La noticia en sí –en mi punto de vista-
es una falsedad, algo que no existe. Es finalmente lo que un editor de
prensa -que responde a cierto jefe que es contratado por cierto grupo
económico- cree que uno debería considerar como una información más
relevante que el resto.
Por eso se producen estos debates sobre por qué no se cubren cosas tanto o más graves que suceden en tal o cual lugar.
Sin embargo creo que nunca como ahora nos hemos enfrentado en televisión a un periodismo más basura que el de hoy.
Y lo estoy diciendo yo –que trabajé en SQP durante dos años.
Hoy ver las noticias es como mirar un catálogo de tienda: nos dicen qué comprar en terrazas, computadores, línea blanca etc.
Al comienzo pensé que era mi cabeza
idiota y reaccionaria la que reconocía este patrón, pero el tema se me
fue confirmando a medida que me lo mencionaba la documentalista Carmen Luz Parot, leía los twitters de asombro del crítico de televisión Francisco Aravena, recibía comentarios de El Ojo del Medio y finalmente de Paty Leiva, la directora de este blog (Zancada.com).
Está claro que los noticieros están
incluyendo notas que parecen publireportajes debido a que sus
auspiciadores son las grandes tiendas. Se nota a la legua que hay
presión.
Pero fue ayer que me hizo click todo.
Estamos frente al periodismo NO LOGO, la teoría escrita hace ya 10 años por Naomi Klein
sobre los daños sociales y culturales del capitalismo caníbal, ese
donde el retail -con su modelo de negocio matón- va matando a los
pequeños y grandes comerciantes sometiendo de paso a todo lo que se le
encuentra en el camino.
Si no se negocia con ellos, no se come.
Hoy podríamos decir que D&S, Cencosud y
sólo un par de grupos más concentran todo el capital. Los canales son
entonces controlados financieramente por cinco o seis clientes y si uno
de ellos pide que se haga en el noticiero una nota sobre las terrazas
-porque va a lanzar una nueva línea – o de computadores -porque se viene
la semana electrónica- el noticiero tiene que hacerlo sin chistar.
Como dice NO LOGO, no hay opción, no hay más clientes.
Así como los logos invadieron los
espacios públicos y estamos forzados a mirar publicidad camino al
trabajo, ahora vemos la invasión de publicidad encubierta a la hora de
las noticias, cuando deberíamos enterarnos de otras cosas y de parte de
quienes nos garantizan mostrarnos la realidad.
NO LOGO también le dedica mucho tiempo a
cómo el capitalismo caníbal trató de blanquearse envolviendo todo en un
papel de regalo cool, casi hippie y antisistema, cooptando en los 90 a la cultura grunge para
seguir vendiendo y siendo más invasivo. En el caso de Teletrece -uno de
los noticieros donde se nota con más fuerza esta tendencia y donde el
gerente de una de las grandes tiendas de Parque Arauco sale cada dos o
tres días en una noticia- esto es claro como el agua: las noticias son
presentadas por periodistas con un perfil levemente alternativo: Iván Valenzuela, ex periodista de rock, Soledad Onetto, vinculada a la cultura 2.0 y Carolina Urrejola, quién dio sus primeros pasos televisivos a mi lado, en el Interruptor y ha sido voz de varias radios de música moderna.
Es curioso ver este periodismo que yo
califico de basura luego de haber estado trabajando en SQP, donde se nos
apuntaba con el dedo como si fuéramos la raíz del mal. Por lo menos en
ese programa nosotros cuestionábamos en pantalla cuando algo era un
tongo y las menciones comerciales se hacían aparte y de manera
explícita.
Creo firme y vehementemente que si alguien se está robando el país, son los noticieros.
Fuente: www.observatoriofucatel.cl
Vìa : http://www.elciudadano.cl/2010/11/10/las-noticias-de-las-21-horas-y-el-periodismo-basura/
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