viernes, 13 de julio de 2012

Argentina: Los números de la dependencia Por Carlos del Frade


humahuaca-12

APe).- A tres mil quinientos metros de altura, en Humahuaca, en uno de los techos de la Argentina, en la provincia de Jujuy, doce veces invadida y geografía de más de una veintena de batallas por la liberación del pueblo en el primer cuatro de siglo del diecinueve, se encuentra uno de los monumentos más hermosos, simples y profundos sobre aquella emancipación todavía no alcanzada.

En esas montañas multicolores, donde las nubes parecen llevarse por delante al visitante y donde el cielo está a 360 grados; en ese lugar de belleza mística y soledad implacable; en esas rocas que parecen haber sido testigos del origen del universo; un indio omahuaqueño encabeza una marcha. A sus costados están los gauchos que sangraron con Güemes y del otro lado, más representantes de los pueblos originarios. Ese es el monumento a la independencia.

Allí están los que hicieron posible el surgimiento de una nueva nación sobre la faz de la Tierra: los que son más, los ninguneados, los dueños nada más que de sus vidas, fueron los que siguieron los proyectos y las realizaciones de Belgrano, Artigas, Güemes y San Martín. Y terminaron como ellos: en la pobreza, la soledad, traicionados y en los largos exilios interiores y exteriores.

-Ellos son los verdaderos padres de la Patria, los que no tienen para comer todos los días, los que no tienen para vestirse todos los días y, sin embargo, siguen dejando todo por el país que les prometemos - escribió Belgrano en sus cartas al hablar de ellos, los que pusieron la carne y el alma por la palabra prohibida por Buenos Aires hasta no hacía mucho, independencia.

Y más allá del locro anunciado en los pizarrones de los restaurantes de ocasión en las distintas ciudades y los diferentes pueblos de la Argentina, vendría bien decir que el 9 de julio tiene también el sentido de igualdad, la palabra que, justamente, sedujo a aquellas masas para ganar la emancipación en el siglo diecinueve.

De allí que a 196 años de la declaración formal de la independencia argentina, es interesante pensar con qué contamos cada uno de los argentinos y las argentinas para ser felices, haciendo realidad nuestros propios proyectos. Porque de eso se trata ser independientes. Pensar y proyectar según nuestras cabezas necesidades y hacer realidad nuestros deseos con nuestros propios recursos.

Por eso hay que pensar en la radiografía nacional y existencial que suelen provocar los números, las vísceras de la sociedad como le gustaba decir a Raúl Scalabrini Ortiz en “Política británica en el Río de la Plata”.

Porque más allá de los bellos discursos, las cifras suelen poner blanco sobre negro en torno a la capacidad de definir la vida del mañana.

Si ella depende de nosotros o no depende de nosotros.

De acuerdo al último número de la revista Mercado donde figura el ranking de las mil empresas que más vendieron durante 2011 y cuyo volumen que representa nada menos que el 72,1 por ciento del PBI compuesto por lo que suman 40 millones de argentinas y argentinos, casi las tres cuartas partes de las principales doscientas firmas son de origen extranjero.

Y, por otra parte, esos números marcan las diferencias en la vida cotidiana. Por ejemplo: el 80 por ciento de nuestros jubilados ganan menos de 2000 pesos mensuales: 66 pesos por día, 2,77 pesos por hora, a razón de menos de 5 centavos por minuto.

Y si el 70 por ciento de los trabajadores en blanco gana menos de 5 mil pesos mensuales, quiere decir que perciben 166 pesos por día, 7 pesos por hora y 11 centavos cada sesenta segundos. Telecom, en cambio, factura 35.789 pesos por minuto; General Motors 23.148 pesos por minuto y la Barrick, 12 mil pesos cada sesenta segundos.
Estos números muestran la ferocidad del capitalismo en la Argentina del presente.
Lejos de aquella independencia celebrada.

Una realidad que expresa la urgencia de respetar, alguna vez, los herederos de los hacedores de la independencia, los que están reflejados en el monumento de Humahuaca, los que en pleno siglo veintiuno apenas facturan centavos por minuto mientras que los grandes patrones lo hacen por miles de dólares.



Fuente de datos:
Revista “Mercado”, junio de 2012. Cálculos del autor de esta crónica.

Vìa,fuente:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7233:los-numeros-de-la-dependencia&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106

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