De a poquito se avanza. Pese a
que ni Michelle Bachelet ni Sebastián Piñera han querido ser recordados
como los mandatarios que dieron luz verde a la energía nuclear en Chile,
a través de convenios de cooperación, sofisticados acuerdos y uno que
otro lobby de por medio, pavimentan el camino para terminar edificando centrales nucleares.
Así las cosas, y como estaba prometido, la mañana de este viernes fue firmado en la Cancillería el acuerdo de cooperación nuclear entre Chile y EEUU. El ministro de RREE, Alfredo Moreno y el embajador norteamericano en Chile, Alejandro Wolf,
pusieron su signatura en el llamado ‘Memorándum de entendimiento y
cooperación relativo a la utilización de energía nuclear con fines
pacíficos’.
El convenio fue firmado entre otros
pactos en diversas áreas como educación y medio ambiente, otro de
astronomía, un tercero para “hermanamiento de zonas costeras” y otros de
índole comercial.
El acuerdo ya había sido ratificado por el presidente, Sebastián Piñera, pese a los cuestionamientos luego de la emergencia nuclear en Japón.
El pacto se hace justo en momentos de fuerte caída de las acciones de las empresas nucleares en el mundo. La cotización de Areva, empresa francesa de energía nuclear, ha perdido un 19% en los últimos tres días y Electricité de France (EDF) un 10%. La alemana RWE tuvo una caída de 9,41% y la estadounidense General Electric, ha caído un 6,5% desde el día 11 de marzo.
Si bien EEUU tiene 104 centrales nucleares, hace más de 30 años no construye nuevas centrales luego del accidente de Three Mile Island en 1979, cuando el reactor sufrió una fusión parcial su núcleo. Quien lleva la delantera es Francia, cuya matriz energética es casi 80% de tipo nuclear.
Si bien el canciller sostuvo que “Chile
no está en condiciones de tener energía nuclear y lo que ha sucedido en
Japón no ha hecho nada más que ratificar esa situación”, la firma del
convenio es un paso más en el camino a construir centrales nucleares en
nuestro país.
El acuerdo fue suscrito 48 horas antes de la llegada del presidente norteamericano Barack Obama, quien llegará en visita oficial el lunes.
Semanas antes el biministro de Energía y Minería, Laurence Golborne, sostuvo reuniones y encuentros sobre esta materia en Francia y Bélgica para
avanzar en la capacitación de especialistas y así establecer las bases
de una nueva institucionalidad para en el futuro poder construir
centrales nucleares.
En la ocasión el gobierno chileno le entregó al grupo Luksic la posibilidad de estudiar la factibilidad de instalar centrales nucleares en Chile.
Por su parte, el secretario adjunto de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, el chileno Arturo Valenzuela,
dijo que “estos acuerdos que se están viendo son para ir profundizando
una colaboración en temas científicos y tecnológicos y no apuntan a una
planificación de energía nuclear, ya que eso tendrán que decidirlo las
autoridades chilenas en su momento”.
Para morigerar la simple pregunta
respecto de la factibilidad de construir centrales nucleares en un país
sísmico, el canciller Moreno dijo que “no estamos tomando, con estos
acuerdos, ninguna decisión acerca de este tema, y ninguna de estas
decisiones va a caer en el período de este Gobierno”.
Matías Asún, director de Greenpeace Chile, opina que “la visita de Obama es un apoyo de marketing al lobby nuclear. Es patrón regular que la diplomacia de Estados Unidos influya en materias energéticas, como en el caso de Campiche. En tal sentido Obama viene a reposicionar a la industria nuclear de EEUU”.
NIVELES DE RADIACIÓN EN JAPÓN SE ESTABILIZAN
Si bien los índices de radiación nuclear en los alrededores de la siniestrada planta de Fukushima tuvieron durante este jueves un breve descenso, la Agencia de Seguridad Nuclear
de Japón elevó hoy la gravedad del accidente de Fukushima desde el
nivel 4 hasta el 5 en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos
Radiológicos (Ines). El nivel máximo es el 7.
Esto luego de que la agencia nuclear
francesa y, de manera solapada, los norteamericanos, pusieran en duda
las informaciones respecto del real control de la crisis dadas por las
autoridades niponas.
Además ingenieros japoneses sostienen
que la única manera de evitar una catástrofe nuclear sería enterrar la
planta de Fukushima bajo arena y concreto, y así prevenir la fuga de
radiación desde el reactor dañado. El método fue usado para sellar las
filtraciones de la planta de Chernobyl en 1986.
El Ciudadano
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