SEBASTIÁN PIÑERA ECHENIQUE es, definitivamente,
Presidente de un gobierno clasista, prepotente y veleidoso, además de
creer ser –personalmente- patroncito de todos los chilenos. Sin embargo,
para muchos ciudadanos él es sólo un demagogo, un manipulador y
políticamente un totalitario…amén de ser un desastre desde el punto de
vista cultural.
Cada día aumenta el número de
personas que comprueban que Piñera tiene nula capacidad para aceptar y
deglutir críticas, ya que se acostumbró a que sus empleados le alaben y
aplaudan sus dichos, cualesquiera sean ellos, incluso las estupideces y
falacias que acostumbra a explicitar creyendo que obedecen a la más
prístina realidad…tonteras a las que termina otorgándoles veracidad,
asunto que es una característica de los mitómanos.
El
amor al totalitarismo y a las actitudes fascistas se le notan cada vez
con más fuerza. Es un enamorado de la mordaza periodística, tanto como
de la obsecuencia servil de quienes –según él cree- deben servirle
incondicionalmente. Estos perfiles delinean a un individuo asustadizo,
pusilánime, caprichoso y definitivamente clasista, enemigo de lo
cultural y de la discusión ideológica, asuntos que le disgustan a
rabiar ya que carece de preparación para entenderlos.
Por
ello, siempre que debe asistir a actos masivos en los que sabe se
encontrará con personas de alto vuelo intelectual, opta por rodearse de
guardaespaldas para que le protejan de cualquier “consecuencia
ideológica” que la cercanía de los escritores, cineastas, poetas y
cuentistas pudiera acarrearle.
Si alguna duda
respecto de todo lo anterior quedaba en mi mente, lo acontecido la tarde
del pasado 29 de octubre terminó por disipar mis vacilaciones, cuando
él –y sus chimpancés vestidos de negro- concurrieron a inaugurar la
Feria del Libro 2010 en el Centro Cultural Estación Mapocho.
Lo que transcribo a continuación, sirve sobradamente para confirmar y comprobar mis dichos y opiniones.
--La Feria del Libro cercada por los agentes de seguridad del presidente Piñera (*)
El
día viernes 29 de octubre a las 19 horas llegamos al centro cultural
estación Mapocho para disfrutar del acto inaugural de la Feria del Libro
2010. Fuimos invitados por el escritor José Miguel Varas. Previamente
nos encontramos un grupo de amigos, todos interesados por los libros, la
literatura y la magia de compartir espacios dedicados a la significante
y necesaria tolerancia y libertad humana que conlleva una fiesta
ciudadana en torno a las letras chilenas, latinoamericanas y las
palabras del mundo.
Todo ocurrió muy rápido, nos cruzamos con el ministro Lavín, mientras el presidente Piñera hacía su arribo, entremedio de un exagerado despliegue de seguridad. Desde nuestra llegada, fuimos inmediatamente registrados con cámaras fotográficas. Preguntamos a los fotógrafos el por qué de las fotografías y los medios de prensa para los que trabajaban o el destino de esas imágenes.
Todo ocurrió muy rápido, nos cruzamos con el ministro Lavín, mientras el presidente Piñera hacía su arribo, entremedio de un exagerado despliegue de seguridad. Desde nuestra llegada, fuimos inmediatamente registrados con cámaras fotográficas. Preguntamos a los fotógrafos el por qué de las fotografías y los medios de prensa para los que trabajaban o el destino de esas imágenes.
En respuesta se nos increpó con prepotencia preguntándonos quiénes éramos nosotros para hacer esa pregunta.
Finalmente
dijeron que las fotografías eran tomadas por funcionarios de la
avanzada presidencial y que era una medida necesaria para proteger la
actividad y a los invitados del presidente.
Lo
cierto es que, a pesar de la incomodidad, no sentimos que hubiese mayor
problema en ello. Pasamos el segundo control, donde nuestras
invitaciones fueron retenidas y entramos finalmente al gran salón y sus
módulos editoriales donde los libros relucían tras la luz artificial.
Había tensión en el lugar, inundado de funcionarios de terno oscuro, con
micrófonos de solapa, que no dejaron de seguirnos.
Nos
encontramos con muchas personas conocidas, amigos y amigas de antaño,
alegres abrazos de camaradería, buenas palabras y buenos augurios por
habernos encontrado.
El acto central se
desarrollaba en las Sala de las Artes, más abajo, en el subterráneo. No
se podía acceder a esa sala. Hubo que conformarse con ver en pantalla
gigante el desarrollo del acto. No nos sentíamos cómodos. Un compañero
del grupo, Ricardo Fuentes, no soportó más y en voz alta dijo: “Esta es
la nueva forma de gobernar, se realizan actos culturales a puertas
cerrada, a espalda de los ciudadanos”. Luego aplaudió y nosotros lo
seguimos con los aplausos.
No pasó un minuto y
llegaron ellos, los hombres de terno oscuro y corte de pelo recto. Sin
preguntarnos ni el nombre, tomaron a Ricardo por la espalda, doblando su
brazo en una llave de judo. Reaccionamos, pidiendo explicaciones.
Apareció en escena el Señor Osvaldo López, funcionario de la presidencia
de la república, quién portaba una credencial de carabineros de chile y
que de manera “muy respetuosa” converso con nosotros y pidió
explicaciones a Ricardo.
La gente comenzó a
rodearnos, los camarógrafos y corresponsales se acercaron expectantes.
El funcionario solicitó la cedula de identidad a Ricardo, quién, se la
entregó sin mayores dificultades. Luego el mismo López dio la orden al
comandante de carabineros, diciendo: ¡Saque a esta gente de aquí
inmediatamente!
Y se inició nuestro desalojo.
Juan Luis Marré, otro amigo del grupo, señaló que el procedimiento era
irregular. De inmediato fue cogido de los brazos y sacado en andas,
entre tirones y combos cortos en su espalda. Los demás tratamos de
impedir que ejercieran la violencia y señalamos en voz alta que éramos
ciudadanos democráticos, escritores, sociólogos, cientistas sociales,
cineastas y que se nos reprimía por el solo hecho de expresar en voz
alta nuestra opinión frente a la situación.
Comenzaron
los golpes por parte de carabineros y lograron derribar físicamente a
Ricardo Fuentes, para luego arrastrarlo hasta la puerta principal. Unas
mujeres jóvenes, productoras al parecer del evento, les gritaban: “No
pueden tratarlos así, están tratándolos como animales”.
Así
se dieron tres estaciones o tres paradas para el descanso, tanto de la
policía como de nosotros. Entre cada una de esas pausas, recibimos
tirones, rodillazos y codazos. Finalmente nos sacaron hasta el frontis
de la estación Mapocho, impidiendo que la gente y los reporteros
preocupados por nuestro destino, pudieran cruzar la mampara.
Nos
aislaron y luego pasaron un parte acusándonos de una infracción falsa:
“transitar en estado de ebriedad en espacio publico”. Fuimos citados a
tribunales. Y finalmente se nos expulsó del recinto, negándonos la
posibilidad de participar de esta fiesta cultural para la ciudadanía.
Somos:
Ricardo Fuentes, Sociólogo.
Juan Luis Marré, Sociólogo.
Ronald Gallardo. Sociólogo, Escritor.
Inés Varas. Psicóloga.
Juan Carlos Mege. Sociólogo, Cineasta.
Contacto: ronald170@hotmail.com - callemagnolia@gmail.com
Ver todas las fotos en:
http://picasaweb.google.com/rodrigounda/Incidente?authkey=Gv1sRgCO3ets Ke5onh3QE&feat=email
30 de octubre 2010.
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(*) He trascrito textualmente lo anterior pues me asiste la certeza de que ningún medio de la llamada "prensa escrita seria" chilena (y menos aun la TV) se referirá a estos hechos.
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Vìa, fuente :
http://www.kaosenlared.net/noticia/feria-libro-pinera-abandono-mascara-demagogogica-mostro-tal-cual-total
http://www.kaosenlared.net/noticia/feria-libro-pinera-abandono-mascara-demagogogica-mostro-tal-cual-total
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