Los ladrones no son novedad en Argentina, gestionada política y económicamente, por el sistema Capitalista. Lo que es novedad en Argentina, son los linchamientos, que en estos días se han cebado, en humildes ladrones de gallinas.
Los ladrones no son novedad en Argentina, gestionada política y económicamente por el sistema Capitalista
Empezando por los de “guantes blancos”, como lo son, desde los terratenientes, que robaron las tierras a los pueblos originarios y aun las retienen, hasta los ladrones financieros, entre ellos los banqueros privados, usureros que permanentemente roban a sus clientes y los otros financistas especuladores, que igual que ellos se fugan las divisas al exterior.
También lo son, los ladrones del trabajo ajeno, patrones enriquecidos a costa de la explotación de los trabajadores argentinos, pasando por los comerciantes, ladrones “parásitos que trabajan” cargando precios sin producir.
Y ni hablar de los otros parásitos, viejitas y viejitos rentistas, que cobran alquileres altísimos, por propiedades mil veces amortizadas.
Sin contar los funcionarios públicos y jueces corruptos, quienes reciben coimas por hacer cosas turbias, más rápido y a escondidas. Ladrones es lo que sobra en la Argentina.
Estos ladrones de guante blanco, que son los protagonistas de la película Capitalista, son los pocos que tuvieron la suerte de “ganar la lotería”, beneficiados por la propiedad privada de medios de producción, dinero, bienes materiales sin limitación alguna. Propiedad esta, inaccesible y prohibida para la inmensa mayoría que no saco el número de la suerte.
Lo que es novedad en Argentina, son los linchamientos, de estos días que se han cebado en humildes ladrones de gallinas.
Haciendo memoria no recuerdo que se haya linchado a un solo ladrón terrateniente, financista, banquero privado, rentista, funcionario público o juez coimero.
Alguien debe estar direccionando los linchamientos, hacia los excluidos, nacidos en la miseria, pobres ladrones de gallinas.
Sospecho que son los medios de comunicación, la mayoría de ellos de propiedad privada, justamente de los ladrones de guantes blancos, que hace tiempo viene enardeciendo, a la conflictuada, súper egoísta clase media argentina
Es que los ladrones de guantes blancos, tienen sus bienes protegidos, tanto por documentos jurídicos, acciones, títulos de propiedad, hasta guardias armados a su servicio, ellos no le temen a los ladrones de gallinas.
Las clases medias, hacen de sus insignificantes bienes, el autito, el celular, el plasma, el objetivo de sus vidas, obtenidos estos a costa de encerrarse, en el más triste individualismo y enterrar en el camino, la solidaridad con el prójimo.
A sabiendas de esto, los ricos ladrones de guantes blancos, que son los mentores e iconos para admirar, por las clases medias, azuzan sus miedos, a través de los sangrientos y permanentes mensajes televisivos, de la prensa y radios que multiplican los números de la realidad, creando el tema de la “seguridad”.
La razón es muy simple, desviar la atención de sus robos, a través de la explotación de la fuerza de trabajo de los obreros, de las villas miserias, del sueldo y jubilaciones miserables, del absurdo, de que unos pocos ricos dispongan de los medios de producción, desviar así sus culpas hacia las propias víctimas, los pobres excluidos.
No es la primera vez que las clases medias, cumplen esa función en el mundo capitalista. Eso ocurre, cuando su capacidad de razonar, obnubilada por la desesperación de desear y poseer, las transforma en dóciles rebaños, del mensaje de sus patrones la Clase Dominante.
Ocurrió entre otras, desde la Alemania Nazi, la Italia fascista y el Chile de Pinochet y sin ir más lejos, la Ucrania de estos días.
Si pudieran usar sus neuronas, como Clase educada que son, para razonar que el producto de los robos, de los ladrones de guantes blancos y el de los propios robos de las clases medias, obtenidos estos de los restos del banquete, de sus ricos admirados, no puede ser gozado sin angustias, sin sobresaltos, mientras unos pocos se apoderen del fruto del trabajo de todos.
Si pudieran liberar sus neuronas, del deseo, de la codicia, implantados por la clase dominante, las clases medias entenderían que policías, cámaras, alarmas, no existe fuerza alguna en el mundo, que nada ni nadie, puede protegerlas, de la natural reacción de los excluidos,
Excluidos, algunos de los cuales se transforman en ladrones de gallinas, y otros en violentos vengadores, que llegan hasta el crimen, vengadores de los robos que sufrieron antes, ellos mismos y sus padres, de los ladrones de guantes blancos, que siempre quedan impunes.
Los que reclaman seguridad , deberían entender que mientras subsista el capitalismo, con sus injusticias estúpidas y criminales, donde a ellos parece gustarle vivir, además de no haber solución alguna para la “inseguridad”, con su participación en el linchamiento de ladrones de gallinas, se transforman en mercenarios criminales gratuitos, al servicio de los ladrones de guantes blancos ,empeñados en mantener vigente la injusta repartición de las riquezas .
Afectuosamente
Hersh Zakheim
Empezando por los de “guantes blancos”, como lo son, desde los terratenientes, que robaron las tierras a los pueblos originarios y aun las retienen, hasta los ladrones financieros, entre ellos los banqueros privados, usureros que permanentemente roban a sus clientes y los otros financistas especuladores, que igual que ellos se fugan las divisas al exterior.
También lo son, los ladrones del trabajo ajeno, patrones enriquecidos a costa de la explotación de los trabajadores argentinos, pasando por los comerciantes, ladrones “parásitos que trabajan” cargando precios sin producir.
Y ni hablar de los otros parásitos, viejitas y viejitos rentistas, que cobran alquileres altísimos, por propiedades mil veces amortizadas.
Sin contar los funcionarios públicos y jueces corruptos, quienes reciben coimas por hacer cosas turbias, más rápido y a escondidas. Ladrones es lo que sobra en la Argentina.
Estos ladrones de guante blanco, que son los protagonistas de la película Capitalista, son los pocos que tuvieron la suerte de “ganar la lotería”, beneficiados por la propiedad privada de medios de producción, dinero, bienes materiales sin limitación alguna. Propiedad esta, inaccesible y prohibida para la inmensa mayoría que no saco el número de la suerte.
Lo que es novedad en Argentina, son los linchamientos, de estos días que se han cebado en humildes ladrones de gallinas.
Haciendo memoria no recuerdo que se haya linchado a un solo ladrón terrateniente, financista, banquero privado, rentista, funcionario público o juez coimero.
Alguien debe estar direccionando los linchamientos, hacia los excluidos, nacidos en la miseria, pobres ladrones de gallinas.
Sospecho que son los medios de comunicación, la mayoría de ellos de propiedad privada, justamente de los ladrones de guantes blancos, que hace tiempo viene enardeciendo, a la conflictuada, súper egoísta clase media argentina
Es que los ladrones de guantes blancos, tienen sus bienes protegidos, tanto por documentos jurídicos, acciones, títulos de propiedad, hasta guardias armados a su servicio, ellos no le temen a los ladrones de gallinas.
Las clases medias, hacen de sus insignificantes bienes, el autito, el celular, el plasma, el objetivo de sus vidas, obtenidos estos a costa de encerrarse, en el más triste individualismo y enterrar en el camino, la solidaridad con el prójimo.
A sabiendas de esto, los ricos ladrones de guantes blancos, que son los mentores e iconos para admirar, por las clases medias, azuzan sus miedos, a través de los sangrientos y permanentes mensajes televisivos, de la prensa y radios que multiplican los números de la realidad, creando el tema de la “seguridad”.
La razón es muy simple, desviar la atención de sus robos, a través de la explotación de la fuerza de trabajo de los obreros, de las villas miserias, del sueldo y jubilaciones miserables, del absurdo, de que unos pocos ricos dispongan de los medios de producción, desviar así sus culpas hacia las propias víctimas, los pobres excluidos.
No es la primera vez que las clases medias, cumplen esa función en el mundo capitalista. Eso ocurre, cuando su capacidad de razonar, obnubilada por la desesperación de desear y poseer, las transforma en dóciles rebaños, del mensaje de sus patrones la Clase Dominante.
Ocurrió entre otras, desde la Alemania Nazi, la Italia fascista y el Chile de Pinochet y sin ir más lejos, la Ucrania de estos días.
Si pudieran usar sus neuronas, como Clase educada que son, para razonar que el producto de los robos, de los ladrones de guantes blancos y el de los propios robos de las clases medias, obtenidos estos de los restos del banquete, de sus ricos admirados, no puede ser gozado sin angustias, sin sobresaltos, mientras unos pocos se apoderen del fruto del trabajo de todos.
Si pudieran liberar sus neuronas, del deseo, de la codicia, implantados por la clase dominante, las clases medias entenderían que policías, cámaras, alarmas, no existe fuerza alguna en el mundo, que nada ni nadie, puede protegerlas, de la natural reacción de los excluidos,
Excluidos, algunos de los cuales se transforman en ladrones de gallinas, y otros en violentos vengadores, que llegan hasta el crimen, vengadores de los robos que sufrieron antes, ellos mismos y sus padres, de los ladrones de guantes blancos, que siempre quedan impunes.
Los que reclaman seguridad , deberían entender que mientras subsista el capitalismo, con sus injusticias estúpidas y criminales, donde a ellos parece gustarle vivir, además de no haber solución alguna para la “inseguridad”, con su participación en el linchamiento de ladrones de gallinas, se transforman en mercenarios criminales gratuitos, al servicio de los ladrones de guantes blancos ,empeñados en mantener vigente la injusta repartición de las riquezas .
Afectuosamente
Hersh Zakheim
vía:
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/84765-argentina-ladrones-oligarcas-de-guante-blanco-empujan-a-la-clase-media-a-linchar-ladrones-de-gallinas.html
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