El FMI ha instado hoy al Gobierno Español a aplicar
reformas "urgentes y decisivas" para "reequilibrar la economía" e
"impulsar la confianza", entre las que destacan las peticiones de
incrementar la flexibilidad del mercado laboral, lograr la consolidación
fiscal, así como la de reformar y consolidar el sector bancario para
reforzar su solvencia y eficiencia.
No hace falta ser demasiado astuto para darse cuenta, a
la luz de los últimos acontecimientos, que estos avisos del FMI son el
paso previo para que el gobierno neoliberal de Zapatero vaya
implementando una por una las peticiones que se le hacen llegar desde
sus amos en Washington.
Estemos, pues, preparados para el nuevo paquete de
reformas neoliberales que han de llegar de manera inminente, con una
reforma laboral y un paquete de medidas fiscales que podrán en jaque el
Estado del bienestar, y, con ello, muchos de los logros alcanzados por
el movimiento obrero en décadas de lucha por la defensa de sus derechos e
intereses económicos y laborales.
Sepan de antemano que cuando el FMI habla de reformas
laborales, está hablando, sin tapujos, de una regulación en el marco de
las relaciones laborales que dé plena libertad a los empresarios para
despedir y contratar fuerza de trabajo a su antojo, con un abaratamiento
de los costes del despido, una flexibilización de la normativa jurídica
para permitir la aceleración de los procesos de despido, y, sobre todo,
nuevos marcos contractuales para fomentar el trabajo precario y
establecer nuevos mecanismos que permitan al empresario encontrar las
fórmulas necesarias para reducir el coste de los salarios. Todo ello,
supuestamente, con el fin de agilizar el "mercado" de trabajo para que
aumente así el ritmo de contrataciones y la creación de empleo. Viejos
eufemismos que esconden un aumento regulado de la explotación laboral,
aumentando la legitimación legal de la misma.
Sepan también de antemano, que cuando el FMI
habla de lograr una consolidación del régimen fiscal, esto pasa por
aumentar los impuestos directos e indirectos a las clases trabajadoras,
mientras se descarga la presión fiscal sobre empresas y grandes
patrimonios con el fin de, supuestamente, fomentar la inversión y
permitir así la creación de nuevos puestos de trabajo. Viejas recetas
para que los ricos no se lleven su dinero a terceros países en tiempos
de crisis, haciendo recaer con ello la recaudación de dinero público
casi exclusivamente sobre las espaldas de los trabajadores, desempleados
y pensionistas.
Sepan,
por supuesto, que nada de lo aquí escrito nos lo estamos inventado
nosotros, sino que es el manual de acción neoliberal que han seguido
todos los países que han tenido que hacer frente a este tipo de
peticiones del FMI durante las últimas tres décadas, tanto en el mundo
desarrollado, como, sobre todo, en los países empobrecidos de la
periferia capitalista. La década de los 90 en América Latina fue un buen
ejemplo de ello, aunque los hay muchos más en todas las partes del
mundo, desde las medidas aplicadas por los gobiernos de Margaret
Thatcher y Ronald Reagan en Reino Unido y los EEUU desde principios de
los 80, a las múltiples imposiciones hechas a todos y cada uno de los
países africanos a través de los denominados Programas de Ajuste
Estructural (PAE). Eso, ni más ni menos, es lo que está sufriendo ahora
el Estado Español: un Programa de Ajuste Estructural en toda regla
impuesto por el FMI y sus palmeros. Neoliberalismo en su más pura
esencia.
"No
es momento para aumentar los impuestos a los ricos", decía
recientemente Zapatero en sus consejo de ministros. Ahora, pues, pueden
saber por qué: es momento de aplicar el manual neoliberal que desde el
FMI y la UE están imponiendo al protectorado español ahora gestionado
por Zapatero. El primer paso ya se ha dado con el paquete de recortes
aprobado por el Gobierno la semana pasada. Ahora vienen de manera
inminente el resto de medidas obligadas por el FMI y la UE, reformar las
leyes que regulan "mercado" laboral y aumentar la presión
fiscal de los trabajadores y trabajadoras. El aumento del IVA previsto
para el próximo mes es sólo el primer paso de una cadena de reformas que
van a dejar al Estado Español en manos de las instituciones financieras
internacionales y los mercados de la especulación capitalista del mundo
globalizado.
El
Estado Español está sufriendo el peor ataque neoliberal que se recuerda
en toda su historia, y los sindicatos del régimen siguen pensando que no
hay espacio aún para una Huelga General. También ellos, obviamente, son
conscientes de que no hay más remedio que obedecer lo que mandan desde
el FMI y la UE, pues el Estado Español hace mucho tiempo que perdió su
soberanía e independencia económica, y, entre otras cosas, enfrentarse a
lo que ordenan desde el FMI y la UE supondría perder las jugosas
subvenciones públicas de las que viven y se alimentan estos sindicatos
entreguistas y traidores de la clase obrera.
O hacemos algo de manera urgente para combatir este
brutal ataque neoliberal, o podemos acabar como Argentina en el año
2000, y no es ninguna exageración. Ustedes mismos.
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