jueves, 13 de octubre de 2016

Sociedad: Nuestro verdadero enemigo....Fernando Frias

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Muchos de nosotros discrepamos en ideas políticas, creencias religiosas, modelos económicos, incluso algunos serán fieles seguidores de un club de fútbol y verán como enemigos a los seguidores de otro equipo. Estas rivalidades cotidianas nos dejan ciegos para ver que todos compartimos un enemigo realmente peligroso, un enemigo creado por nosotros mismos y que alimentamos diariamente, me refiero al Cambio Climático.

lo que hacemos con nuestros océanos es igual a tener una piscina en casa, usarla para tirar la basura y todos nuestros desechos biológicos y a pesar de esto, bañarnos en ella y además alimentarnos de sus productos.
Hemos poblado y sobrepoblado cada rincón del planeta, si fuéramos capaces de ponernos en el lugar de cualquier otro ser vivo, veríamos al animal humano como una plaga de langostas que todo lo arrasa. Desde el año 1987 se celebra el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, es un día que marca la fecha en que nuestro planeta ya no es capaz de regenerar los recursos naturales que la población mundial consumió para ese año. En 1987 fue el 19 de diciembre, cuando la Tierra sobrepasó su presupuesto de recursos naturales para ese año. Desde entonces los hemos ido agotando más rápidamente y este año 2016, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra fue el 8 de agosto y en teoría, ese mismo día deberíamos haber suspendido todas nuestras actividades ya que agotamos los recursos naturales asignados para este año.
A partir de la revolución industrial, el desarrollo económico ha ido de la mano con el aumento en el consumo de combustibles fósiles, las fábricas, las centrales eléctricas, los automóviles y los hogares queman cada vez más y más carbón, petróleo y gas natural. Las consiguientes emisiones de dióxido de carbono se han convertido en la principal fuente de gases de efecto invernadero.
Agregaré otra forma de contaminamos aparte de los gases que salen por los tubos de escape de nuestros autos, me refiero al plástico, un material sumamente útil e imprescindible. Si nos diéramos el trabajo de sacar de nuestras casas todas las cosas que contienen plástico, la dejaríamos prácticamente vacía. Lo malo, que es un material muy persistente y se degrada en largos periodos de tiempo, cuando se va fragmentando en trozos cada vez más pequeños y son tantos los años tirándolo a la basura, que hoy se encuentra distribuido por todo el planeta, incluso, está en lo más profundo del océano.
Existe otra fuente poco conocida e invisible a nuestra vista. Debemos saber que la mayoría de los productos de belleza y de higiene personal como las cremas exfoliantes, geles de ducha y algunas pastas de dientes, contienen microesferas de plástico por sus propiedades abrasivas. Por ejemplo, sirven para remover células muertas en la superficie de la piel, dejándola con un aspecto fresco y brillante, tal como lo dice la publicidad. Se afirma que una crema exfoliante con microesferas contiene casi tanto plástico como su envase.
Las microesferas son tan pequeñas y escurridizas que se han convertido en un grave problema medioambiental. Las plantas depuradoras de agua no son capaces de filtrar la totalidad de estas partículas. Lamentablemente y sin nosotros saberlo – hasta ahora que leyó este artículo – dejan una peligrosa estela de contaminación. Las microesferas, una vez cumplida su misión, viajan por el desagüe rumbo a nuestros océanos.
Otra contaminación por plástico se origina al lavar ropa sintética, el agua del lavado invariablemente termina en el mar, allí los microplásticos y las fibras sintéticas, que suele ser poliéster, nylon y acrílicos que en su viaje se han cargado eléctricamente convirtiéndose en un imán para algunas sustancias toxicas, como los pesticidas, que también llegan al mar. Es posible encontrar microesferas hasta en la sal de mesa que se extrae del océano. Al final, las partículas plásticas terminan siendo ingeridas por los animales marinos al confundirla con comida, afectando su salud. Animales que caerán en alguna red y al estar en nuestra cadena alimenticia, terminaran en la mesa de un restorán o de nuestro hogar, regresando el plástico a quien lo originó, es decir, nosotros, cerrando así el ciclo.
A modo de analogía, lo que hacemos con nuestros océanos es igual a tener una piscina en casa, usarla para tirar la basura y todos nuestros desechos biológicos y a pesar de esto, bañarnos en ella y además alimentarnos de sus productos.
Ante la creciente amenaza de los plásticos, en Estados Unidos las microesferas serán prohibidas a partir de julio del 2017. Los países europeos se suman. Francia aprueba la erradicación de los cubiertos de plástico desechables con una ley que entrará en vigor a partir del 2020, el Reino Unido ha vetado los cosméticos que incluyen las peligrosas microesferas y varios más han prohibido por completo las bolsas de plástico.
No esperemos que estas decisiones vengan del Estado, si no tomamos nosotros conciencia, el Estado tampoco lo hará. Todos nosotros podemos y debemos actuar para minimizar estos peligros y además de evitar el uso de bolsas plásticas, de no guardar ni calentar alimentos en contenedores del mismo material, hay que agregar, el dejar de usar productos con microesferas ¿Cómo saberlo? Hay que revisar la etiqueta de los productos cosméticos que usamos para nuestra higiene (incluso de los dientes) si entre sus ingredientes hay polipropileno, polietileno, polietilentereftalato, polimetil metacrilato, ácido poliláctico o nilón, quiere decir que contiene microesferas, si lo encuentras, deshazte de ellos y no vuelvas a comprarlos, como consumidores tenemos el poder para obligar a las compañías a hacer cambios para que reemplacen las microesferas o microplásticos por productos no tóxicos y biodegradables que ya existen en el mercado.
La única forma de combatir y vencer este enemigo es unirnos globalmente y a nivel individual deberemos controlar instintos básicos que aún nos dominan, como la avaricia material, el querer tener más que el otro, la discriminación instintiva hacia personas de otros lugares, controlar el crecimiento poblacional, etc. Al parecer los avances científicos y tecnológicos son demasiado rápidos (piensen en el s. XX) y superan con creces los avances en Política, de tal manera que no hemos desarrollado formas de gobierno o gobernantes con capacidad ni la voluntad de cooperar para buscar y poner en práctica soluciones globales. Defectos que de no cambiarlos, nos llevará inevitablemente a nuestra autodestrucción. De cierta forma nuestro verdadero enemigo, no es Cambio Climático, en realidad somos nosotros mismos.


vía:http://www.elquintopoder.cl/medio-ambiente/nuestro-verdadero-enemigo/?utm_source=boletin_semanal&utm_medium=Email&utm_campaign=boletin-158-2_20161013&utm_content=destacado_principal_4

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