Ollanta Humala en 136 días ha producido una "masacre política",
dejando en la calle a aquellos que lo construyeron como candidato, le
escribieron los discursos y le pagaron la campaña electoral.
La construcción de un candidato
presidencial es un proceso complejo de construcción de imagen, de
discurso, de configuración de alianzas y en última instancia de
visibilidad real. Construir un candidato cuesta dinero y esfuerzo de
mucha gente. El entorno del futuro candidato hace este esfuerzo en un
acto de fe política convencido de que éste podrá cambiar el rumbo de la
historia. Es lo que el Banco Mundial llamaría un acto de inclusión
social. Los/las jóvenes repartidos por el país hacen campañas y rompen
el descrédito de la política para que las nuevas generaciones voten por
la izquierda y no por la derecha y para que las generaciones mayores
retomen su compromiso con la sociedad, perdido ante las frustraciones de
décadas de luchas truncas. Haciendo camino al andar, cada grupo de
trabajo inventa un imaginario progresista y trata de empatar eso con lo
que se ve en el horizonte.
La división derecha/izquierda está
delineada por una consciencia ambiental versus políticas extractivistas;
democracia participativa versus democracia electoral; derecho al cuerpo
versus la sexualidad reproductiva compulsiva; las mejoras en los
salarios y en la distribución del ingreso versus concentrar el ingreso y
aquietar a los mercados; políticas económicas heterodoxas versus
políticas económicas ortodoxas; modelo de crecimiento exportador versus
un modelo de crecimiento hacia adentro; más impuestos a los ricos versus
exoneraciones tributarias; lucha contra el racismo y toda forma de
discriminación versus el status quo.
Caído el bipolarismo internacional en
1990, hay la búsqueda por la construcción de un nuevo regionalismo
político multipolar versus la unipolaridad militar con la que Estados
Unidos actúa, dada su pérdida de liderazgo global.
La lucha de clases hoy día es más
compleja que la lucha entre ganancias y salarios únicamente porque lo
que está en juego es el planeta. La lucha salarios-ganancia la ganó el
sector financiero, que consolidó en el mundo occidental una
participación cada vez menor de salarios en el PIB a cambio de una
concentración creciente del ingreso. Esta ha sido la razón de ser de las
protestas de los Indignados españoles y de Occupy Wall Street así como
de los precursores de los cambios en todo el Mediterráneo.
Es ya una práctica instalada que los
presidentes/alcaldes/gobernadores, con o sin partido de izquierda, una
vez electos, patean su tablero e intentan colocarse al centro político,
acomodándose con el poder contra el cual estaban corriendo. Esta
transición política deja a algunos viejos actores fuera de juego e
introduce a unos nuevos actores en el escenario. La razón esgrimida por
los electos es que hay que ser elegido con la izquierda para gobernar
con la derecha. Los gobiernos progresistas de América del Sur y la
social democracia europea están llenos de esto.
El más reciente miembro del creciente
club de los tránsfugas es el presidente peruano sobre el que algunos
cifraron muchas esperanzas. Un gobierno de izquierdas en el Perú podría
haber significado la consolidación del proyecto sudamericano. El viraje
peruano, al que ya estamos acostumbrados desde la elección de Alberto
Fujimori Fujimori (AFF) en 1990, fue más brusco que entonces. En 1990,
AFF tardó dos años en sacar a sus compañeros de ruta electorales del
gabinete y rompió las alianzas finalmente cerrando el congreso el 5 de
abril del 1992 con el autogolpe. Es decir, tardó 608 días en sacar del
gabinete a todos los "progresistas" y un mes más para eliminar a sus
asesores de campaña antes de asumir el gobierno.
Ollanta Humala (OH) en 136 días ha
producido una "masacre política", dejando en la calle a aquellos que lo
construyeron como candidato; le escribieron los discursos y le pagaron
la campaña electoral. Las alianzas políticas siguen en la bancada del
Congreso dentro de una cancha rayada muy complicada. Si sus compañeros
de bancada se van porque los ha defraudado, gobernará con Fujimori y el
Apra. Por las dudas, el presidente del Congreso habla de la necesidad de
indultar al reo AFF y boicotea la labor de la comisión contra la
corrupción del régimen de Alan García Pérez. De manera insólita el
gobierno progresista de OH no puede hacer lo que el gobierno de Toledo
de centro derecha logró, enjuiciar la gran corrupción. El Parlamento no
ayuda a OH en su labor o el presidente del Congreso hace puentes para el
cambio de alianzas final. La "masacre política" del 10 de diciembre
ocurrió cuando 11 de 17 ministros fueron defenestrados tras un acto
presidencial, donde primero desautorizó públicamente al Premier en unas
negociaciones con la población en Cajamarca; en segundo lugar decretó el
estado de emergencia en la zona minera aurífera en debate. Y finalmente
metió a la cárcel a los responsables políticos de la zona que estaban
en Lima intentando encontrar una solución pacífica al conflicto
originado por las demandas de una empresa que quiere utilizar cuatro
lagunas para sus actividades mineras, contrariando la opinión de la
población de la zona que quiere mantener sus lagunas.
Fue tanto una "masacre política" como
una demostración de estilo político. Ya puede el presidente cerrar el
recién abierto Ministerio de la Inclusión Social y ahorrarle al
Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) unos soles. Lo "eficiente" es
que sean programas del Ministerio de la Presidencia. Alguien tendría que
explicarle al presidente la distancia entre la eficiencia económica y
la eficiencia política y que la inclusión social es un tema de política
macroeconómica y no ajeno a ésta.
En la relación con Estados Unidos hay
que enfatizar que éste fue el último país visitado por Humala en el
hemisferio tras su elección, luego de su gira por Suramérica. Visitó al
Consejo Nacional de Defensa de dicho país en julio porque hay en el
Perú, según Mónica Bruckman de la Universidad Federal de Rio y Ana
Esther Ceceña del Observatorio Geoestratégico de la UNAM, igual o mayor
numero de militares estadounidenses en el Perú que en Colombia y porque
el Perú está además lleno de bases aéreas estadounidenses.
El primer visitante oficial
estadounidense al Perú el 29 de noviembre del 2011 fue el General
William Brownfield, subsecretario de Estado de los Estados Unidos para
Asuntos Antinarcóticos y Policiales. Antes Brownfield fue embajador de
Estados Unidos en Colombia durante los años de Álvaro Uribe, el aliado
más fuerte de Washington en América Latina.
El 23 de noviembre, en el marco de la
celebración del 50 aniversario de la Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID), el Ministro de Relaciones
Exteriores, Rafael Roncagliolo Orbegoso, condecoró a su director en el
Perú, Richard Goughnour, con la orden "El Sol del Perú" en el Grado de
Gran Cruz.
En setiembre, a un mes de asumido el
nuevo gobierno, el programa de cooperación de Estados Unidos con el Perú
se amplió de 230 millones a 293 millones de dólares para el periodo
2008-2012 que en los hechos quiere decir que le han dado a Humala 60
millones de dólares más para el inicio de su gestión. Con esto se podría
sugerir que el Perú está alineado con Washington al igual que Colombia,
México y Chile y sigue en el llamado Arco del Pacifico.
Es decir que no hay variación sustantiva
en la política exterior contrario a lo que se esperaba por sus dos
discursos sobre la materia donde enfatizó la importancia del
multilateralismo y de Suramérica.
Consciencia ambiental versus políticas extractivistas
El Perú es y será un país minero. Esta
condena al rentismo ambiental es una amenaza no solo para los pobladores
de la sierra donde yacen las minas, sino para todo el planeta. Los
Andes peruanos se han quedado sin nieve desde hace más de dos décadas
mientras se irriga el desierto en la costa, cambiando así el ecosistema.
La minería genera divisas y deja pasivos ambientales que se han
convertido en un problema mayor en la zona de Cajamarca. En el mes de
setiembre había 90 conflictos socioambientales latentes relacionados a
la minería y estos comenzaron a estallar en el mes de noviembre cuando
la población comenzó a sentir que no pasaba nada con sus demandas
anteriores al cambio de gobierno.
El discurso electoral de Ollanta Humala
estuvo centrado en la conciencia ambiental y nombró al ministerio del
ramo a un mentor político de OH, Ricardo Giesecke. Giesecke, un experto
internacional en temas ambientales, fue del grupo pequeño del entorno de
Humala desde 2005. En dicho ministerio estaban dos viceministros de
izquierda relacionados a temas ambientales lo que era coherente con el
discurso de campaña. Estos fueron defenestrados junto con el ministro.
Fueron reemplazos -como en 1992- por "técnicos", como si Giesecke,
Cabieses y de Echave, el trío defenestrado del Ministerio del Ambiente,
no lo hubieran sido. Lo que interesa ahora es que sean técnicos
dispuestos a conversar con Washington, digamos.
Democracia participativa versus democracia electoral
Detrás del Partido Nacionalista hay un
grupo político llamado Gana Perú que fue el que finalmente le dio el
triunfo a OH. Este se conforma por intelectuales y lideres regionales
que armaron la campaña presidencial, sobre todo en la segunda vuelta,
cuando Humala podía perder. El objetivo de Gana Perú era hacer del
proceso político que Humala iniciaba uno de democracia participativa,
donde el diálogo social sería el rasgo y los intereses populares
estarían en el centro.
La manera cómo se manejaron los
conflictos relacionados con la minería de Andahuaylas y Cajamarca mostró
lo siguiente. El ministro de energía y minas llegó a Andahauylas a
bordo de un avión de la empresa minera Yanacocha, propietaria de la mina
Conga, en cuestión. El equipo de ministros y vice ministros que estaban
allí para la negociación fue dispar, regresándose a Lima dos ministros
por temor. Es decir, un gobierno dispuesto a negociar desde las empresas
y con temor al pueblo. Estos ministros desautorizaron en última
instancia a los negociadores que estaban trabajando con la población que
reaccionó con furia (http://www.forosperu.net/showthread.php?t=256905 )
Esta es la misma figura que la que ocurrió en Cajamarca en noviembre
con el tema de la mina Conga. El temor al pueblo y la alianza con los
empresarios mineros en nombre de que "el mercado tiembla".
Finalmente, al darle la espalda a la
democracia participativa que la población reclama en todo el país y más
en las zonas rurales afectadas por la minería, el presidente acaba de
abrir un escenario: la población puede quedarse quieta por miedo a la
represión o puede salir a la calle demandando la salida del electo en
una figura similar a la ocurrida con Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y
Lucio Gutiérrez en Ecuador; con Carlos Meza Gisbert, y Gonzalo Sánchez
de Losada en Bolivia, que salieron por presiones sociales. Huelga
mencionar la dinámica del mediterráneo, donde la presión de la calle
expulsó al premier griego, al italiano, al español, al portugués y al
tunecino, libio, egipcio, yemení, mientras hay fuertes protestas en
Siria e Israel todas en el año 2011. El otro lado de esto es un
endurecimiento de la democracia al estilo de Alan García que es la
apuesta de Washington.
Demandas de mejoras en los salarios y en la distribución del ingreso versus aquietar a los mercados
Mejorar el mercado interno mediante una
mejora en la distribución del ingreso es una demanda clamorosa de la
población peruana. Esta ha sido respondida mediante la introducción de
un programa de jubilación a los 65 años y de becas a los estudiantes de
18 años, anunciados el 28 de julio del 2011 por Ollanta Humala en su
discurso inaugural. Lo que es menos probable es que se formalice más el
empleo y se mejoren las remuneraciones, porque el Ejecutivo ha tomado un
giro conservador en lo político y neoliberal en lo económico. El
nombramiento inicial del ministro Castilla en la cartera del MEF fue una
sorpresa para el equipo económico del presidente que creyó que habían
ganado las elecciones. Ni Dancourt, ni Félix Jiménez fueron nombrados a
la cartera de economía a pesar de ser los responsables del área
económica del plan de gobierno. Al revés, se promocionó al vice ministro
de economía al cargo de ministro para mantener la estabilidad de las
políticas. Fitch Ratings subió al Perú a BBB en noviembre, en mérito a
la continuidad de las políticas.
El Dr Castilla obtuvo su doctorado en
economía de la universidad Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos, y
a diferencia de Rafael Correa no ha tenido un cambio de sentimiento,
sino que es esencialmente un economista ortodoxo, cuyo objetivo es
mantener la inflación en el punto más bajo posible para permitir el
desarrollo de los mercados. El es un creyente en los superávits fiscales
y de balanza de pagos, ambos que existen en el país desde hace una
década. No es un heterodoxo que esté buscando el desarrollo del mercado
interno y la inclusión social.
Finalmente, lo que puede llevar a una
militarización del régimen no es que existan militares dentro del
gobierno, sino la fragilidad del régimen político elegido con un sentido
y gobernado con el sentido contrario. Para que los perdedores puedan
mantenerse en el poder al que llegaron el 10 de diciembre, el espacio de
la protesta social debe ser reducido. La mitad de la población eligió
otra cosa y puede exigir aquello por lo que votó que se relaciona con
sus derechos ciudadanos. Ya no quedan casi iletrados en el país y la
conciencia de la postergación ciudadana en los pobres está clara, más
aún cuando la riqueza mineral sale de su tierra y a cambio le dan
contaminación ambiental.
- Oscar Ugarteche, economista peruano,
trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM,
México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico
de América Latina (OBELA) www.obela.org
Vìa, fuente :
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/1124-per%C3%BA-ser-elegido-con-la-izquierda-para-gobernar-con-la-derecha.html
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/1124-per%C3%BA-ser-elegido-con-la-izquierda-para-gobernar-con-la-derecha.html
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