Chile. Impulsados por la
necesidad de energía eléctrica de la industria minera, diversos
proyectos eólicos se reparten por Chile; la empresa Ecopower decidió
construir uno de ellos, el Chiloé, en una zona de gran belleza e
importancia natural, lo que atrajo la oposición de una diversidad de
actores. La construcción se encuentra detenida temporalmente.
Chiloé es una gran isla al sur de Chile,
de alrededor de 200 kilómetros de largo por 50 de ancho, con islas
adyacentes. Sus actividades económicas principales vienen de la tierra
(agricultura y bosques) y del mar (mariscos y cría de salmones). Es una
zona más bien pobre y olvidada dentro del país, con una proporción de
población rural bastante elevada.
Chiloé es también un lugar de leyendas y
mitología, con cultura e identidad propia, que se visita principalmente
en verano cuando las lluvias amainan. Hubo un fuerte mestizaje entre
españoles y originarios; actualmente, las personas que se declaran
indígenas son un 10 por ciento. El turismo -atraído por la cultura y el
paisaje- se ve como una posibilidad para el desarrollo sustentable.
Las necesidades de la minería chilena
La riqueza de Chile sale mayormente del
cobre, y la industria minera cambió a métodos en los que consume mayor
energía eléctrica. Esta actividad consume un 60 por ciento de la energía
eléctrica del país.
Hace pocos años se comenzó a extraer la
energía del viento; hasta el año 2007 sólo existían tres
aerogeneradores, pero a finales del 2010, el 1 por ciento de la
electricidad generada venía de parques eólicos. El crecimiento en la
generación de electricidad se vio dificultado por un despertar social en
contra de centrales térmicas e hidroeléctricas (como Hidroaysén).
Con este panorama los parques eólicos se
visualizan como la solución para calmar las necesidades energéticas de
la industria minera; no contaminan ni destrozan el paisaje tanto como
las térmicas o hidroeléctricas, y por ello llueven los proyectos de
parques para la isla de Chiloé. El Parque Eólico San Pedro se encuentra
en las montañas, a 20 kilómteros de zonas pobladas; el Parque Eólico
Ancud se construirá en una zona ganadera, por poner algunos ejemplos.
El lugar donde se emplazará el Parque Eólico Chiloé
El lugar escogido por la empresa
Ecopower para construir el Parque Eólico Chiloé es especialmente
sensible. Es un istmo que une la península de Lacuy con la Isla Grande
de Chiloé -de unos 2 ó 3 kilómetros de ancho, a un lado el Océano
Pacífico y al otro el Golfo de Quetalmahue.
Es un lugar muy rico en avifauna por ser
un humedal (Quilo) y de una gran belleza escénica, con una playa de 8
kilómetros de longitud llamada Mar Brava. El parque ocupará mil
hectáreas, la mayor parte de las cuales pertenece a campesinos, mientras
unas 200 hectáreas son del Estado. Son terrenos improductivos desde el
punto de vista agrícola o ganadero, y eso es lo que ha permitido que se
conserve la vida silvestre.
El área fue seleccionada por BirdLife
International como sitio AICA (Área Importante de Conservación de Aves o
IBA, por sus siglas en inglés). Existen unas cien especies de aves,
algunas en calificación de peligro de extinción, como la Torcaza o la
Columba araucana; otras vulnerables (Bandurria – Theristicus melanopis;
Flamenco chileno – Phoenicopterus chilensis) e insuficientemente
conocidas (Nuco – Asio flammeus), de acuerdo con las categorías del
Ministerio de Medio Ambiente.
En el año 2002, cuando Chile planteó su
Estrategia Nacional de la Biodiversidad, este espacio también fue
seleccionado para conservación.
Existen recursos marinos aledaños de
suma importancia. En la parte del Océano Pacífico hay un Área de Manejo
de la macha (Mesodesma donacium) y al otro lado existe una Reserva
Marina para la protección de la ostra. El arrastre de sedimentos que
ocasionarán los trabajos de construcción pondrá en peligro ambos
recursos.
Es uno de los pocos lugares del mundo
para el avistamiento de la ballena azul. El ruido y los infrasonidos que
provocará un parque eólico la alejarán de la costa. En diciembre de
2011, un grupo de 43 científicos de todo el mundo escribió una carta al
presidente de Chile pidiéndole que relocalizara el Parque Eólico Chiloé.
Los bellos paisajes hicieron que este
lugar se priorizara para el desarrollo turístico, y muchos campesinos
invirtieron e iniciaron microempresas de servicios. El principal
atractivo turístico de la comuna, la bahía de Puñihuil, donde se pueden
observar pingüinos, está a tres kilómetros del emplazamiento del Parque.
La playa de Mar Brava, que será invadida por los aerogeneradores, es
otro de los emblemas naturales de la comuna de Ancud.
El Parque Eólico Chiloé
Los parques eólicos son todos muy
parecidos; el dato más importante es el tamaño de los aerogeneradores y
su cantidad. El Parque Eólico Chiloé tendrá torres de 91 metros hasta la
góndola, con una potencia de 2,4 megawatts. Las aspas tienen una
longitud de 57 metros, por lo que la altura total llegará a 148 metros, y
se levantarán cerca de 42 aerogeneradores que sumarán una potencia de
100,8 megawatts. Hay que añadir las subestaciones eléctricas y el
trazado de la línea de alta tensión, de unos 28 kilómteros.
Este proyecto fue presentado por primera
vez al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), en octubre
de 2010, como “Declaración de Impacto Ambiental”, vía abierta para
proyectos que -se supone- no alteran significativamente el medio
ambiente; el organismo estatal evaluador lo aprobó. Fue un proceso
vergonzoso en el que quedó patente que el organismo defendió los
intereses de la empresa, más que los de la naturaleza.
La oposición
Si la ejecución se detuvo fue gracias a
un recurso de protección puesto por la comunidad indígena de
Huentetique, que argumentó principalmente la ausencia de una consulta
indígena a la que estaba obligado el SEIA, debido a la firma del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por
parte del Estado. Se dio un fallo histórico de la Corte Suprema a favor
del pueblo indígena.
A partir de ese momento, la empresa
Ecopower se acercó a la comunica y logró ponerla a su favor -además de a
otros actores originarios relevantes- a cambio de la construcción de
establecimientos turísticos en sus sectores y de un fondo de proyectos.
Esto supuso una fractura muy importante en el movimiento indígena que
alcanza a toda la provincia, pues para otro sector la conservación del
patrimonio natural no se puede transar tan superficialmente. Mientras,
Ecopower pretende convencer a la sociedad y al SEIA de que tiene la
aprobación de las comunidades en el área de influencia del proyecto,
cuando hay comunidades indígenas (Aucaco y Quilo) más afectadas que
manifiestan una férrea negativa al proyecto.
La oposición al proyecto nunca formó una
organización, y es muy diversa. Hay personas de derechas e izquierdas,
más o menos radicalizados, más o menos ecológicos. También ha existido
una rotación, algunos dejaron de participar activamente y otros se
incorporaron. Y los menos cambiaron de bando, tanto en un sentido como
en otro. Una organización ecologista se manifestaba al principio
favorable al Parque -con el argumento de que era energía verde que no
contaminaba-, después de un tiempo también estuvo de acuerdo en que no
era el lugar adecuado.
Un actor que se opuso al proyecto en
sus inicios fue el colectivo COMPAS, liderado por Rodolfo Norambuena,
quien más tarde fue elegido concejal de la municipalidad de Ancud.
Durante mucho tiempo la vocera de la oposición fue Gícella Saldiva,
campesina con un negocio de agroturismo. Cuando sus obligaciones como
madre la apartaron de las actividades, fue su hermana Andrea quien la
sustituyó. La ONG Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio
Natural (CECPAN) y su director, Jorge Valenzuela, siempre tuvieron un
rol clave- en sus oficinas se llevan a cabo las reuniones. Alvaro
Ampuero y su movimiento “Pensar Chiloé” también han apoyado.
Otro grupo importante lo constituyen los
sindicatos de macheros, extractores del molusco “macha”, que abunda en
la playa de Mar Brava. El Centro de Conservación Cetácea aportó su
defensa de la ballena azul. Además, jóvenes estudiantes, jubilados,
campesinos, profesionales, empresarios, trabajadores, hombres, mujeres,
pescadores, indígenas, etcétera. Pero no se trata de un movimiento
mayoritario; mucha gente se impresiona fácilmente con la modernidad,
cree que una gran estructura o algo nuevo traerán automáticamente
trabajo, progreso y bienestar, sin mayor reflexión.
Las autoridades y los partidos políticos
han estado muy ausentes. En una primera etapa la oposición al Parque
contó con el apoyo del diputado Fidel Espinoza -que no fue elegido por
ese territorio. Él consiguió una sesión especial en el Congreso de los
Diputados para votar que se obligara la empresa a hacer un Estudio de
Impacto Ambiental, la vía exigente de evaluación del SEIA, con
resultados negativos. Después de las últimas elecciones, la diputada
Jenny Alvarez mostró su apoyo. Los alcaldes de la comuna están a favor
del Parque.
En qué estamos
Finalmente, por el fallo de la Corte
Suprema, la empresa se vio obligada a hacer un Estudio de Impacto
Ambiental. Es decepcionante ver que el estudio no aporta mucho más que
la primera Declaración; se sabe que determinadas torres afectarán más a
las aves que otras y poco más. Hubo un proceso de “participación
ciudadana”, también lamentable, en el cual el SEIA hizo tres reuniones
en las que la empresa presentó su proyecto. De la Consulta Indígena no
se sabe nada.
Hay un plazo hasta el 23 de mayo para
que se decida la aprobación. La Comisión de Evaluación Ambiental debe
reunirse antes de esa fecha y decidir si aprueba el Parque Eólico. Esta
Comisión está formada por varias autoridades regionales nombradas por el
Gobierno. Son diferentes de las que anteriormente lo aprobaron y existe
alguna esperanza que su opinión sea diferente. Si no fuera así, queda
la alternativa de los tribunales.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2014/04/chiloe-un-parque-eolico-que-afectara-una-belleza-natural/
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