Los jóvenes en México, de 12 a 29 años, representan la tercera parte de
la población total, lo cual no puede considerarse únicamente como una
masa numerada, una cifra sin más. Delinearles implica considerar las
diversas situaciones culturales, políticas, económicas y ambientales que
componen su contexto, y que junto con la capacidad creativa de cada uno
o una, constituyen su ser.
El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria (CDH Vitoria) explica en su Informe
sobre la Situación de los Derechos Humanos de las Juventudes en México
2010-2011que “hablar de jóvenes requiere retomar los elementos de
territorio, cultura e identidad, ya que el mundo de la juventud es
diverso. (…) La multiplicidad de realidades a las que la juventud se
enfrenta en lo cotidiano de su vida, nos encamina a hablar de
Juventudes. En el núcleo está la persona joven y su dignidad; luego se
ramifica en torno a la contribución de otras generaciones con las que se
interacciona; así como el territorio, la cultura y su realidad
sociohistórica con lo que se muestra la diversidad que existe en este
grupo, cuyo reconocimiento busca evitar generar estigmas y
discriminación.”
Así, en su multiplicidad de identidades, las juventudes convergen en la
falta de oportunidades para estudiar y/o conseguir un empleo, que según
el informe del CDH Vitoria, son de los derechos sociales más vulnerados
entre las juventudes, ya que el desempleo y la baja matrícula en las
escuelas afectan en mayor medida a las personas de entre 12 y 29 años.
Asimismo, el reconocimiento y construcción de la autonomía y
emancipación se establece como la base de su desarrollo personal. Dicho
centro de derechos humanos “reivindica la participación plena de las
juventudes en todos los espacios vitales con el fin de que las
contemplen como agentes de transformación social, política, jurídica,
entre otros, y de que rompan con las concepciones que coartan sus
posibilidades de desarrollo.” Tales como la falta de acceso a la
educación, al empleo y/o al sistema de salud.
Escena 1, “la carretera esta limpia”
400 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos cerraron la
autopista y carretera México-Acapulco a la altura de Chilpancingo,
Guerrero, en busca que fueran escuchadas sus demandas, peticiones
básicas para la existencia de esta normal que recibe a jóvenes de bajos
recursos de muchas regiones del país: incremento al subsidio para
alimentación; reparación de las instalaciones de la escuela; aumento de
la matrícula anual; ingreso al plantel con un promedio mínimo
aprobatorio de siete, y la adjudicación de plazas magisteriales para los
egresados.
La respuesta a esta, una de varias manifestaciones pidiendo
reunirse con el gobernador de Guerrero, fue “limpiar” la carretera con
un operativo de policía de los tres niveles de gobierno en el cual
dispararon contra la manifestación y asesinaron a dos de los
manifestantes, Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera, de 20
y 21 años, respectivamente.
Tras el operativo, Ramón Miguel Arreola Ibarria, subsecretario de
Seguridad Pública, declaró en una rueda de prensa en el lugar de los
hechos y con el rostro manchado de sangre que: “El gobernador me ordenó
limpiar y la carretera está limpia”.
Actualmente para ingresar al bachillerato o a
alguna universidad pública, se descubre una carretera repleta de baches,
topes y desperfectos propios de las calles mexicanas; se aplican
exámenes para la selección de estudiantes que “merecen” la educación, a
pesar de ser un derecho fundamental inherente a cada individuo sólo un
pequeño porcentaje de quienes aspiran a la educación media y superior es
aceptado y, en todo caso, la educación primaria y secundaria, que
debiera preparar para ese tipo de exámenes, es de muy baja calidad.
Además, el presupuesto destinado a la educación es muy reducido,
por tanto, el espacio y la cantidad de maestros no alcanzan para todos
los jóvenes. Quienes concluyen estudios profesionales se enfrentan a una
flexibilización laboral que nos les permite aspirar a puestos bien
remunerados y que les permitan un mayor desarrollo.
Escena 2, protestar es un derecho
Julián Leyzaola Pérez, teniente Coronel, enfrentó denuncias por
tortura cometidas en el año 2010 cuando fue funcionario del gobierno del
Estado de baja California. Luego de recomendaciones de organismos de
derechos humanos por estas violaciones fue nombrado secretario de
seguridad pública de Ciudad Juárez, Chihuahua, y el 1 de noviembre de
2011, volvió a mostrar su forma de operar cuando detuvo una
manifestación por la Paz a golpes, arrestando a 29 personas la mayoría
jóvenes, varias mujeres, adultos mayores, periodistas y reporteros
gráficos.
El grupo de indignados sufrió la violación a sus derechos como
parte de un nuevo modelo de seguridad que se busca poner imponer en
Juárez de la mano de Leyzaola. se trata del grupo “embrión” de la
policía municipal y cuyo objetivo es atender los casos de violencia de
mayor impacto. En ciudad Juárez, Chihuahua, una de las ciudades más
violentas del país y donde los jóvenes son uno de los grupos en mayor
situación de vulnerabilidad, una protesta por la paz fue el objetivo de
150 elementos de seguridad pública, que comandados por Leyzaola los
agredieron y detuvieron arbitrariamente.
A demás de quienes intentan estudiar, también están las juventudes que
ni siquiera voltean a ese rumbo. Gestados entre violencia, muchos
jóvenes están encausados desde el vientre a formar parte del
narcotráfico o el ejército, otra vez en las filas de los muertos. “Ahora
que abunda la juventud, que el país tiene suficientes músculos,
entusiasmo e ingenio para salir adelante y la población económicamente
activa es mayor al número de niños y de ancianos, sólo tiene cabida en
los panteones”, dice Marcela Turati en Fuego Cruzado.
“Desde que comenzó la guerra contra las drogas, ha habido un número
cada vez mayor de niños y padres muertos que ya se cuentan por miles;
decenas de miles de huérfanos y un número creciente de ataques a centros
de rehabilitación contra las adicciones, incluyendo masacres en contra
de jóvenes consumidores de drogas; además de un importante incremento de
ataques contra escuelas, que se han traducido en una disminución
significativa en la asistencia escolar por temor a la violencia”,
explica un informe de la organización Espolea.
Es posible que existan 50,000 huérfanos de la guerra contra las drogas,
segun datos basados en estimaciones del número de huerfanos en ciudad
Juárez por el visitador de la Comisión de Derechos Humanos de Chihuahua,
Gustavo de la Rosa Hickerson.
Escena 3, fogata que marca el paso
El zócalo de San Francisco de Cherán es una plaza
lisa y pequeña donde se encuentra el Palacio Municipal ahora denominado
Casa Común, centro de operaciones de la organización de sus ciudadanos y
ciudadanas purépechas. Dentro, se instala Radio Fogata ¡Escucha! la
instancia comunicativa de ondas radiofónicas en lugar de flamas
humeantes.
Radio Fogata tiene una misión clara: comunicar información precisa
a nivel interno. En esta participan jóvenes mayoritariamente, quienes
antes del 15 de abril constituían un sector marginado por la falta de un
desarrollo con posibilidades deportivas, sociales y educativas, según
uno de los comuneros que impulsaron dicho proyecto y que prefiere
guardar para sí su identidad.
“El nombre de la radio surge de inquietud de ellos -los jóvenes-,
revisando la historia de Latinoamérica pues ha habido muchos movimientos
que ha tenido entre sus prácticas el uso de barricadas y las marchas,
los plantones, las tomas... pero ninguno se había desarrollado con
fogatas, entonces, tomamos ese emblema. El único objetivo de Radio
Fogata es que los jóvenes perdieran el miedo de agarrar un micrófono y
es en agosto que la radio comienza a trabajar; comienzan a crear
proyectos, hacer entrevistas a la comunidad”. Tomado de Cencos.
A pesar de este panorama, desde otras trincheras emergen juventudes
conscientes de ello para exigir lo que el Estado les ha negado. El
Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES),
desde 2010 reclama
aquél derecho fundamental y entre sus objetivos figuran el aumento a la
matrícula, al presupuesto para la educación, nuevas instituciones que
incluyan a todo quien quiera estudiar, pase automático del bachillerato
de la UNAM a la universidad, así como cancelar el examen de selección
para la misma pues “el progreso de una nación está en la educación de la
gente. Al tener un pueblo sin educación tienen un pueblo oprimido”.
A la juventud pareciera que se le criminaliza sólo por el potencial que
tiene para cambiar las cosas. Se les quitan las oportunidades porque a
la menor posibilidad florece. Se les quita el aire para que no hagan una
diferencia y para que el futuro se igual que hoy.
Centro Nacional de Comunicación Social
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