Para el político en el poder, no hay gobierno que dure lo suficiente.
Ni siquiera es importante
que los políticos hayan hecho barbaridades; sino que nosotros estamos
seguros de que son capacísimos de hacerlas.
El peor político es el que nació actor de teatro y no se resigna a no serlo.
Los políticos, como los médicos, adoran las enfermedades que los vuelven indispensables.
En política, más enfermos mueren por culpa de sus medicinas que por sus enfermedades.
Norma moral de los políticos: para subir, cualquier defecto ajeno es bueno.
La crítica más dura que se puede hacer a una crítica es ignorarla.
Si dejas al político profesional poner un pie en tu casa, no te quejes de que luego ponga los cuatro.
Nada sale tan caro como lo que un político profesional nos regala.
Sólo hay un político peor que un político nulo, un político anulado.
No te fíes de un político que todo lo critica; todavía menos del que todo lo alaba.
Hay países que están hechos de tal manera que es tan trágico ganar unas elecciones como perderlas.
Es a los políticos desastrosos a los que debemos la historia; el político decente pasa desapercibido.
El político cree que hacer las marrullerías descaradamente lo aproxima a la inocencia.
Los pecados del político no son reincidencia, sino perseverancia.
El político profesional no sólo peca cuando es tentado, sino que peca tentando.
El político no sólo promete que cometerá una barbaridad, sino que jura que mantendrá esa promesa.
En política más enemigos tienes por miedo que por odio.
No hables bien de un político antes de que se muera; después de que se muera, tampoco.
El político es un excelente instrumento, pero un pésimo consejero.
fuente, via :
http://www.panamaprofundo.org/boletin/opinion/politicos-y-demas-gente-de-mala-vida-21.htm
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