba en las arcas
fiscales del flamante Estado de Israel.
La iniciativa siempre ha sido poco
transparente, ya que la exacta distribución de los fondos es un
misterio. Todos suponen que todo el dinero va a la Sociedad Pro Ayuda al Niño Lisiado, conocida como «Teletón». Pero cómo se distribuyen los fondos allí es un misterio. Un «desapercibido» reportaje de la revista Qué Pasa
(edición del 15 de septiembre de 1995) señaló que la distribución de
los fondos de este fraude es como sigue (desde luego, se refieren a la
distribución de sólo la mitad de los millones robados a los ingenuos, la
que se queda en Chile, no la que «viaja» a Israel):
Un 30% destinado a costear la terapia de los niños impedidos.
Otro 30% se destina a construir nuevos centros de tratamiento, o, si no se hace, a lo anterior. Todo «normal» hasta el momento.
Un 10% es destinado a contratar a la
agencia de publicidad y realizar la campaña para la próxima «Teletón». O
sea, todos deben ser donantes generosos, menos las agencias de
publicidad. Tome una guía cualquiera de teléfonos y vea de quiénes son
estas agencias.
Un 25% de los fondos se destina a pagar a
los animadores y “artistas” de cuarta calaña que participan en la
Teletón. Son los mismos que pregonan durante un mes la generosidad hacia
los mal dotados por la Naturaleza.
Lo más insólito de todo: un 5% de los
fondos va directamente al bolsillo del millonario Mario Kreutzberger,
“Don Francisco”. Esto significa, por ejemplo, que en la «Teletón» 2000,
donde se recaudaron $6.772.445.028, «Don Francisco» obtuvo la suculenta
suma de $338.622.252, mayor que muchos pozos del Loto, sólo por 27 horas
de trabajo.
¿Necesita de su solidaridad «Don Francisco», socio del Grupo Calderón (propietario de Ripley, Johnson’s Clothes, entre otras), dueño de Americatel y accionista minoritario de Entel Chile?
LAS 27 HORAS DE ENGAÑO
Algunos se preguntan, ¿Por qué en el
mediodía del día sábado vamos tan bajo en la cifra recolectada, y cómo,
en la Teletón pasada (2008), entre las 22:00 y la 1:00 de la madrugada
aparecieron mágicamente 3.000 millones de pesos? La respuesta no es que
hay en ese momento colas inmensas de gente con sacos y fardos de
billetes, ansiosas por cooperar con la «Teletón». La verdad es una sola:
las cifras de la «Teletón» son sistemáticamente falseadas. Durante el
día sábado, el Banco de Chile, por un convenio de
marketing, se dispone a reducir la recaudación aparente de la cuenta
24.500-03, depositando todo el dinero, pero asignando porcentajes falsos
de sucursal por sucursal. Luego, esos dineros aparecen mágicamente
entre las 22:00 y la 1:00 AM del domingo.
Esto es así sólo para provocar la
reacción obvia: que los charlatanes animadores puedan decir que «no van a
alcanzar la meta» y, por ese camino, manipular a la gente que no ha
donado o no lo piensa hacer, para que deposite dinero.
Otra cosa es que debido a la masiva
propaganda y a 27 horas de idiotización sin posibilidad de escape, ya
que todos los canales están obligados a dar la señal conjunta de la
«Teletón», la gente tiende a pensar que la «Teletón» es la sociedad de
ayuda más importante que existe y por ende, la única de real
importancia. Esto ha traído como consecuencia locuras como destinar un
porcentaje del P.I.B. nacional a la «Teletón», el cual bien podría
destinarse a los sectores más pobres de nuestro país. Mientras miles de
chilenos dejaron en caja 6.500 millones de pesos para atender a casi
20.000 niños «discapacitados», en los centros de rehabilitación de la
«Teletón», el Estado sólo entrega 2.100 millones de pesos anuales, al Fondo Nacional de la Discapacidad (Fonadis), para atender, en teoría, a más de un millón de discapacitados.
La «Tele$ión» no es más que un lucrativo
negocio. ¿Usted cree que cada empresa que se pone en la «Teletón» se
pone por caridad? ¿Usted cree que las empresas donan porque la causa de
la «Teletón» es bonita? No, lo hacen para aumentar sus ventas. Según un
estudio hecho por la consultora Nilo, un 65% de la
gente cambia su marca preferida por la marca que está en «Teletón». Y,
para colmo, existen grandes negociados entre la Fundación «Teletón» y
las compañías por el uso de esta marca. Es así como la «Teletón» escoge a
las marcas que son capaces de pagarle más dinero para luego ser éste
distribuido como se dice anteriormente.
LO CONCRETO
Enumeremos ahora los efectos concretos que provoca la «Teletón»:
Como show farandulero sólo ayuda a los decadentes y oportunistas cantantes y actores.
Ayuda a promover el consumismo exacerbado de artículos sin importancia.
Limpia la imagen de políticos y
empresarios inescrupulosos que creen que el aparecer en cámara con un
«minusválido» es signo de «honradez».
Lo peor de todo: esta Tele$ión se roba
la mitad de los recursos para subsidiar a un estado parásito, “madre
patria” de aquellos que a su vez, se autopagan con millones de pesos
ganados con el sudor de la frente de los chilenos.
Chile necesita niños fuertes y sanos.
Gente pobre, de poblaciones marginales, necesita ayuda igual o superior a
la que reciben estos «minusválidos». Que nuestro aporte sea en rescatar
al futuro de la Patria que se pierde día tras día en la marginalidad y
la delincuencia.
EL VERDADERO «DON FRANCISCO»
Las anécdotas sobre la conducta amoral de Kreutzberger son un secreto a voces en el siniestro ambiente televisivo.
¿Recuerdan cuando comenzaron los rumores de políticos en la red [de pedofilia] de Spiniak? La versión dada a conocer al aire en el programa radial «La gran mañana interactiva» de Radio Agricultura al otro día del escándalo desatado por Pía Guzmán fue la siguiente, en la voz del director del área de Prensa de la estación radial, Alejandro De la Carrera:
«Se habla de dos senadores de la Alianza por Chile, otro de la Democracia Cristiana “y de un destacado animador de televisión, empresario y famoso emprendedor de obras de caridad”.
Textual. ¿Les suena conocido? Fue la
única vez que a alguien se le escapó alguna insinuación. Pueden revisar
los registros de la emisora del día siguiente a la denuncia de Pía
Guzmán. Más increíble aún es constatar que Kreutzberger, Don Francisco,
fue quien financió y trajo desde EE.UU. al periodista de escándalos Víctor Gutiérrez, luego de que éste revelara los abusos sexuales a menores del cantante Michael Jackson.
Kreutzberger pagó su costosa defensa y lo protegió de la justicia
estadounidense. De esta manera, Víctor Gutiérrez quedó hipotecado al
comunicador judío.
Texto -de origen externo- incorporado a esta web por (no es el autor):
Cristián Andrés Sotomayor DemuthY en este blog vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/11/26/teleton-32-anos-de-estafa/
es lo que siempre pense, el ser humano es tan animal que utiliza a otro ser umano como instrumento de lastima y pena para ganar a costa del sufrimiento de un projimo..
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