La llamada crisis del Euro como moneda de la
Comunidad Europea unificada y cuyas bases de funcionamiento son
interdependientes, no fue fruto de una marcha inexorable de la
economía ni de ciclos de crisis y recomposición y tampoco
de ninguna otra tontería catastrófica y determinista del género. Los
hechos generadores de esa acción criminal contra las estructuras
societarias de Grecia, Portugal, España, Irlanda e Islandia, -de entre
otros países que aún están por venir- fue el accionar premeditado de
mega-inversores, su legitimación por el sistema de medios corporativos y
la “moldura” de apreciación mentirosa de empresas de auditoría y
análisis de riesgo. Cuando hay poco margen de maniobra para los
gobiernos de turno, las políticas distributivas se balancean muy
rápidas. Las reglas de la Unión Europea son rígidas para las políticas
económicas de los Estados. Se prevé como “acuerdo” un máximo de 3% del
déficit público y del 60% de endeudamiento. Frente a esta jaula, el
pragmatismo de los adherentes del modelo burgués de democracia indirecta
siempre irá a preferir el mal menor. Este mal es caer en los brazos
demoníacos del capital financiero.
La saña de los
especuladores y el “beso del vampiro” del Fondo Monetario Internacional
(FMI) se tutean para dar liquidez a la economía de Estados cuya caja
fue sangrada justamente por socorrer al sistema financiero, cuando el
acto criminal de gerentes de mesas de operaciones dio secuencia a la
compraventa y venta de carpetas de papeles hipotecarios fraudulentos y
sin base financiera alguna. La cuenta que ya fue pagada en 2008 ahora
viene al doble, sus intereses son el rombo en los cofres públicos, y su
blanco es la pérdida y desmonte de las políticas sociales (Welfare
State) que dieron sustentación a Europa luego de la 2ª Guerra. La
resistencia contra embestidas anteriores de restauración conservadora se
dio a través de la garra de la izquierda social y sus alas extremas,
teniendo que disputar en las calles (literalmente) y contra el atropello
de tradición estalinista o socialdemócrata. Es bueno reforzar esta
apreciación realista; los derechos sociales de los trabajadores europeos
se mantuvieron asegurados hasta entonces a pesar de todo el esfuerzo
entreguista y de abandono de posiciones por parte de la supuesta
“ex-izquierda” reformista y de “mejorías” que disputan los gobiernos de
turno del capitalismo europeo. Ahora al menos, la lucha le gana la
delantera a la vergüenza de las negociaciones entre bastidores,
traicionando electores por la espalda y explicitando lo que los
Parlamentos son: un mostrador variopinto de políticos profesionales muy
obedientes a los banqueros y ejecutivos, a los conglomerados y fondos de
inversión. Si observáramos las decisiones del Parlamento griego, y el
acuerdo de los “socialistas” (PASOK, liderados por Giorgos Papandreu) y
el partido ortodoxo de extrema-derecha (LAOS) y la derecha del ND,
percibimos inmediatamente la materialización del concepto narrado
arriba.
Hoy el epicentro de Europa es la rebelión
de los trabajadores, estudiantes y organizaciones sociales griegas. En
estos embates, dos sectores operan con preponderancia. Uno es el Partido
Comunista Griego (KKE), que intenta retomar la credibilidad perdida por
no apoyar la rebelión libertaria de la juventud de septiembre a
noviembre de 2008 (cuyo estallido fue el asesinato de un militante de
apenas 15 años de edad) y el espacio social donde esta fuerza tiene la
hegemonía, el Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME). En el
otro extremo, la izquierda radical se ve representada por los espacios
sociales de mayoría anarquista (como centros culturales en casas
ocupadas) y por la Unión Sindicalista Libertaria (ESE), protagonizando
los episodios más dramáticos en los últimos diez años o más. Este año,
el conjunto de fuerzas populares al que se suma también un frente de
izquierdas, viene promoviendo una escalada de luchas como respuesta al
perjuicio salarial, la pérdida de derechos y el resultado del maquillaje
en las cuentas públicas promovido por el convenio del estado con una
empresa compuesta por delincuentes profesionales.
El
epicentro de las consecuencias del fraude y el papel de los medios y de
las agencias de riesgo
Grecia tuvo
informes financieros co-controlados tanto por los tecnócratas del Estado
como por los “técnicos” del Banco Goldman Sachs. Este banco es uno de
los mayores operadores de la supuesta crisis financiera, en verdad un
gran golpe de especulación inmobiliaria que llevó a la mayor
transferencia de renta desde los cofres de los Estados del Centro del
capitalismo, para saldar las deudas y fraudes de las empresas golpistas.
Para complicar, no vienen siendo “sólo y
solamente” las asesorías financieras las responsables por el fraude de
información y transferencia de riquezas hacia los bancos y fondos de
inversión. El enmascaramiento de realidades, la mentira factual pura y
simple, así como la inversión del ángulo de análisis, son también obra y
gracia de los medios profesionales, tanto los generales (alimentados
por las TVs y agencias informativas) cómo aquellos de mayor complicidad,
promovidos por los supuestos especialistas en economía.
Veamos dos ejemplos de estas afirmaciones:
Un ejemplo claro del abordaje mediático es la
repercusión acrítica de la evaluación de las empresas de análisis de
riesgo, que disminuyen o aumentan la “confiabilidad” de los papeles
(títulos de la deuda pública de los países, en formato digital) emitidos
por los Estados. Cuando la agencia Moody’s avisa (ver:
http://www.moodys.com/cust/default.asp) que irá dentro de un corto plazo
(pocos días, algunas semanas) a disminuir su evaluación de los papeles
de la deuda griega y portuguesa, ese enunciado gana aires de verdad,
pasando a sonar como factual, así como otras ficciones colectivas cómo
“son las leyes del Mercado”. El asunto queda mejor descubierto cuando
contraponemos las “supuestas” verdades de las agencias de riesgo, a la
realidad de que ellas son las mismas o casi las mismas empresas que
operan como parte del engranaje de los fraudes financieros a escala
mundial.
Veamos la paradoja. Esta opinión no es
sólo nuestra, es increíblemente compartida con una columnista del El
País de Madrid (Grupo Prisa), el único periódico en castellano que es
globalizado. En su edición de 11 de mayo, este gran conglomerado anuncia
la previsión de la Moody’s (vea el
link:http://www.elpais.com/articulo/economia/Moody/s/avisa/pronta/reba ja/deuda/griega/portuguesa/elpepueco/20100511elpepieco_6/Tes).
En su edición electrónica, escondido entre
palabras y datos sin fin, un pequeño hiperlink se refiere a una crítica
de las agencias de análisis de riesgo.
En ese
texto, la profesora Simone Santini
(ver:http://www.elpais.com/articulo/opinion/influencia/S/26P/elpepuopi /20100504elpepiopi_8/Tes),
de la Escuela Politécnica de la Universidad Autónoma de Madrid, hace
esa crítica, no a la Agencia Moody’, sino a la gigante Standards &
Poor’s. Esta agencia, que disminuyera la estimación de confianza de
España, fue la misma que clasificó al Lehman Brothers como de extrema
confianza, una semana antes de que ese banco de inversión quebrara y
fuera saqueado.
Pero la crítica del abordaje
mediático va además del desenmascaramiento de una fuente no creíble. El
tema del flagelo de los griegos y la heroica resistencia que está en las
calles, no fueron provocados por Zeus ni por los dioses del Olimpo,
sino por hombres y mujeres que operan con información privilegiada y
dentro de los sistemas financieros oficiales y oficiosos. Existe una
prueba cabal de la complicidad entre los medios y la acción orquestada
de los mega-especuladores, planificando la quiebra de Grecia y la
depreciación de la moneda de la Zona Euro. Es la demostración de que no
se trata de una crisis inexorable, sino de un acto premeditado por
individuos de aquellos que en los EUA se llaman Asesinos Económicos y a
los que algunos críticos europeos dan el nombre de Delincuentes
Financieros. En Buenos Aires el nombre es de GARKA, los típicos
golpistas que manejan “papeles buitres” – en portugués, papeles de
buitres- o, como los llaman los porteños, podridos, papeles podridos.
La gran conspiración en evidencia
Veamos el título de un artículo que habla por sí: “El
negocio de quebrar un país” (ver:
http://blogs.publico.es/multiplicateporcero/149/el-negocio-de-hundir-u n-pais/),
firmado por la respetable columnista de Economía del Diario Público,
Amparo Estrada, editado en Madrid, que cubre España y la Unión Europea.
Se trata de un buen periódico (impreso y digital), de tipo comercial (no
son medios alternativos o sindicales), pero que trabaja con información
precisa y con poco índice de censura. La columnista de economía, por su
epígrafe y abordaje citando a John Kenneth Galbraith, no es una
autogestionaria y sí una keynesiana. O sea, se trata de información que
proviene de gente que conoce lo que circula por dentro de las entrañas
del aparato de Estado al servicio del capital financiero y no en las
barricadas que lo combaten.
Resumiendo
simplemente, Estrada nos cuenta que el día 8 de febrero, en el número
767 de la 3ª Avenida, en plena Nueva York, hubo una reunión de notables
tiburones del mercado de capitales. Allí se combinó de común acuerdo,
desvalorizar el euro y romper lo que quedara de la columna vertebral de
Grecia. En este episodio, cuyo local físico era la sede de la Monness,
Crespi y Hardt (www.mchny.com; empresa que opera a través de una
subsidiaria de la Goldman Sachs) estaban presentes, entre otros
notables: Aaron Cowen, representante de la SAC Capital Advisors, empresa
fundada por Steven A. Cohen y que maneja 16.000 mil millones de dólares
en fondos de inversión; David Einhorn, de la Greenlight Capital,
veterano participante del asalto la Lehman Brothers ocurrido en el otoño
de 2008; Donald Morgan, de la Brigade Capital, cuya mensaje en el
principal portal de la empresa resalta que entre sus productos se
incluyen activos tóxicos o papeles podridos; además de, obviamente, un
representante del Fondo Soros. Nos dice la columnista del Diario Público
que, fue en esta noche del invierno en la América del Norte cuando se
combinó de forma orquestada, un ataque a los papeles griegos.
Para empeorar, asegura la especialista que no se trata
de evento aleatorio y menos aún de teoría conspiratoria. Lo que de hecho
ocurrió es parte de reuniones periódicas de esta envergadura,
incluyendo una reunión de estas, realizada en pleno quebradero
fraudulento del segundo semestre de 2008. El lado del encubrimiento
mediático se da por la cobertura de publicaciones “especializadas”. El
todo poderoso Wall Street Journal le dio una relevancia normal y
disimulada al evento, en su edición del 26 de febrero de 2010 (ver:
http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703795004575087741848074 392.html).
O sea, en plena era digital de la comunicación instantánea, el portal
de economía de Rupert Murdoch (controlador del conglomerado News Corp)
tarda 18 días en dar una información estratégica para el futuro de más
de 10 millones de ciudadanos griegos.
Lo que
afirmo aquí lo vengo repitiendo sistemáticamente, hace por lo menos tres
años. Las evidencias de la acción criminal premeditada y la
correspondiente cobertura irresponsable. Cuando, en el escándalo de
Watergate, los cinco operadores del Partido Republicano fueron agarrados
con las manos en la masa espiando la sede de los Demócratas en plena
capital de los EUA, el caso pasó disimulado y cayó en el olvido de los
lectores. Si no hubiera sido por la acción de los reporteros y del medio
que los empleaba, el periódico Washington Post, nada habría acontecido.
Treinta y tres años después, cuando en el segundo semestre de 2007 la
especulación financiera con bolsas inmobiliarias comienza a dar señales
de fraude, ninguno de los grandes medios fueron a la caza sistemática de
los autores del crimen contra el interés público. El cuadro es peor.
Tres décadas y media después de, la mayor parte de los grandes medios,
son de propiedad cruzada o composición accionaria, además de liderar el
respectivo oligopolio de los medias en sus países o regiones, También
son subsidiarios directos o indirectos de conglomerados con elevadas
inversiones de riesgo en el casino financiero. La conjunción de
intereses económico-financieros, teórico-ideológicos, y
político-jurídicos, es emitida en formatos de múltiples productos
comunicacionales y circulan con lenguajes atenuantes de la acción
premeditada.
Delante de ese cuadro de horror
societario, cabe un análisis frío. Cuando las decisiones fundamentales
de las sociedades pasan por conspiraciones de élites financieras y
cuentan con el encubrimiento cómplice de la industria mediática, la
balanza solo puede ser volcada con la fuerza de las calles. En ese
sentido, el pueblo griego nos está dando una lección.
Obs: dedico estas sencillas líneas al amigo y fiscal
de tributos del estado de Rio Grande do Sul (estado mas sureño de
Brasil) ya jubilado, João Pedro Casarotto (jompe.rs@gmail.com), un
hombre íntegro, contador por encima de cualquier sospecha, sindicalista
de la DGI estadual quien denunció el acuerdo del gobierno neoliberal de
Rio Grande contrayendo un préstamo inocuo con al Banco Mundial y que
después, gentilmente, me explicó como nadie nunca lo hizo antes, a los
mecanismos del casino tramposo de las negociaciones con los sub-primes,
mundo afuera.
Bruno Lima Rocha es
politólogo (phd), docente universitario, periodista profesional y milita
en el frente de medios del Elaopa.org
(www.estrategiaeanalise.com.br
/ blimarocha@gmail.com /
skype: bruno.lima.rocha)
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