jueves, 18 de noviembre de 2010

Chile : Votaron por Piñera, por el clasismo, por la privatización y por aumentar las brechas . La gente, desinformada como es en Chile, votó por estas situaciones. Si alguien pensó que la derecha viuda del pinochetismo iba a gobernar para las mayorías, se equivocó medio a medio. Arturo Alejandro Muñoz

A LLORAR AL cuartito los próximos cuatro añitos. Así habría que cantarles a cientos de miles de chilenos que sin ser -ni jamás haber sido- derechistas votaron por el candidato de la Alianza, y ahora, ocho meses después, rasgan vestiduras arrepentidos por haber sido ingenuos y torpemente crédulos. Son los viudos del “cambio” piñerista, los desencantados que todavía no logran explicarse cómo se entregaron con tanta docilidad a los requiebros del empresariado expoliador, creyendo –inocentemente- que la derecha iba a gobernar en beneficio de las mayorías y no en exclusivo privilegio del capital.   
En ese enorme grupo de crédulos están los pensionados, hombres y mujeres que ya tienen claro que el 7% que ellos aportan para financiar la cobertura de salud no será perdonado por el régimen bancario que domina al actual gobierno. “Si a cualquier paciente perteneciente a FONASA no se le puede atender en un hospital porque este carece de camas, especialistas o lo que sea, entonces se le atenderá rápida y eficientemente en una clínica privada sin costo alguno”. ¿Se acuerdan de esa promesa de campaña explicitada una y cien veces por el señor Piñera? Permítanme una amplia sonrisa de sorna.
También hay profesores decepcionados y arrepentidos, muchos profesores, que en su momento decidieron castigar a la corrupta Concertación por el no pago de la deuda histórica, esperanzados en que la derecha empresarial y financiera sí lo haría. Craso error. Aquella deuda no solamente seguirá incrementando su volumen por el alza del costo de la vida cada año sino, además, este gobierno, conformado por verdaderos fundamentalistas del neoliberalismo salvaje, ya ha mostrado sus innegables deseos de privatizar las escuelas municipalizadas y aplicar al profesorado la misma vara con la que se mide y sanciona al obreraje en las fábricas. Para el profesorado chileno, hoy es tarde, y el mañana se presenta obnubilado e incierto, con la amenaza de la privatización y la cesantía.
Hablando de educación…muchos electores que eran y siguen siendo padres y apoderados de alumnos pertenecientes a liceos y escuelas municipalizadas, votaron por la derecha creyendo a pie juntillas en las promesas de mejoramiento de la educación pública, según propugnaban los tiburones bancarios durante la campaña electoral. Pero, ahora constatan que la ‘idea’ del gobierno no es otra que fusionar escuelas públicas, hacerlas dependientes de nuevas corporaciones educacionales en manos de empresarios privados y, si la ‘gallá’ no reclama ni arma escándalo (algo que jamás haría el pueblo chileno, ya domesticado y amansado con los latigazos de las tarjetas plásticas y los realities televisivos), entonces, el gobierno y el empresariado decidirán fijar cobros mensuales que debería pagar el 90% del alumnado.
Lo anterior no es una broma: la gente votó específicamente por estas situaciones. Nadie puede quejarse hoy día. Si alguien pensó que la derecha empresarial, neoliberal, dirigida por vástagos y viudos del pinochetismo, iba a gobernar PARA los chilenos, se equivocó medio a medio. La derecha en nuestro país, desde el año 1818 en adelante, se ha esmerado en administrar este territorio en su exclusivo beneficio.
Seguramente, la gran mayoría de los chilenos desconoce cuál es el alma verdadera de la derecha empresarial, terrateniente, bancaria, transnacional y clasista. Seguramente, la gran mayoría de los chilenos nunca supo aquello que Radomiro Tomic, gran político chileno perteneciente a las huestes de la Democracia Cristiana en la época de Frei Montalva, dijo en la campaña presidencial del año 1970: “si se gana (aliado) con la derecha, es la derecha la que gana”. Seguramente, muy pocos chilenos saben que la derecha criolla, desde tiempos casi coloniales, posee el mismo pensamiento que expresara  de manera abierta y veleidosa aquel enriquecido miembro de una de las familias más poderosas política y económicamente en nuestro país: “"Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio".   
Lo dijo hace más de un siglo Eduardo Matte Pérez, bisabuelo de Eliodoro Matte Larraín, actual mandamás de una de las pocas familias que continúan controlando el grueso del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile.Y es lo que siguen pensando nuestros actuales gobernantes aliancistas.
Hace pocos meses escribí lo siguiente (que reitero y ratifico en estas líneas): Si la realidad actual (social y política) no es tan cruel como pudo haber sido, se debe exclusivamente a que un grupo de hombres y mujeres se alzó sobre sus propias debilidades y carencias para crear andamiajes que hablaran por sus pares, por sus compañeros, por los sin voz, por los explotados silentes.
Ellos hubieron de comenzar estructurando organizaciones algo anodinas, de auto apoyo, llamadas Mutuales, única forma de evadir el garrote patronal y la bayoneta militar (esta última siempre dispuesta a masacrar al desarmado, al pacífico, al inocente), para constituir el primer paso del largo camino que conduciría no sólo al desarrollo del sindicalismo sino, además, al nacimiento de los antiguamente llamados ‘partidos obreros’, mismos que hoy forman parte de la mafia neoliberal comandada por los patrones habituales, como sucede, específicamente, con socialistas y comunistas ya entregados en total complacencia a los libidinosos deseos de la derecha empresarial. Ello, al menos, es lo que está ocurriendo en Chile, territorio predilecto y regalón de los predadores transnacionales convertidos en amos indiscutidos de los empresarios criollos, militares, policías y editores periodísticos de la llamada ‘prensa oficial’.
El problema principal entonces es que, hoy día, en el mundo de la izquierda chilena, no existe organización alguna –sea ella política, laboral, gremial o comunitaria- capaz de enfrentar con ciertas probabilidades de éxito a los predadores que dirigen y manejan el modelo de capitalismo salvaje.
El 54% del electorado chileno optó por un gobierno enemigo de las políticas de un estado de bienestar, tal vez sin siquiera sospechar que con ello estaba afilando la guillotina con la que sería degollado en corto tiempo, desconociendo que históricamente la derecha nunca ha gobernado en beneficio de las mayorías, pues ella forma parte de una determinada clase social, y lucha entonces por acrecentar sus privilegios, poder y veleidades.
La prepotencia, la soberbia, el “car’e palismo”, la hipocresía y la actitud cínica y mentirosa que cada jornada descubrimos en quienes hoy gobiernan, no deberían constituir sorpresa para aquellos que conocen el recorrido y pensamiento de la derecha criolla. Lamentablemente, el país pudo constatar -en situaciones que son aledañas a la política- cuán poco interesa a este gobierno de empresarios, y de comerciantes mercachifles y corruptos, la opinión de la gente, a la cual se le considera material desechable y útil solamente en la medida que tenga posibilidades de gastar dinero, y/o de endeudarse hasta la tercera generación usando y abusando de las tarjetas plásticas.
Lo acaecido en la elección de la ANFP, donde indiscutiblemente el gobierno metió mano y baza, resulta prueba suficiente para avalar lo dicho.
Desde La Moneda hubo presiones de toda índole, independiente de que el personaje que Sebastián Piñera apoyó e impuso en la dirección del fútbol profesional para potenciar sus propias acciones en Blanco y Negro, así como su muñequeo en el deporte económicamente rentable, es un individuo con oscuro currículo, como puede leerse en esta crónica escrita en Europa y publicada por la prensa independiente en Chile:
Todo lo que usted ha leído en este artículo es comprobablemente cierto, y se trata sólo del comienzo. En tres años más, el 70% de los chilenos estará abiertamente en contra del actual gobierno, eso lo doy firmado, ya que es típico en nuestros sufragantes ir de un lado a otro en el arco político, buscando y procurando siempre poder encontrar  gente honesta, inteligente y defensora a ultranza de la chilenidad. Una utopía que difícilmente se podrá convertir en hechos ciertos. 
Al menos, no con esta clase social predadora, derechista, antichilena y extranjerizante que es la que nos gobierna hoy día, y que vende a intereses foráneos -a bajo y risible precio- nuestros principales recursos naturales.
Se trata de  la ‘Nueva Derecha’, que suena a PP español de Aznar, a partusas de Berlusconi, a racismo de Sarkozy, a NSDAP alemán de Goebbels, Goering y Hitler; a “escuálidos” venezolanos dirigidos desde el Pentágono y la Casa Blanca… o a los yanaconas tipo Álvaro Uribe que ahora están siendo judicialmente desnudados en Colombia por sus ilícitos, asesinatos y corruptelas.
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/votaron-pinera-clasismo-privatizacion-aumentar-brechas-3

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