jueves, 22 de julio de 2010

Chile : Piñera, en fuera de lugar Francisco Marín

http://www.unapab.cl/wp-content/uploads/2009/11/santiago-de-chile.jpgUn roce con ribetes futbolísticos entre el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el entrenador de la selección de futbol de ese país, Marcelo Bielsa, ha puesto en evidencia la baja popularidad del mandatario sudamericano, y lo que es peor: su relación con negocios –en televisoras, líneas aéreas, equipos deportivos– que representan claros conflictos de interés.

VALPARAÍSO, CHILE, 21 de julio (Proceso).- Un desaire de Marcelo Bielsa –entrenador argentino de la selección chilena de futbol– al presidente Sebastián Piñera se convirtió en una llaga que no sana. Es un problema que afecta la imagen del gobernante y pone de relieve los conflictos de interés en que está inmerso.
El jueves 1, Piñera preparó una “recepción de héroes” para la selección que participó en el Mundial de Sudáfrica y cuyo rendimiento fue modesto –pasó a octavos de final, donde cayó 3-0 ante Brasil–: se colocó una alfombra roja para el ingreso de los seleccionados a La Moneda mientras afuera unas 4 mil personas los ovacionaban. En el Salón Azul los esperaban Piñera y el viceministro de Deportes, Gabriel Ruiz Tagle, quienes saludaban uno a uno a los futbolistas conforme entraban.
En su turno, Bielsa actuó con dureza. A Ruiz Tagle ni lo miró. A Piñera le hizo un pequeño ademán e intentó seguir de largo. Piñera le tendió la mano como implorándole que no lo humillara. Luego de unos segundos de duda el entrenador tendió la suya.
Este incidente es muy similar a otro ocurrido el pasado 3 de junio, cuando Piñera se dirigió al Complejo Deportivo Juan Pinto Durán para desearle suerte a la selección en su incursión mundialista. Sin importarle que estaba interrumpiendo un entrenamiento, se dio tiempo para pronunciar un discurso en el que se refirió a cada uno de los jugadores por su sobrenombre. A Bielsa lo llamó El Loco.
Cuando la visita estaba por terminar, Bielsa se acercó a saludar al presidente. Éste apenas le tocó la mano, dio media vuelta y salió con rapidez, como si el ambiente apestara. En una improvisada conferencia de prensa de los seleccionados tras la retirada de Piñera, el defensa Mauricio Isla aseveró que “el presidente le faltó el respeto a Bielsa al llamarlo por su apodo”.
El jueves 1, el consultor en comunicación Camilo Feres escribió, en su columna del diario El Mostrador, que “para nadie es un misterio que Piñera es un presidente que está en todo. Negocia con los parlamentarios, maneja helicópteros, sostiene reuniones bilaterales con sus colaboradores y ministros, elige los autos y los mecanismos para adquirirlos (…) esta agotadora presencia es parte de su personalidad y difícilmente responde a un diseño político o comunicacional. De hecho, si de ello se tratara, más bien debería recomendársele salir de la primera línea”.
El domingo 4, en su columna dominical que publica El Mercurio, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, comentó que “los deberes de su cargo obligan a un presidente a una cierta austeridad en la conducta. A evitar, con escrúpulo, el mínimo asomo de comportamiento payasesco”.
Agregó: “Pero ocurre que Sebastián Piñera –movido por una pulsión difícil de entender– abunda en comportamientos que en vez de fortalecer el aura de las instituciones, parecen diseñados para estropearla. El bochorno de su visita a Juan Pinto Durán –haciendo el esfuerzo imposible de ser simpático, como un niño obligado a hacer gracias maquinales para que lo quieran– fue un ejemplo de cómo alguien puede desatender los modales que, mal que le pese, le imponen las instituciones que le toca servir”.
En declaraciones a La Segunda, el 6 de junio pasado, el senador Andrés Allamand, perteneciente –igual que Piñera– a la derechista Renovación Nacional, pidió públicamente al mandatario que “se encuadre mejor en su rol presidencial y se identifique con la imagen asociada al cargo”.
Expresión del desconcierto en La Moneda es que parlamentarios del entorno del presidente, como el diputado de la Unión Demócrata Independiente Gonzalo Arenas, se quejaron ante el Directorio de Televisión Nacional de Chile (TVN) de los contenidos del programa humorístico Halcón y camaleón, transmitido en horario estelar el domingo 4. En éste, el humorista Stefan Kramer, personificando a Bielsa, leyó una carta en la que ofrecía disculpas mientras una pantalla a sus espaldas mostraba al mismo cómico imitando a Piñera.
El lunes 5, Arenas dijo a Últimas Noticias que en este programa –que tuvo como invitada principal a la expresidenta Michelle Bachelet– “hubo una clara intencionalidad de humillar al presidente de la República, de ofenderlo”. Arenas agregó que “a Bachelet se le dejó como el amuleto de la suerte de la selección”, mientras que a Piñera “lo pintaron como un oportunista lleno de tics”.
Según consignó La Tercera el martes 7, la ministra vocera de gobierno, Ena von Baer, dos días antes llamó al presidente del directorio de TVN, Leonidas Montes, “para representarle su molestia por un programa que faltó el respeto al presidente”.
Una encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea divulgada el jueves 1 sostiene que el rechazo a la gestión de Piñera se duplicó desde que éste asumió el poder el pasado 11 de marzo. Entonces el índice era de 18% mientras que ahora es de 34%. La aprobación a su gestión es de 52%, la más baja de un presidente en los primeros meses de gobierno desde que se toman tales registros (1990).

El “rojo” Bielsa

En la medida en que la selección chilena obtenía logros, como la clasificación al mundial, Bielsa se convertía en una especie de héroe nacional.
Intentando ligarse a su figura, Piñera sostuvo en junio del año pasado, cuando era candidato: “la actitud y liderazgo (de Bielsa) le cambiaron el rostro a la selección. Yo quiero hacer lo mismo con el país si soy elegido presidente”. Bielsa no tardó en tomar distancia de Piñera cuando dos meses después dijo a sus jugadores: “Quiero ser a ustedes lo que Bachelet es a Chile”.
Bielsa es un hombre de izquierda con relaciones políticas. Su hermano, el diputado Rafael Bielsa, fue canciller de Argentina con Néstor Kirchner (2003-2007). Según reportó Radio Bio Bio en la crónica Las cinco razones por las que Bielsa no quiere a Piñera, transmitida el lunes 5, el hecho de que su hermano fuera secuestrado en 1977 por la dictadura argentina y torturado en un centro de detención clandestino generó una antipatía del entrenador hacia todas las dictaduras militares. De acuerdo con esta versión, Bielsa identifica a Piñera con el régimen de Pinochet.
El exsenador y líder del Partido Radical Nelson Ávila dijo al periódico electrónico Cambio 21: “es llamativo que la oposición más digna a Piñera venga de un hombre como Bielsa, el cual tiene una sensibilidad que va más allá de lo futbolístico (…) pienso que (se opone a Piñera) por razones éticas, como el hecho de que una autoridad del país no separe los intereses propios de los colectivos”.
Otra razón que separa a Bielsa de Piñera es la evidente simpatía de aquél por Bachelet. Su amistad nació con la visita que ella hizo al complejo Juan Pinto Durán el 11 de octubre de 2009. Ese día la selección llegaba de Colombia, donde había vencido al combinado local y logrado con ello la clasificación para el Mundial. Bielsa la acompañó en un recorrido por el conjunto deportivo. Le presentó a los seleccionados y la invitó a tomarse un té que él mismo sirvió.
Las atenciones de Bielsa a Bachelet fueron retribuidas públicamente en marzo pasado. En una entrevista con el Canal 13, ella dijo que Bielsa “tiene una mezcla fatal para las mujeres: es guapo y misterioso”. Bachelet fue invitada por la Asociación Nacional de Futbol Profesional (ANFP) al complejo Ingwenyama, en Nelspruit, donde se “concentró” junto con la selección.
Es importante resaltar que un día antes de que se produjera el desaire de Bielsa a Piñera, el presidente se había reunido –en Viña del Mar– con parlamentarios de la oficialista Coalición por el Cambio, a los que llamó a intensificar la fiscalización con el fin de descubrir eventuales ilícitos en la administración Bachelet. Esto lo hizo después de que su propio gobierno dio a conocer que en 2009 Bachelet dispuso la entrega de 3 mil 100 millones de pesos (6 millones de dólares) a diversas ONG, en una operación no muy clara.
Personajes como el presidente del Senado, Jorge Pizarro, han sostenido que Piñera desató una cacería de brujas contra Concertación por la Democracia (que llevó al poder a Bachelet) con el único fin de enlodar la imagen de la exmandataria. A fin de aclarar el uso de estos y otros fondos asignados a ONG, el martes 6 la Cámara de Diputados votó por crear una comisión investigadora.

Conflictos de interés

Otras razones que explican la distancia que separa a Bielsa y a la ANFP de Piñera y su gobierno tienen que ver con la actitud que ha tenido el club Colo-Colo en cuanto a la repartición del dinero en la Asociación. Piñera posee 13% de las acciones de Blanco y Negro –controladora del Colo Colo–, mientras que el viceministro de Deportes, Ruiz Tagle, tiene 30%.
Harold Mayne-Nicholls, presidente de la ANFP, plantea que los 35 millones de dólares que generó como excedente en 2009 el Canal del Futbol (CDF) se deben repartir equitativamente entre los 32 clubes de la Asociación. El Colo-Colo –que hasta marzo fue presidido por Ruiz Tagle– puja por que los clubes más grandes se queden con la mayor parte de los recursos.
El pasado 14 de marzo, en entrevista con Radio Cooperativa –tres días después de la investidura de Piñera–, Mayne-Nicholls sostuvo que el Colo-Colo quiere 4.3 millones de dólares de ese pastel, además de que Universidad de Chile se quede con 4 millones y la Universidad Católica con 3.4, mientras el resto de los clubes de la primera división recibirían 1 millón 200 mil dólares, y los de Primera B, 350 mil.
“Aquí surgen infinidad de preguntas. La primera es si queremos que en el futbol los más ricos sigan siendo más ricos y los pobres nunca tengan oportunidad de crecer. Yo no puedo entender un concepto de vida así donde yo siempre sea el más poderoso por lejos y el resto se hunda cada vez más”. El dirigente del futbol chileno aludía a Piñera y a Ruiz Tagle, quienes resultarían directamente beneficiados en caso de avanzar las pretensiones del Colo-Colo.
Cabe mencionar que Piñera fue uno de los principales impulsores de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), promulgada en marzo de 2005. De hecho fue él quien, en su calidad de senador, inició el 10 de marzo de 1998 el debate en torno a esa iniciativa que en años posteriores (mayo de 2005) le permitió hacerse del control del Colo-Colo.
El conflicto entre Piñera y Bielsa derivó en un reclamo para que el presidente venda las acciones que tiene no sólo en Colo-Colo, sino en Chilevisión y LAN Chile. El lunes 5, el senador de la oficialista Unión Demócrata Independiente Hernán Larraín sugirió al presidente –en declaraciones a los medios– que “se deshaga de las acciones para evitar críticas”. Ese mismo día el senador democratacristiano Andrés Zaldívar dijo que Piñera “no sólo en el club deportivo tiene conflictos de intereses, sino que hay otros de mayor relevancia, como es Chilevisión”.
Zaldívar aseguró que la negativa de Piñera de deshacerse de sus acciones en Chilevisión tiene “paralizada la implementación de la televisión digital”, pues Concertación por la Democracia se niega a legislar sobre la materia mientras el presidente tenga intereses en ella.
Los senadores de Concertación tienen suspendida la aprobación de miembros del Directorio de TVN por esa misma razón. Ese canal no tiene director ejecutivo desde hace tres meses.
En entrevista con Proceso, el periodista Ernesto Carmona –autor de la biografía no autorizada Yo, Piñera (Mare Nostrum, 2010)– expresó algunas de sus conclusiones relativas a la personalidad y formas de operar del mandatario. Afirmó que Piñera “es un hombre frío, calculador, muy utilizador de la gente, que actúa no sólo con fines de lucro, sino que intenta obtener el poder político”.
A su parecer, Piñera tiene “una contradicción flagrante porque con fines electoralistas, politiqueros, demagógicos, levanta consignas en cuestiones que son sensibles para la gente, como la contaminación, el cambio climático, la defensa de las ballenas, cosas que todos consideran problemas reales”. Según él, serían pantallas que ocultan sus verdaderos intereses.
Carmona sostiene que sus posturas se ven “claramente reflejadas en las personas nombradas con cargos de alta responsabilidad. En el caso del medio ambiente queda muy clara su contradicción”. El investigador alude al nombramiento como ministra de Medio Ambiente de María Ignacia Benítez, quien hasta su nombramiento trabajaba en Gestión Ambiental Consultores. Desde esa posición ha impulsado la aprobación ambiental de numerosos y muy contaminantes proyectos termoeléctricos, como la central Punta Alcalde, de Endesa, en Atacama, y la Central Térmica Cruz Grande, de la Compañía Aceros del Pacífico en Coquimbo. Ambos proyectos han enfrentado el rechazo de las comunidades afectadas.
El recientemente nombrado superintendente de Isapres (consorcios de salud privada), Luis Romero, dejó en febrero pasado su cargo de gerente general de la Isapre Colmena Golden Cross. Desde el jueves 8, en su nuevo puesto, es el encargado de fiscalizarla. Estos casos no son la excepción, sino la regla en la nueva administración, que es definida por Piñera “como la nueva forma de gobernar”.
fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/81592

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