Esto puede que sea deprimente, pero no es algo inesperado. En un nuevo estudio, David Gal y Derek Rucker de la Universidad Northwestern han encontrado que cuando se sacude la confianza de la gente en sus creencias, se convierten en unos defensores más acérrimos de las mismas. La pareja llevó a cabo tres experimentos que implicaban temas tales como pruebas con animales, preferencias alimenticias y lealtad hacia Macs sobre PCs. En cada una, manipularon sutilmente la confianza de los sujetos y encontraron lo mismo: cuando se encaraban con la duda, la gente gritaba aún más alto.
Gal y Rucker se inspiraron en un libro clásico de la psicología: “When Prophecy Fails“.
En él, Leon Festinger y sus colegas se infiltraron en un culto
estadounidense cuyo líder, Dorothy Martin, convenció a sus seguidores de
que los platillos volantes los rescatarían de un diluvio apocalíptico.
Muchos la creyeron, dándole su sustento, posesiones y seres queridos
como anticipo a sus salvadores alienígenas. Cuando llegó el momento y no
sucedió nada, el grupo decidió que su dedicación había salvado a la
Tierra de la destrucción. Al contrario de su inicial desagrado por la
publicidad, empezaron a hacer proselitismo activo de sus creencias.
Lejos de renunciar a su fe, la ausencia de OVNIs los había convertido en
fervientes evangelizadores.
El caso de estudio inspiró la Teoría de
Festinger de la “disonancia cognitiva”, la cual describe el desasosiego
que siente la gente cuando tratan de lidiar con ideas en conflicto.
Festinger razonó que la gente llegará donde sea necesario para reducir
este conflicto. Cambiar las creencias de una persona enfrentándolo a
nuevas evidencias es una solución, pero para los seguidores de Martin
esto fue demasiado difícil. Su alternativa fue intentar lograr apoyo
social para sus ideas. Si otra gente también creía, sus conflictos
internos se atenuarían.
Festinger predijo que cuando se
desafiaban las creencias de alguien, intentaría aumentar el apoyo para
dichas creencias con un paradójico entusiasmo. Sorprendentemente, esta
predicción nunca había sido comprobada en un experimento – hasta ahora.
En su primer experimento, Gal y Rucker
pidieron a 88 estudiantes que escribiesen sus ideas sobre las pruebas
animales para bienes de consumo, pero sólo se permitió a la mitad de
ellos usar su mano hábil. Esto puede parecer aleatorio, pero estudios
anteriores han demostrado que la gente tiene menos confianza en lo que
escribe con la mano con la que están menos cómodos. Efectivamente, esto
es lo que Gal y Rucker encontraron en su estudio. Cuando se les preguntó
después, los voluntarios que no usaron su mano hábil tenían menos
confianza en sus ideas.
No obstante, era también más probable
que persuadieran a otros de la misma idea. Cuando se les pidió que
escribieran algo para persuadir a otros sobre sus opiniones, aquellos
que tenían menos confianza escribieron textos significativamente más
largos. Con la sombra de la duda en sus mentes, invirtieron un mayor
esfuerzo en su intento de persuasión.
Gal y Rucker también encontraron que
este esfuerzo extra se desvanecía si los voluntarios tenían una
oportunidad de afirmar su propia identidad de antemano. Si se les pedía
que identificaran sus objetos favoritos (libros, ciudades, canciones,
etc.) antes de escribir sobre pruebas animales, la elección de la mano
no tenía efecto sobre sus intentos de defensa. Si se les pedía que
dijeran las cosas favoritas de sus padres, el efecto reaparecía.
En su segundo experimento, con 151
nuevos voluntarios, Gal y Rucker encontraron el mismo efecto. Esta vez,
influyeron el grado de confianza de los reclutados pidiéndoles que
contasen recuerdos de los que tuviesen gran certeza, y a la otra mitad
que contasen recuerdos plagados de dudas. Después se pidió a los
voluntarios que dijesen si eran veganos, vegetarianos o carnívoros, qué
confianza tenían en su opinión, y cómo de importante era para ellos.
Como se esperaba aquellos que recordaron
momentos con incertidumbres, tenían menos confianza en que sus
elecciones alimenticias fuesen las correctas. Y como antes, esos mismos
voluntarios dudosos defendían sus creencias con más fuerza. Cuando se
les pedía que se imaginaran convenciendo a alguien para unirse a su
dieta, el grupo con incertidumbre escribió mensajes significativamente
más largos y usaron más tiempo para componerlos.
Este experimento – con un método
distinto para la manipulación de la confianza, un tema distinto a
tratar, y una medida distinta del esfuerzo evangelizador – apoya los
resultados del primero. No obstante, el efecto sólo se mantenía entre
aquellos cuyas preferencias alimenticias eran importantes para ellos.
Esto demostró (tal vez, más esperado) que los vínculos entre la duda y
la defensa son más fuertes para las creencias que la gente mantiene con
más cariño.
El tercer experimento encontró
resultados similares, usando un tema mucho más trivial (bueno,
supuestamente más trivial). Gal y Rucker trabajaron con 106 estudiantes
quienes pensaban que los Macs eran superiores a los PCs. De nuevo, el
par manipuló con éxito la confianza de los estudiantes pidiéndoles que
recordasen un incidente previo resolución con toda certeza o duda.
Los estudiantes tenían que imaginarse
convenciendo a un usuario de PC sobre los métodos del producto de Apple,
pero esta vez, a la mitad se les dijo que estaban hablando con
acérrimos usuarios de Windows, y al resto se les enfrentó con parejas de
mente más abierta. Como antes, los estudiantes pusieron más esfuerzo al
persuadir a su pareja imaginaria si su propia confianza se veían
debilitada, pero sólo si el compañero era receptivo.
En los tres casos, Gal y Zucker
encontraron que las dudas vuelven a las personas unos defensores más
fuertes. Más sutilmente, su estudio demuestra que este efecto es más
fuerte su se ve amenazada la identidad de la persona, si la creencia es
importante para ellos, y si piensan que otros los escucharán. Todo esto
encaja con un patrón de comportamiento donde la gente evangeliza para
reforzar sus propias creencias.
Su estudio también divide los actos de
los defensores. Pueden tratar, aparentemente, de cambiar la idea de
otros pero sus acciones podría tratar igualmente de reforzar sus propias
creencias. Como Gal y Zucker escriben:
“La presente investigación también
ofrece un aviso a cualquiera que esté en el otro extremo del intento de
defensa. Aunque es natural asumir que un defensor persistente y
entusiasta sobre una creencia está lleno de confianza, la defensa podría
ser un hecho que indica que el individual está lleno de dudas”.
Referencia: Psychological Science http://dx.doi.org/10.1177/0956797610385953 Autor: Ed Yong
Fecha Original: 19 de octubre de 2010
Enlace Original
Post tomado de :
http://www.cienciakanija.com/2010/11/03/cuando-tengas-dudas-grita-por-que-sacudir-las-creencias-de-la-gente-los-convierte-en-unos-defensores-mas-fuertes/#more-10898
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