México, DF.
Organizaciones de la cuenca del Río San Pedro Mezquital, en Nayarit,
prevén que la construcción de la presa Las Cruces traerá “el despojo de
tierras y recursos, así como una profunda crisis ambiental con impactos
nocivos directos sobre las actividades productivas”. La Comisión Federal
de Electricidad (CFE) pretende comenzar la obra este año como parte de
un gran proyecto hidroeléctrico en el noroeste de México.
En este
contexto, productores, ecologistas y autoridades indígenas de la zona
temen sufrir “descomposición social (al provocar el incremento de la
migración y con ello la fragilización de familias y comunidades), y
cultural (entrañando especialmente el riesgo elevado de pérdida de buena
parte del patrimonio cultural de los pueblos originarios de la
región)”.
Aunque la
finalidad principal de esta obra es la generación de energía eléctrica,
forma parte del Sistema Hidráulico Interconectado del Noroeste (SHINO),
que tiene como objetivo desviar agua de éste y otros ríos hasta Sonora,
“donde hay mucha tierra disponible y agua insuficiente” para la
agroindustria, señala una presentación de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) sobre la presa. Ésta “ocupa el primer lugar en
generación dentro del sistema hidrológico San Pedro Acaponeta, que
comprende a 12 proyectos”. El SINHO comprende la explotación de 16 ríos,
tres de ellos en Nayarit (Santiago, San Pedro y Acaponeta).
Los
pueblos que se verían afectados directamente serían Presidio de los
Reyes, San Pedro Ixcatán, San Juan Corapan, San Blasito y algunas otras
comunidades muy pequeñitas que están distribuidas por esa zona, informa
la ambientalista Heidy Orozco. “Tenemos entendido que ya está terminada
la manifestación de estudios de impacto ambiental, pero hasta la fecha
no se ha publicado nada. Ahorita comentan los de la CFE que están
haciendo los estudios de factibilidad, para eso son los permisos que
ahora solicitan. No ha habido ninguna publicación ni información más
amplia”.
“Sí han
tenido los permisos (para hacer los estudios) por parte de los dos
ejidos, que son San Pedro y San Juan Corapan, pero los han obtenido de
manera irregular. No se ha notificado con tiempo la convocatoria, como
lo marca la ley, a los ejidatarios. Además no se ha incluido a los
anexos, que son comunidades indígenas que deben estar informadas. En las
últimas asambleas han incluido en la toma de decisiones a personas de
comunidades que no son comuneros, cuando las asambleas deben estar
constituidas únicamente por comuneros”. Inclusive se ha incluido a
trabajadores de las CFE, confirma Orozco, y se ha ejercido presión a las
personas para que aprueben. “La visitadora agraria los presiona
constantemente, y ella misma autorizó en una de las últimas asambleas
que todos los presentes –comuneros y no comuneros- pudieran votar para
aprobar el proyecto”.
A cambio de
obtener los permisos, las autoridades les han ofrecido obras de
infraestructura, como la remodelación de una plaza y un bardeado.
El último río libre
El río San
Pedro Mezquital corre a lo largo de 540 kilómetros, desde su nacimiento
en la Sierra Madre Occidental hasta su desembocadura en las llanuras
costeras de Nayarit, territorio del pueblo néyari y también de los
wixaritari, tepehuanes y mexicaneros. En su camino fluye sin presas –es
el último río libre en la Sierra- y alberga a su alrededor una gran
diversidad de especies animales y vegetales, como cuatro tipos de mangle
en peligro de extinción, la iguana negra y el jaguar, además de ser una
importante estación de aves locales y migratorias.
En la
última parte de su recorrido hacia el mar, el río lleva agua dulce al
gran sistema llamado Marismas Nacionales, que se encuentra entre Nayarit
y Sinaloa y tiene una extensión aproximada de 92 mil hectáreas. Este
sistema es reserva de la biosfera y concentra al 20 por ciento de los
humedales de México. Su riqueza le ha valido “múltiples valoraciones
vinculadas con designaciones de conservación, tales como Humedal Ramsar
de importancia internacional, Área de Protección de Flora y Fauna
Silvestre, proyectada Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales
Sinaloa, Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales Nayarit, etcétera”,
lo que significa que es “un refugio de conservación para la flora y la
fauna”, explica Juan García en el periódico La Jornada.
La vida
florece en esta zona. Los nutrientes que aporta el río influyen hasta 60
kilómetros mar adentro, y se calcula que cerca de 800 mil personas
viven a su alrededor y dependen de él. Además de la biodiversidad que
guarda, proporciona a los habitantes de la zona condiciones para que
vivan de la producción de ostión y camarón, y deja a su paso tierras
propicias para la agricultura.
Repercusiones ecológicas y económicas
A pesar de
que alrededor de la cuenca del río viven cerca de 800 mil habitantes, la
presentación de la CFE sobre el proyecto señala que la afectación
social “se limita a menos de 66 personas” y a 5 “caseríos aislados”.
También expone que la superficie afectada sería de 4 mil 100 hectáreas,
de las cuales 15 son de cultivo y el resto, forestales.
Los
habitantes de la zona lo ven de manera diferente. Para Efrén Nieve,
miembro del Consejo Intercomunitario para el Desarrollo Sustentable de
la Cuenca del Río San Pedro, el río “es la vida de muchos años que ha
creado un sistema de ambiente y nos ha prestado servicios ambientales,
mantos acuíferos, mucho bosque y las marismas, que se verían muy
afectadas porque es el río el que construye todas esas barreras
naturales”.
Los
habitantes calculan una afectación mínima del 80 por ciento al cultivo
de las tierras y a los manglares, “porque sin al agua dulce del río
automáticamente se acabaría ese equilibrio que es el manglar”.
Ganadería,
agricultura y pesca dependen hoy de los ritmos del agua. La construcción
de la presa, al retener el flujo del líquido dulce, alteraría el
equilibrio con la salada, con lo que se producirían daños irreversibles
al ambiente y a la vida de los pueblos. Se reduciría drásticamente la
producción de ostión, por ejemplo, y desaparecería una gran área de
manglar y de bosque. Las especies animales y vegetales verían reducido
su hábitat. Nieve evalúa que habría “cambio de los mantos acuíferos,
invasión y cambio del curso del río, exterminio de agostaderos naturales
desde la parte alta y la invasión del mar, que lo tendríamos a 20
kilómetros del pueblo”.
Rosamorada,
Santiago Ixcuintla y Tuxpan son municipios que se verían directamente
involucrados en la construcción de la presa; estos municipios están
dentro del decreto de área natural protegida, con el carácter de reserva
de la biósfera, dado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT).
En Nayarit
ya saben de los daños causados por las presas. Las presas Aguamilpa, El
Cajón y La Yesca retienen el caudal del río Santiago, lo que ha causado
merma de nutrientes en el agua, salinización de las tierras y la pérdida
de zonas de cultivo. Además, denuncia Efrén Nieve, en 1996 “al mar se
le iba a hacer una compuerta de 30 metros para controlar la salinidad y
lo dulce del agua del río, pero esa obre se volvió incontrolable y ahora
mide más de dos kilómetros, está invadiendo el mar y el único que
sostiene el control es el río San Pedro; son dos kilómetros de entrada
del agua del océano pacífico a las marismas, en la cual se encuentra el
cuarto manglar nacional declarado área natural protegida en mayo de
2010, que va desde San Blas hasta la Puntilla del Novillero”, informa.
Investigadores
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) expusieron en una
carta pública que “el conocimiento científico disponible de la zona
dista mucho de ser suficiente para permitir realistamente la toma de
decisiones responsables en torno a una obra de esta magnitud, en
particular, es el caso de la insuficiencia de series de información
hidrológica continental y marina superficial y subterránea de los
ecosistemas terrestres, de humedales y ambientes acuáticos dependientes
del Río San Pedro”.
El agua, fuente de cultura
Los pueblos
que viven en este entorno tienen una organización social y cultural
profundamente ligada al agua. Las historias fundacionales refieren que
los dioses fueron creados en el agua, y que por ella debían preocuparse;
las ceremonias que se practican hoy tienen que ver con ello. En la isla
de Mexcaltitán hay ceremonias para pedir una buena pesca; en tierra
firme, los indígenas ofrendan en grandes peñas a la orilla del río para
obtener una buena cosecha.
Maximino
Muñoz, abogado de Wirikuta, señaló en conferencia de prensa en junio que
la construcción de la presa y otros megaproyectos de la zona atentarían
“contra la ruta sagrada de la peregrinación y de los lugares sagrados
que en ellos se encuentran”. Con el represamiento, indica Efrén Nieve,
serían afectados cerca de siete lugares sagrados que quedarían unos 200
metros debajo del agua, amén de los lugares por donde se circula para
llegar a esos lugares. Los sitios sagrados afectados serían Muxatena,
Piedra Gorda, Piedra Blanca, Las Casitas y San Juan Corapan, entre
otros.
Otro de los
sitios de interés cultural afectados por la que sería la cuarta presa
en el estado de Nayarit sería la isla Mexcaltitán, de la que se dice que
es el lugar de origen de la peregrinación de los fundadores de
Tenochtitlán, los mexicas. En temporada de lluvias, sus calles
desaparecen bajo el agua; por eso se le considera “la Venecia mexicana”.
Los
habitantes que se oponen a la presa valoran que “la región posee un
invaluable patrimonio histórico-cultural en sus núcleos humanos,
especialmente en las comunidades habitadas por los hermanos de los
pueblos originarios, quienes mantienen y regeneran a pesar de muchas
dificultades, sus lenguas, tradiciones y costumbres, su visión del mundo
y su sabiduría ancestral, su respetuosa relación con la Madre Tierra, y
cuyos derechos elementales están respaldados en el convenio 169 de la
OIT (Organización Internacional del Trabajo)”.
El derecho a decidir de los pueblos
La primera
vez que los habitantes de la zona oyeron del proyecto de la presa fue en
2007. “Nosotros nos enteramos por unos talleres de Pro-regiones
(proyecto de la Universidad Nacional Autónoma de México con
participación de la Universidad de Nayarit). Ahí nos enteramos de este
posible proyecto de la presa, que nos es nada más una, son cinco en
total y siete en el río de Acaponeta. Nos explicaron los pros y los
contras, pero para la cuenca baja, tanto la agricultura como la pesca y
ganadería es una cosa que no se recupera.
“Hemos
pedido dos audiencias al señor gobernador porque él dijo públicamente
ante el periódico que quería la presa, y ahí nos dimos más cuenta de que
en realidad sí era cierto. Hemos estado en reuniones de COPLADEMUN
(Comités de Planeación Municipal), en las del Consejo de Desarrollo, y
ahí tampoco, la que ha dicho algo –pero no es seguro- es SEMARNAT, que
dijo que no hay nada autorizado y que no es factible la compatibilidad
del suelo con las cortinas porque es el terreno es poroso. Hace 15 años
se hizo un estudio de tres y no pasó, y ahora lleva 4 años y tampoco han
dado en favor para seguir adelante, otro año más metieron ahora para
seguir adelante con otro estudio”.
Heidy
Orozco señala que “no ha habido consulta a los pueblos indígenas, se ha
violentado ese derecho”. Efrén Nieve recuerda que para la resistencia,
“tanto cuenca alta como cuenca baja formamos en 2009 un Consejo
Intercomunitario de Sustentabilidad de la Cuenca del río San Pedro,
estamos ejidos y comerciantes, más los anexos de la sierra”.
El Consejo
señala que “es social y políticamente injustificable la exclusión de la
mayor parte de los habitantes de la Cuenca, o la inclusión manipulada o
controlada de pequeños sectores de la misma, del proceso de discusión y
de toma de decisiones sobre este crucial asunto que por su
trascendencia, debe constituir un tema fundamental de debate público,
abierto, informado, razonado, argumentado, y orientado a generar un gran
consenso que responda razonablemente al interés general”.
Las
autoridades náyeri advierten en un posicionamiento público que “de este
proyecto hidroeléctrico, los pueblo indígenas no fuimos consultados ni
informados previamente, en completa violación a nuestro derecho de
consulta.” Y rematan: “No permitiremos que después de 500 años aún
sigamos siendo objeto de conquistas, despojos y destrucción de nuestros
recursos naturales por aquellos que detentan el poder económico en
complicidad con los gobiernos”.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2012/07/bajo-amenaza-el-ultimo-rio-libre-de-mexico/
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