1.
Enrique Krauze y Denís Dresser, entre muchos, encabezan la campaña por
la formación de un partido decente, moderno, abierto y negociador de
centro izquierda, muy parecido al PRD de los “chuchos”, pero sobre todo
culto. La población mexicana, al contrario –después de tres campañas
políticas de Cuauhtémoc Cárdenas y dos de López Obrador, que fueron
defraudados en sus ilusiones por ganar la Presidencia de la República-
señala que los políticos, partidos, gobiernos y parlamentos, valen un
carajo porque son sólo un medio para obtener enormes salarios y realizar
muchos negocios. Y, preguntan: ¿habrá un político en México que sólo en
salarios no se haya llevado a la bolsa de 200 a 500 mil pesos cada mes
mientras los trabajadores sólo obtienen dos mil pesos mensuales? ¿Para
qué entonces queremos partidos?
2.
Las llamadas democracia maderista (1911-13) y luego vasconcelista
(1929) han representado siempre en México la ilusión de los derechistas,
hacendados y los bien alimentados que -como diría Gorz en Historia y
enajenación- pueden esperar las “calendas griegas” regocijados en su
comodidad. Sin embargo el pueblo mexicano, así como muchos pueblos
asiáticos, africanos y de nuestra América, exigen cambios hoy y no para
cuando todos estén muertos. En México –con la Revolución burguesa que se
hizo gobierno- hemos vivido la dictadura de los gobiernos empresariales
del PRI y del PAN a lo largo de por lo menos 82 años: al pueblo se le
ha engañado cada cuatro o seis años diciéndole que ahora si mejorará su
situación; sin embargo esa mentira se ha agotado y parece que el
radicalismo del pueblo miserable lo expresa contra todos los partidos.
3.
Televisa, TV Azteca, la radio y todos sus comentaristas, han hecho
largas campañas contra López Obrador y los jóvenes del Yo soy 132 porque
convocan a concentraciones, cercamientos y marchas en las calles. Estas
movilizaciones han sido muy pacíficas y respetuosas porque hasta ahora
la policía no ha recibido órdenes de reprimir, encarcelar o matar. ¿O
acaso salir a las calles con pancartas, mantas, gritos, es violencia
cuando la famosa Constitución (aunque burguesa) exige respeto a las
demandas populares? La única violencia que conozco es cuando policías y
milicos con caballos, perros, gases lacrimógenos y armas de todo tipo,
bloquean cualquier protesta contra el gobierno, empresarios o Estado.
¿Alguna vez los que protestan han arrojado balas o gases lacrimógenos
contra los represores? Lo más que han encontrado en su camino son
piedras.
4.
Los partidos son terribles estructuras de poder que imponen a sus
cuadros medios y de base las determinaciones centralistas tomadas desde
arriba. En México nunca han batallado por los intereses de los
trabajadores porque sus fines siempre han sido el gobierno, los procesos
electorales y los cargos de poder, así como el dinero. ¿Le ha importado
a los partidos alguna vez (con excepción de los pequeños en los años
sesenta y setenta) la lucha concreta de los ferrocarrileros,
electricistas, mineros, petroleros, profesores, estudiantes, sin poner
en primer lugar las luchas electorales por cargos y el fortalecimiento
del partido? El fetiche del fortalecimiento de la organización
centralizada se impone siempre porque es el medio para escalar en el
partido, el gobierno y el Estado. El partido siempre lo es todo; los
trabajadores nada. El poder obnubila la visión y la mente.
5.
Los partidos de derecha como el PRI y el PAN nacieron (no podrán
silenciarlo ni esconderlo, porque ellos mismos han sido gobierno) para
servir al Estado y a los empresarios; pero el caso de los de izquierda y
centroizquierda es muy grave que sigan la misma línea que la burguesía
les ha marcado. Con excepción del diputado Noroña y uno o dos más, los
gobernadores, presidentes municipales y parlamentarios sirven para
negociar votos y cobrar sus gigantescos salarios. Esta corrupción y la
falta de compromiso con los trabajadores es lo que ha observado la
población y por ello ha preferido aislarse de todos los partidos, por
ello también ha seguido a los movimientos de masas que no tienen
compromisos con esos organismos de mando y obediencia. Quizá por ello el
Yo soy 132 y la CNTE de Oaxaca son movimientos masivos.
6.
No debemos olvidar las palabras dichas por un estudiante del Yo soy 132
que habló durante el cerco al edificio de Televisa del pasado 26 y 27
de julio: “Sobre esta muralla los grandes poderes colocan con descaro su
opulencia. Sus ladrillos son la pobreza de más de más de la mitad de
los mexicanos y la obscena riqueza de unos pocos, donde los 10 hombres
más ricos del país concentran el equivalente al ingreso de 40 millones
de pobres. Los poderes fácticos se concentran en estos medios. De los 10
hombres más ricos de México, cinco se encuentran en las mesas
directivas de las televisoras: Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas,
Alberto Bailleres, Germán Larrea y Pedro Aspe”. El PRI y el PAN están
aliados o forman parte de esos poderes fácticos, ¿es lo que persiguen
los socialdemócratas o seguidores de centro izquierda?
7.
¿Cuánto más debemos esperar los explotados para liberarnos de esa
terrible clase capitalista que con sus partidos, medios de información,
iglesias y escuelas, nos oprime y aprisiona? Por las decenas de miles de
denuncias contra Televisa, el PRI y el gobierno panistas, así como por
las movilizaciones que han crecido en número, pareciera que cada día
estamos más cerca de los grandes estallidos sociales. Los partidos no
pueden ser más los condones de la libertad, los instrumentos que use la
clase dominante para mediatizar las luchas sociales. Construyamos
organizaciones horizontales, sin proclamados dirigentes, que se
coordinen para acciones concretas en las luchas de los trabajadores.
Llevamos ya más de 100 años luchando contra una revolución que sólo
sirvió para entregar un nuevo poder a la burguesía mientras en México
sigue existiendo un 70 por ciento de población pobre y miserable.
(29/VII/12)
Pedro Echeverría V.
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