Posted: 06 Dec 2011 07:40 AM PST
No fue un simple
exabrupto el amago del presidente de la República en contra de los 23
mil ciudadanos que promueven la intervención de la Corte Penal
Internacional (CPI) en México. Si así fuera, Felipe Calderón no hubiera
convertido el comunicado del domingo 27 de noviembre en un costoso
desplegado de plana entera en los periódicos de circulación nacional.
Tampoco hubiera mandado a sus voceros periodísticos y aliados políticos a
ratificar la amenaza y denostar a los denunciantes a lo largo de la
semana pasada. Al contrario, al darse cuenta de su error, simplemente se
hubiera retractado de las últimas frases del polémico pronunciamiento.
El lunes 28, en entrevista con
Joaquín López Dóriga, la vocera gubernamental Alejandra Sota de ninguna
manera se desmarcó de la propuesta de “proceder legalmente” en contra de
los ciudadanos peticionarios. Al contrario, ratificó que “se están
estudiando todas las alternativas existentes”. Políticos priistas como
Emilio Chauyfett y Enrique Peña Nieto, quienes también guardan varios
esqueletos en su proverbial closet, han avalado el derecho del gobierno
federal a intimidar a los ciudadanos inconformes. El senador Ramón
Galindo, del PAN, caracterizó públicamente la petición ante la corte de
La Haya como un “escupitajo” y una “estupidez”.
Todo parece indicar que la
reacción gubernamental no surge de un momentáneo ataque de furia o de
una mala asesoría de parte del rijoso secretario de Trabajo, sino de un
temor muy real de parte de algunos elementos del Estado ante la
posibilidad de que se inicie una investigación criminal internacional en
su contra. En este caso, la fuente real de la errada estrategia
mediática serían las fuerzas armadas, y en particular el general Galván y
el almirante Saynez, quienes saben perfectamente bien que hoy los
militares y los marinos se encuentran en una situación de franca
violación a la Constitución y serían los primeros en caer ante una
eventual investigación de la CPI.
Lo cierto es que un valiente y
brillante joven abogado de 28 años llamado Netzaí Sandoval ha puesto en
jaque al Estado mexicano. Su iniciativa ha tenido el enorme valor de
traer de nuevo los reflectores nacionales e internacionales hacia la
crisis humanitaria y la profunda falta de rendición de cuentas que
existen en México. Su ejemplo también sirve de inspiración para los
millones de jóvenes indignados, críticos e inteligentes que buscan
contribuir a la transformación del país. Si un solo joven puede generar
un nuevo contexto de exigencia social para acabar con la impunidad y
parar el baño de sangre, no sería difícil imaginar de lo que serían
capaces miles o millones de otros Netzaí movilizados a lo largo y ancho
del país...
TEXTO COMPLETO DEL ARTÍCULO DISPONIBLE EN REVISTA PROCESO
ESCUCHA EL AUDIO DE LA COLABORACIÓN DE JOHN M. ACKERMAN EN MVS RADIO SOBRE LOS AMAGOS DE CALDERÓN
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