Hay que
buscar culpables externos para tapar las culpas propias, es mucho más
cómodo. Bien dice el Evangelio: “antes de ver la paja en el ojo ajeno,
mira la viga que tienes en el tuyo”
Los vecinos
del parque Indo-Americano después de largos años de esfuerzo lograron
tener sus viviendas. Hoy están enfrentados a los okupa y reclaman que
los envíen de vuelta a sus países, discriminando y rechazando a otros
pobres, muchos de ellos del interior del país, campesinos e indígenas
que fueron expulsados de sus tierras y llegaron a la gran ciudad en
búsqueda de mejores condiciones de vida.
En éste
conflicto no faltan los delincuentes, que aprovechándose de la necesidad
de los pobres por tener una vivienda, les vendieron tierras públicas.
No faltaron los punteros políticos que manipulan las necesidades de la
gente.
La toma de tierra en el Club Albariño,
vuelve a los enfrentamientos entre vecinos y okupas y se suman otras en
diversos partes de la ciudad, como en las vías del ferrocarril en
Retiro, con el peligro que lleva la proximidad a las vías.
En
ésta maravillosa y sufrida Argentina, de 40 millones de habitantes,
según el reciente censo nacional, con un extenso y rico territorio, no
tendría que haber problemas de viviendas y debería haber trabajo para
una vida digna.
La concentración del poder y
recursos de los cuales se están apropiando empresas extranjeras y
empresarios inescrupulosos apoyados por el gobierno nacional y los
gobernadores, acumulan más y más territorio a costa de los que menos
tienen y les quitan lo poco que les queda, como a los pueblos
originarios que sufren la discriminación y contra quienes se comete un
genocidio silencioso. Toda esa explotación se realiza con total y
absoluta impunidad.
Llegan noticias del Chaco, mueren de hambre y desnutrición los indígenas, y apenas son noticia en la agenda oficial.
En
Formosa, el caso de la Comunidad Primavera del los Qom, algunos
representantes están en Buenos Aires, reclamando sus derechos, no los
escuchan, no quieren verlos, los tratan como “no personas”. El
gobernador de Formosa explota y discrimina, es responsable de los
asesinatos y xenofobia contra los pueblos originarios, lo mismo ocurre
en Salta, Jujuy, Tucumán. El gobierno nacional guarda silencio cuando
son sus aliados. Es hora que despierte a la realidad que vive el país y
tome decisiones concretas.
En Misiones las
noticias son trágicas. La muerte por hambre, desnutrición, destrucción
de la biodiversidad, no son noticia para los grandes medios, ni para el
gobierno. Un neonazi, Biondini, apoya a Macri, el escritor Marcos
Aguinis, reclama mano dura para poner fin a los conflictos, no para
resolverlos con justicia.
En pocos días los
cristianos celebraremos la Navidad; cada uno desde su comprensión y
creencia. Es necesario reflexionar, pensar y actuar. Debemos aprender a
compartir el pan que alimenta el cuerpo y el espíritu, la necesidad que
en cada hogar de la Patria Grande, de nuestra América mestiza, podamos
superar y desterrar la xenofobia, la intolerancia, la discriminación.
Debemos
derribar los muros que nos dividen, separan y enfrentan. Sabemos que
los muros más duros de derribar son los que tenemos en la mente y el
corazón. Los problemas que vive el país no se resuelven con más
policías, y la llamada “seguridad”. Los desafíos son grandes y es
necesaria mucha serenidad y sabiduría para saber por donde caminar.
La
presidenta de la Nación, Cristina sabe que la seguridad está en que no
se mueran niños de hambre, que se respete el derecho de los pueblos, que
los necesitados puedan acceder a una vivienda justa. No esperemos que
el gobierno de solución a todos los problemas, es necesaria la
solidaridad entre nuestro pueblo, de empresarios, iglesias,
organizaciones sociales.
Es cierto que existen
desde el gobierno planes de viviendas populares, por ayuda mutua y
esfuerzo propio, con la participación de diversos sectores sociales. Es
necesario tener presente que el problema es estructural y social, que la
demanda va a crecer y si no se toman medidas y políticas públicas,
tanto a escala nacional como provinciales y se reclaman a los
gobernadores conductas y proyectos coherentes con el bien del pueblo,
los conflictos se van a agudizar. Se debe parar la expropiación de
tierras y expulsión de los pobladores, se necesitan proyectos coherentes
y créditos para su desarrollo.
Muchos en el país y
el continente luchamos y compartimos la esperanza en los caminos de
liberación. Como decía el Che: “hay que ser duro como el acero, sin
perder la ternura” hasta derribar las fronteras que nos impusieron para
dividir a los pueblos y lograr recuperar la soberanía.
Aquellos
que discriminan, implantan la xenofobia y la discriminación, son
esclavos de si mismos y del sistema de dominación; les falta dignidad y
grandeza de reconocer al otro y a la otra como un igual y con los mismos
derechos en la Patria Grande.
Adolfo Pérez Esquivel es Premio Nobel de la Paz 1980.
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/12/argentina-xenofobia-discriminacion-y.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario