Los ciudadanos perdemos, poco a poco, el control de nuestra vida
cotidiana en aras de un supuesto bienestar colectivo, que en el fondo
sólo beneficia al gran capital, que unifica horarios para reducir costos
y aumentar sus ganancias.
Mapa de los países que utilizan el horario de verano durante los periodos que abajo se mencionan:
Durante el
verano boreal (hemisferio norte) Durante el verano austral
(hemisferio sur) Nunca han utilizado el horario de verano Alguna
vez han utilizado el horario de verano
Entre bostezos y
con el cuerpo a medio gas por la desmañanada escribo las siguientes
líneas para tratar de responder a la pregunta que sirve de título a
estas líneas. Creer que adelantar una hora el reloj redundará en
beneficios para todos vía ahorro de energía no convence a nadie, a pesar
de que dicha cantinela es repetida todos los años por el gobierno
federal, pero tampoco provoca una respuesta de la sociedad, empeñada en
mantener su nivel de consumo y sus ilusiones alimentadas con promesas
del poder.
Implementado
después de la segunda guerra mundial en algunos países de Europa para
ahorrar energía, el cambio de horario resulta mucho más efectivo en
países fuera de los trópicos que en países como el nuestro, en donde la
mayor parte del territorio se encuentra localizado entre el trópico y el
ecuador. Es por ello que el ahorro de energía eléctrica en países
tropicales es mucho menor que en países como EEUU y Canadá así como la
mayoría de los países europeos. En Sudamérica sólo algunos estados de
Brasil y la totalidad del territorio chileno lo aplican actualmente y el
resto del subcontinente lo ha utilizado alguna vez pero actualmente no
lo utiliza.
Lo anterior
demuestra que sólo los países industrializados al norte del trópico de
Cáncer lo mantienen pero ni Rusia ni China, que ocupan buena parte del
hemisferio norte lo utilizan. Y de este hecho se puede inferir entonces
que la aplicación del horario de verano en México, desde 1996, no es más
que una muestra más del sometimiento de este país a la economía
mundial. El diputado Andrés Eloy Martínez Rojas recordó, en una
entrevista a un periódico nacional, que el argumento original para
promover la implantación del horario de verano en México fue el de
homologar las actividades con las principales economías del mundo y no
tanto para ahorrar luz. Asimismo alertó acerca de los nocivos efectos
sobre la salud de las personas al adelantar el reloj, basado en un
estudio que afirma que en EEUU han aumentado los ataques cardiacos en un
25% como consecuencia de adelantar la hora. (http://www.eluniversal.com.mx 8/4/14)
La luz solar es
un alimento, tanto para las plantas como para los seres humanos. Para
éstos últimos no sólo proporciona el calor necesario para sobrevivir y
para reproducirse sino que además genera el equilibrio emocional
indispensable para hacer la vida más llevadera. La actividad humana está
regulada por el sol, tanto en el día a día como en la sucesión de las
estaciones del año, sobre todo en las zonas rurales, organizadas en
función del ciclo agrícola. Modificarlo afecta necesariamente todos los
ámbitos de la vida social de una manera tan sutil que muchas veces ni
nos damos cuenta de sus efectos.
El domingo pasado dio inició el horario de verano, el cual nos impone el gobierno federal con el mencionado argumento de que ahorra energía, aunque este supuesto ahorro no se refleje en su recibo de luz. El que quiera creerlo que lo crea, pero lo que queda claro es que tod@s estamos batallando para ponernos a tono, adelantando una hora nuestros relojes. Si bien mover la manecilla del reloj no implica ningún esfuerzo, hay que considerar las consecuencias.
¿A poco no le cuesta más trabajo levantarse en la mañana? Anda uno todo el día adormilado y en la noche, a la vuelta y vuelta en la cama porque si se acuesta a las once, en realidad son las diez y el cuerpo no se deja engañar tan fácilmente. Esto sin mencionar que a las siete de la mañana apenas empieza a salir el sol y como que nuestro reloj interno no entiende nada. Hay que levantar a los niños con grúa para ir a la escuela y obligarlos a desayunar, porque el apetito anda por otro lado. Cabe la pregunta ¿Cómo impacta el horario de verano en el rendimiento escolar de los niños? ¿Será que después de una semana nos acostumbramos y todo vuelve a la normalidad?
La cosa empeora
cuando llega la hora del aperitivo y la botana; como que no sabe igual.
Los parroquianos se miran desconcertados porque la plática no agarra
fuerza y el cantinero se lamenta con la baja del consumo y la modorra
prevaleciente. Al salir de la chamba todavía es de día y las consabidas
actividades clandestinas echan de menos la complicidad de las sombras
nocturnas. En suma, tal vez el ahorro de energía no sea significativo
pero el esfuerzo para acomodarnos al nuevo horario sí que lo es. Al
final de la jornada, cuando se está tratando de conciliar el sueño, uno
se consuela pensando en que el cuerpo se acostumbrará al nuevo horario,
aunque sin olvidar que dentro de siete meses habrá que sufrir lo mismo,
cuando volvamos al horario normal.
A la par de
semejantes cavilaciones no queda más que asumir que los ciudadanos
perdemos, poco a poco, el control de nuestra vida cotidiana en aras de
un supuesto bienestar colectivo, que en el fondo sólo beneficia al gran
capital, que unifica horarios para reducir costos y aumentar sus
ganancias. Que el gobierno federal le importe un comino el efecto sobre
la vida de sus ‘representados’ no es ninguna novedad. Todos los días nos
demuestran para quien trabajan, al mismo tiempo que nos inundan con spotspublicitarios
para persuadirnos de los supuestos beneficios de sus políticas. Sin
embargo, no hay más remedio que aceptar que adelantar el reloj una hora
no es más que una clara expresión de la dominación a la que estamos
sometidos por los dueños del dinero y de lo poco que nos importa como
comunidad.
vía:
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/85288-%C2%BFa-qui%C3%A9n-le-sirve-el-horario-de-verano-en-m%C3%A9xico?.html
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