En cambio, ese
mismo saludo suena hueco, incluso a menos precio, cuando proviene de
quienes ejercen el poder.
Son los que hacen
posible una realidad de sometimiento, de autocracia dentro de las
empresas, de que se pueda despedir sin causa, de que exista el trabajo
informal, en negro, precarizado, tercerizado. Son los que hacen posible
la desocupación, la pobreza, la indigencia, la mortalidad infantil y la
existencia del hambre, un verdadero crimen en un país hecho de pan.
Son
los que han hecho posible la privatización y extranjerización de
nuestros recursos, de nuestra riqueza, la imposibilidad de la educación y
la salud para millones, que los jubilados y pensionados sobrevivan con
un haber miserable.
Después están aquellos que
el saludo patrio suena de manera gelatinosa, como si fuese una ameba,
porque son los que hablan de la “Revolución de Mayo “, la de ayer, ¿pero
hoy? Plantean que no hagamos olas. A ver si todavía vuelve el Virrey.
Son los que navegan en las aguas del manso rio posibilista donde la
evolución de los acontecimientos nos pondrá en la orilla a la que aún no
llegamos.
Por eso ante el Bicentenario, a 200
años de la Revolución de Mayo, Feliz Día de la Patria. Sólo será real
para los trabajadores, para el pueblo:
Cuando
recuperemos y nacionalicemos a manos del pueblo nuestros recursos
naturales y energéticos.
Volvamos a tener
nuestras empresas de bandera nacional en serio.
Cuando
recuperemos el ferrocarril, nuestra flota de navegación.
Cuando
se termine con la desocupación, la pobreza, indigencia.
Cuando
los jubilados y pensionados ganen lo que necesitan para vivir
decentemente.
Cuando no sea necesario recorrer
miles y miles de kilómetros reclamando por nuestras tierras (los pueblos
originarios) y nos digan después de 200 años que se va armar una
comisión para estudiar el tema.
Cuando el
hambre no tenga lugar en esta bendita tierra.
Cuando
la democracia formal quede atrás y la democracia participativa la
instalemos definitivamente.
Cuando la Soberanía
Nacional vuelva a ser parte de nuestra vida.
Cuando
la distribución de la riqueza sea equitativa porque habremos terminado
con la apropiación que hacen los poderosos, de nuestro trabajo y
creación.
Feliz Día de la Patria.
Esto
volverá a ser posible cuando la clase obrera y los sectores populares
vuelvan a retomar las banderas y los objetivos de Mayo de 1810
inconclusos y demos vuelta la tortilla, emancipándonos para siempre
junto a nuestros hermanos de toda América.
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