1-. El Demócrito de Diógenes Laercio
La
obra de Laercio sobre la vida de los filósofos griegos está llena de
anécdotas, muchas innecesarias y algunas hasta absurdas, pero es un buen
testimonio de quien estudió, al detalle, la vida y obra de aquellos
seres admirables que se entregaron por entero a la búsqueda de la verdad
y la razón. Veamos algo de lo que dijo sobre Demócrito (las notas son mías):
--Estudió
con algunos magos y caldeos que el rey Jerjes dejó por maestros a su
padre cuando se hospedó en su casa, de los cuales aprendió teología y
astrología, siendo aún casi niño
--De
joven se fue a los sacerdotes de Egipto a fin de aprender geometría, a
los caldeos de Mesopotamia y al Mar Rojo. Hay quien dice que también
estuvo en la India con los gimnosofistas y que no menos pasó a Etiopía.
--Eran
tres hermanos, y él era el menor de los tres. Dividida la herencia
paterna, escogió la porción más pequeña en dinero, siéndole más útil
para viajar. Dice Demetrio (nota: Demetrio de Falera, filósofo y
gobernante de Atenas durante la agresión imperialista de Alejandro) que
su parte pasó de 100 talentos y que los gastó todos. Dicen que era tan
aplicado al trabajo que de su casa y huerta separó una pequeña pieza y
se encerró en ella.
--Parece ser que
también pasó a Atenas y que, por desestimar su propia gloria, no se
cuidó de ser conocido, y aunque él conoció a Sócrates, Sócrates no lo
conoció a él. "Fui a Atenas y nadie me conoció", dijo.
--Era
perito en cinco certámenes, pues era experimentado y hábil en lo
natural, lo moral, la matemática, la encíclica y las artes.
--Suya es aquella frase: "Las palabras son las sombras de las cosas".
--De él dijo Timón (nota: Timón de Fliasia, filósofo escéptico del siglo 3 ane): que fue "autor de bello estilo, docta frase y hablar festivo".
--Dijo Demócrito "la verdad está escondida en lo profundo".
--Afrirma Antístenes (nota:
fundador de la Escuela Cínica; Siglos V y IV ane) que ejercitaba y
probaba variamente su imaginación, ya en la soledad, ya también
retirándose a los sepulcros. Que regresado de sus viajes, vivió
pobremente, como que había consumido en ellos cuanto tenía, y, por su
indigencia, lo mantuvo su hermano Damasto; pero luego que se acreditó
anunciando algunas cosas venideras (nota: por sus conocimientos
teóricos en astronomía y en lo que hoy se llama meteorología), ya muchos
lo juzgaron merecedor de honores.
--Habiendo
una ley de que quien disipase su patrimonio fuese indigno de tener
sepulcro en su patria, como lo supiese Demócrito, por no verse blanco de
algunos envidiosos y sicofantas, les leyó varios de sus escritos y fue
premiado con 500 talentos. Lo honraron con estatuas de bronce y habiendo
muerto de más de cien años, su entierro fue pagado por el público.
--(Sobre el atomismo) Esto
dijo Demócrito: "Los principios de todas las cosas son los átomos y el
vacío, todo lo demás es dudoso y opinable. Hay infinitos mundos, sujetos
a generación y corrupción. Que de lo que no existe, nada se hace; ni en
lo que es nada se corrompe (nota: por supuesto que la concepción
moderna sobre el origen del universo difiere de esta idea de Demócrito,
o sea que nada puede crearse de la nada, que se parece más a la Teoría
del Estado Estable –Steady State- del científico británico Fred
Hoyle,que fue rechazada por la ciencia después que Edwin Hubble
descubrió la Radiación de Fondo --Background Radiation-- que prueba que
el universo tuvo su origen en un lugar y tiempo determinados; por
supuesto que ni Leucipo ni Demócrito tenían forma de saber que los
átomos podían dividirse porque ni siquiera supieron que estaban formados
por núcleos de protones, neutrones, etc, y costras de electrones dando
vueltas alrededor del núcleo a una velocidad superior a la de la luz, ni
podían exponer lo de la desintegración del átomo original que provocó
el Gran Estallido y el nacimiento del universo; pero con haber planteado
la formación atómica de la materia ya en aquella época lejana, echaron
las bases de lo que sólo pudo conocer la ciencia moderna) Que los átomos
son infinitos –sigue diciendo Demócrito--, tanto en la magnitud como en
el número o muchedumbre. Que se mueven en giro y van por el universo,
con lo cual se hacen todas las concreciones de fuego, agua, aire y
tierra, pues todas estas cosas constan de ciertos agregados de átomos,
los cuales por su solidez son impasibles e inmutables. Que el sol y la
luna son moles concretas de estos átomos llevados en giro; y lo mismo el alma, que no es distinta de la mente (nota:
o sea del cerebro). Que la visión se hace por las imágenes que caen en
nosotros. Que todas las cosas se hacen por necesidad, siendo el giro la
causa de la generación de todo. Dios es una Mente que está en una esfera ígnea y es el alma del mundo (nota: breve análisis sobre esto en el acápite 3)
(Hasta aquí lo que dijo Diógenes Laercio sobre Demócrito)
2-. Una obra magistral
La
asombrosa obra de Demócrito de Abdera abarca casi todos los campos del
conocimiento. Escribió más de setenta libros sobre Física, Matemáticas,
Geometría, Ciencias Naturales, Cosmología, Psicología --que, por
supuesto, aún no se llamaba así--, Lógica, Zoología, Etica, Geografía,
Hidrología, Fisiología ("Sobre la Carne"), Meteorología ("Causas
Atmósfericas"), Literatura, Poesía, Música, Agricultura, Pintura,
Navegación, Historia, Medicina ("Sobre la Fiebre y la Enfermedad de la
Tos", "Juicio Médicos", "Sobre la Dieta"), Derecho ("Causas Legales"),
Ciencia Militar ("Peleando con Armadura"), Gramática ("Sobre los
verbos") y otras materias.
Nadie, ni
siquiera Leonardo da Vinci, dominó tan amplias ramas del conocimiento, y
lo hizo sin tener acceso a los adelantos científicos que ya había en la
época del Renacimiento, sobre todo en Florencia, muy limitados entonces
si se les compara con los de la actualidad, pero avanzados en relación a
los de la época de Demócrito. Fue el genio mayor de la etapa más genial
de la humanidad.
Veamos algo más sobre su obra:
A) Determinismo: Por el contrario de Sócrates y la filosofía posterior, Demócrito era determinista, o sea creía que todo era el resultado de leyes naturales que nada tenían que ver con la casualidad, sino con la causalidad.
El universo, para todos los atomistas, está regido por leyes causales, o
sea causas, no por casualidades. Todo es el producto de una causa
anterior. El mundo es como es, en forma natural, y no tiene un propósito
definido, ni un primer motor, como después diría Aristóteles. Todo debe
ser explicado en forma mecanicista, o sea estrictamente material, con
lo que rechazaban la posterior teleología de Platón y Aristóteles que
planteaba que la Naturaleza tiene una causa final, a lo que se opone,
por supuesto, el materialismo.
B) Las formas de la materia:
Demócrito planteó que la materia depende de las formas y las conexiones
de los átomos, de manera que los átomos de hierro son sólidos y fuertes
y se mantienen unidos con ganchos que aseguran su solidez (recuerde el
lector que los atomistas carecían de todo tipo de instrumentos para
estudiar la microestructura de la materia y en ellos todo era teoría,
elucubración); los átomos de agua son suaves y resbaladizos; los átomos
de sal son cortantes y puntiagudos, debido a su sabor, y los átomos de
aire son ligeros y giran. Así de sencillo aún planteaba Demócrito la
naturaleza de los átomos
El modelo del
átomo en Demócrito es un sólido que interactúa en forma mecánica con
otros átomos (al desconocer que la fuerza más poderosa de la Naturaleza
es el electromagnetismo, Demócrito no podía entender que la fuerza de
los campos eléctricos y magnéticos, de acuerdo a la mecánica cuántica,
es la que determina la interacción de los átomos para formar la materia y
su movimiento, y tenía que darle una explicación de acuerdo a sus
conocimientos, o sea mecánica; a pesar de esto, no hubo una escuela
filosófica que, con sus comprensibles limitaciones, se acercara más a la
ciencia moderna que el atomismo)
C) El vacío y el movimiento:
Demócrito planteaba, además, que debía haber mucho espacio entre los
átomos, o sea el vacío, para que éstos pudieran moldearse e interactuar
entre ellos. El concepto del vacío atomista era una respuesta a las
ideas de Parménides, fundador de la Escuela Eleática y la lógica
metafísica, y a las paradojas lógicas de su discípulo, Zenón de Elea,
quienes se oponían a la idea del vacío y el movimiento porque para ellos
el vacío era la nada y la nada no existe, y el movimiento depende no de
que algo se mueva sino de la apreciación de nuestros sentidos sobre el
movimiento. Los atomistas rechazaron ese concepto, afirmando que el movimiento existe
porque es observable y, por lo tanto, tiene que existir el vacío para
que los objetos se puedan mover de un lugar a otro. Esta idea lo mismo
se puede adaptar a una hormiga que avanza, en el piso, de una losa a
otra como a una galaxia que se traslada billones de kilómetros en la
insondable extensión del universo.
D) Epistemología (teoría del conocimiento):Como
que para Demócrito la percepción es subjetiva, el conocimiento de la
verdad es imposible porque no se le puede juzgar a través de los
sentidos. "O no existe la verdad o no es evidente para nosotros", decía.
Llamó bastardo al conocimiento que se adquiere a través de los sentidos, y legítimo
al que se llega a través de un proceso racional. El conocimiento
bastardo es a lo que hoy llamamos los cinco sentidos: visión, oído,
olfato, gusto y tacto. Cuando ya estos conocimientos no pueden lograr
mayor información, entonces funciona el conocimiento legítimo a través
de un proceso mental. Las impresiones que recibimos a través de los
sentidos no se pueden probar. Sólo podemos interpretar la información
sensorial y llegar a la verdad a través de la mente, porque la verdad
está en el fondo de las cosas.
E) Moral y política
Algunas frases de Demócrito definen su pensamiento sobre cuestiones éticas y políticas. Decía:
--"Aquéllos
que tienen el poder deben ayudar a los pobres de manera que no haya
pesar ni aislamiento, sino camaradería, defensa mutua y acuerdo entre
los ciudadanos".
--"La igualdad es noble en todas
partes"; pero en la sociedad en que vivieron los atomistas y todos los
demás filósofos de la Grecia antigua, la igualdad estaba muy lejos de
ser real ya que existía la esclavitud –más de la tercera parte de la
población de Atenas y otras ciudades-estados estaba formada por
esclavos-- y las mujeres, los niños y los pobres, o sea los que no
tuvieran un mínimo de propiedades, no tenían derechos –igual que
sucedería en Estados Unidos muchos siglos después--; la grandeza de
aquellos filósofos griegos no radicaba, por supuesto, en la justicia de
la sociedad en que vivían, sino en la genialidad de sus ideas)
--"Hacer dinero no es inútil, pero hacerlo a través del delito y la maldad es la peor de todas las cosas".
--"La acumulación de dinero es avaricia".
--"La bondad no es innata, sino que sólo se logra a través de la práctica y la disciplina".
--"Se debe dominar la ira si se quiere ser racional".
3-. La idea correcta de Dios
Cuando Demócrito dijo que “Dios es una Mente que está en una esfera ígnea y
es el alma del mundo” se estaba refiriendo a la mente, o sea al
cerebro, como algo material, formado por átomos, no a nada espiritual, o
sea metafísico; aunque no hubiera podido desarrollar la idea de las
células ni, por supuesto, las neuronas. De la misma forma al decir
“alma” se estaba refiriendo a una función física de la mente, no a nada
que estuviese fuera de la mente, del cerebro, de la materia.
La interpretación que le daba al vocablo "Dios"
no era en sentido espiritual, por cuanto para él el “espíritu” no
existe ya que no hay nada fuera de la materia; de manera que todo lo
existente es una manifestación de la estructura y el movimiento de los
átomos.
Esa frase sobre "Dios", la "mente" y el
“alma”, dicha por el filósofo más importante del atomismo, que es la
única escuela filosófica de la Antigüedad con la que se identifica la
Física moderna, es una manifestación inequívoca de que aceptaba la idea de Dios, pero sólo como un principio físico, material, atómico, y, por consiguiente, rechazaba el vocablo "ateo"
--que ya había comenzado a usarse desde entonces--, ya que para él sí
existía "Dios", o "los dioses", o sea la Física, la materia formada por
átomos.
Es muy probable que como el concepto, más
bien el mito, de "Dios" y "los dioses" ya estaba tan arraigado en el
pueblo griego, y en todos los pueblos del mundo, civilizados o no,
Demócrito y los atomistas, y de hecho todos los filósofos naturalistas,
comprendieran que la solución no era erradicar el nombre de Dios, sino
sustituirlo por la Naturaleza, la materia, el átomo; y ésa es la idea correcta
que debemos tener hoy sobre el vocablo "Dios", una actitud positiva que
sustraiga de las religiones el falso uso que han hecho de esa palabra
al identificarla con un "Ser Supremo" o "Mente Cósmica" anterior al
nacimiento de la Física, lo cual es algo tan extremadamente estúpido que
parece mentira que haya que negarlo, no porque la ciencia haya mostrado
su estulticia, sino porque siempre debió haberlo probado la razón más
simple.
Todas las religiones le confieren a su
“Dios”, o a su "Dios principal", la función de haber creado al universo.
Esos dioses, por supuesto, no existen, pero sí existe el universo, por
lo que la idea de un “Dios” creador del universo es correcta, lo que es
falso es que ese “Dios” se halle fuera de la Naturaleza, o sea del mundo
físico. No neguemos la idea de la creación del universo, simplemente
digamos que no pudo ser un Dios sobrenatural, sino un fenómeno físico
que sucedió dentro del mundo material. Entonces, llegaremos a la idea
del verdadero Dios, o sea lo que creó la energía siendo energía, y comprenderemos que "Dios" es algo, no alguien. De todas las ideas que han llegado a esa conclusión, ninguna tiene más lógica que el Gran Estallido o Big Bang.
Quienes se consideran a sí mismos ateos
pueden aducir, con razón, que el sentido etimológico de la palabra Dios
entraña un "ser sobrenatural" que creó a la Naturaleza; pero es del
todo posible que podamos hacer una pequeña revolución idiomática para
sacar el nombre de Dios de la mentira, la sombra, la superstición y el
miedo y colocarlo en el mundo de la verdad, el valor y la luz, o sea la
ciencia.
En la palabra "Dios" hay eufonía; en la de "ateo", disfonía.
Pitágoras,
que creó el concepto de la música de las esferas, habría oído algo así
como una agradable nota musical en la palabra "Dios", y un sonido raro
en la de "ateo".
Entre sus muchos
libros, Demócrito escribió "Sobre la eufonía y el rudo sonido de algunas
palabras"; sospecho que pudo referirse al agudo contraste fónico entre
las palabras "Dios" y "ateo".
Dios es
una inmensa fuerza física universal que actúa sin razonar, que no es
buena ni mala, que no premia ni castiga, que creó sin emociones al ser
emocional, que no actúa por reacción sino por mecánica, que nació y
algún día morirá cuando desaparezca la energía.
Dios es, en su expresión más exacta, el átomo original, o élam,
una octillonava parte más pequeño que el átomo actual, cuya explosión
creó el caldo energético, incomprensiblemente compacto, que, al
expandirse y enfriarse su extremo calor original, creó al universo.
Dios es, en fin, el Gran Estallido.
Leucipo y Demócrito no hablaban mucho de Dios, pero lo descubrieron ☼
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/democrito-abdera-idea-correcta-dios
http://www.kaosenlared.net/noticia/democrito-abdera-idea-correcta-dios
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