El
segundo intento de volver pisar suelo chileno en menos de 48 horas
realizó hoy Hugo Marchant Moya, ex militante del MIR (Movimiento de
Izquierda Revolucionaria). El avión, procedente de Buenos Aires, llegó
pasadas las 11 de la mañana y la Policía de Investigaciones lo mantuvo
retenido todo el día para finalmente devolverlo a la Argentina.
Ayer ya lo habían regresado, después de todo un día a la espera de una resolución judicial, en el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago. Esta
mañana hizo un nuevo intento por ingresar al país luego de que la
abogada Alejandra Arriaza, junto a su colega Alberto Espinoza, lograran
que el Ministro de Fuero de la Corte de Apelaciones, Joaquín Billard
Acuña, dictara una autorización por razones humanitarias para que el
luchador social del MIR, quien es un reconocido ex prisionero político,
según consta en el Informe Valech, pudiese ingresar por quince días.
El abogado de Marchant, Alberto Espinoza, dijo que estaba en manos del Ministerio del Interior
el que está generando la traba para que se autorice la entrada de
Marchant. Lo cual corroboraron diputados de la Comisión de Derechos
Humanos de la Cámara de Diputados, quienes intercedieron ante dicha
dependencia del Gobierno, pero no obtuvieron respuesta.
Mientras,
desde la mañana, alrededor de una treintena de personas se reunió en el
Aeropuerto para esperar que Hugo Marchant pueda encontrarse con sus
familiares y amigos que no ve desde hace 19 años, cuando fue expulsado
de Chile por primera vez en “democracia” por el gobierno de Patricio Aylwin, bajo las leyes Cumplido, que le cambiaron su condena de cadena perpetua por 25 años de destierro (que llamaron extrañamiento).
El diputado demócrata cristiano Sergio Ojeda, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja, declaró que había hecho una llamada pertinente para pedir que el Gobierno autorice
el ingreso, pero hasta ese momento todavía no había un pronunciamiento
del Ministerio del Interior (antes del medio día).
Javiera Marchant Aedo,
hija del ex mirista, dice que “es el colmo que después de 19 años mi
padre todavía tenga prohibición de entrar al país. Se ha probado que él
fue víctima de prisión política y tortura, lo cual consta en el informe
de la Comisión Valech. Cuando lo tomaron detenido, todos sufrimos la tortura, incluida mi madre; mi hermano Pablo tenía
cuatro años y yo nueve meses, y aprendí a caminar en la cárcel. Ya es
hora de que luego de más de 20 años de retorno a esta ‘democracia’, yo
pueda caminar libremente junto mi padre por las calles de Santiago, por
primera vez en mis 28 años”, enfatizó.
A
pesar de contar con un oficio de un juez, en el que se le autoriza -por
razones humanitarias- el ingreso al país por 15 días, la Policía de Investigaciones
(PDI) aún lo mantiene retenido, pues asegura que Marchant tiene otras
causas por lo que son varios los tribunales que deben pronunciarse. Los
familiares y amistades señalan que es una medida burocrática que sólo
busca hacer tiempo, pues de no poder entrar a Chile a las 17 horas
Marchant sería nuevamente enviado a Buenos Aires.
Noticia en desarrollo
Por César Baeza Hidalgo
Twitter: @Cesar_inBH
El Ciudadano
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