La última encuesta del INE correspondiente al período Junio-Agosto
2010 concluyó que el 8,3 % de la fuerza de trabajo permanecía desocupada
y buscando puestos de trabajo. Otra proporción importante está en la
población pasiva, necesitada, pero desalentada de encontrar empleo. Es
posible que la próxima encuesta trimestral arroje un porcentaje algo
inferior por razones estacionales y porque cabría esperar que la
reconstrucción y los mayores ingresos por el cobre generen más empleos.
El gobierno busca publicidad sosteniendo que la creación de nuevos
puestos es resultado de su política. La Ministra del Trabajo sacó a
relucir los 202.000 nuevos empleos creados hasta Agosto, pero pasó por
alto los 644.000 desempleados registrados en el trimestre, una cifra
tres veces mayor que las nuevas ocupaciones, además de los 800.000 que
se autocalifican de “subempleados”.
Es una mañosa costumbre de
los neoliberales publicitar la cifra de nuevos empleos que arrojan las
encuestas. Piñera en la campaña repitió majaderamente que su gobierno
crearía un millón de nuevos empleos. Pero ni entonces ni ahora, ni él ni
sus ministros presentan ningún plan concreto que diga dónde, cuándo y
cómo lo hará. Tampoco nunca se atrevió a decir a cuánto se comprometía a
reducir la desocupación. Se sabe que a pesar de ese millón de nuevos
empleos, la desocupación seguiría igual o podría incluso aumentar, como
consecuencia de una alta cifra de despidos. Se trata de opacar el
verdadero problema, o sea el número de los que permanecen en la
cesantía. La creación de empleos en el régimen que vivimos es, en la
mayoría de los casos, efímera o transitoria. Habría que valorar las
contrataciones a plazo indefinido y no tanto las a plazo fijo; apreciar
el aumento del trabajo asalariado y no tanto el trabajo por cuenta
propia, pues el plazo fijo y por cuenta propia son, a menudo,
ocupaciones precarias, provisorias o temporales.
La existencia de
un desempleo tan alto como el que soportamos desde que se implantó el
modelo neoliberal con el golpe del 73, es un producto deliberado que los
encargados de la política mantienen a toda costa. Bajo este sistema
nunca se han bajado los índices de cesantía a niveles razonables. Nunca
se ha superado una cifra tan mínima como el 3% de desempleo registrado
durante la Unidad Popular. Incluso en los gobiernos democráticos, desde
el Frente Popular hasta el de Frei Montalva, (con excepción del
derechista Jorge Alessandri) la desocupación nunca llegó a ser un
problema de preocupación nacional.
Si se le apura a dar una
respuesta, Piñera dirá que el libre mercado, las empresas privadas van a
resolver el problema. Entre tanto el gobierno hace todo lo contrario de
crear trabajo. Se ha anunciado que 530 empleados de ENAP serán
“desvinculados” en los próximos meses. Un grupo de mujeres damnificadas
de Maule denunciaron que les cancelaron los contratos de trabajo en el
Cuerpo Militar del Trabajo por…quedar embarazadas. El gobierno anunció
que a partir del 4 de Noviembre unos 2.000 trabajadores contratados por
el Cuerpo Militar del Trabajo serían despedidos. También el gobierno
reconoce que en los pocos meses que lleva, unos 2.500 empleados a
contrata o a honorarios de la administración pública han sido
cesanteados. En este caso se trata de funcionarios que llevan años en
esos puestos, sin ninguna protección legal pues no están amparados por
el Código del Trabajo ni tampoco por el Estatuto Administrativo. Pueden
ser despedidos, sin expresión de causa, sin indemnización por años de
servicio y sus labores son tan exigentes como las del personal de
planta, (turnos obligatorios, jornadas extraordinarias,etc) Suman 90.000
los trabajadores a contrata o a honorarios, los que están amenazados de
despido en cualquier momento. Nada más fácil para un gobierno
derechista como método para reducir el gasto fiscal.
Mientras
prevalezcan los criterios de los economistas neoliberales y sus patrones
empresarios, el desempleo masivo y estructural al sistema no podrá ser
eliminado. Para éstos, una buena dosis de desocupados buscando trabajo
disminuye la presión por mejores salarios de los que están ocupados,
asegura mayores ganancias al capital, frena las ansias de los
sindicalizados por luchar contra los abusos. El Banco Central asegura
falsamente que una inflación baja sólo se puede afianzar mediante un
alto desempleo. Por eso no está en sus funciones combatirlo.
Es
de valorar las movilizaciones de las damnificadas del sur, de los
trabajadores de ENAP, de la ANEF. Estas pueden adoptar diferentes formas
y alcanzar objetivos limitados. Pero, ellas forman parte de una
necesidad más de fondo, la búsqueda de un nuevo orden económico que
asegure fuentes de trabajo para todos, estables, dignas y remuneradas
con justicia.
Fuente, vìa :
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116913&titular=creaci%F3n-de-empleos-despidos-y-cesant%EDa-
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116913&titular=creaci%F3n-de-empleos-despidos-y-cesant%EDa-
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