Las aproximadamente 250.000 páginas de documentos militares y de
inteligencia sobre la guerra en Afganistán que han sido filtradas a tres
medios informativos mundiales son un paso más, y posiblemente decisivo,
para que Estados Unidos y la OTAN revisen su presencia en ese país.
La organización Wikileak (juego de palabras entre la enciclopedia
virtual Wikipedia y leak, filtración, en inglés) ha conseguido miles de
documentos militares y de inteligencia, muchos de ellos crónicas
oficiales de operaciones en el terreno desde 2004 a 2010, y los ha
publicado al mismo tiempo que The New York Times, The Guardian y Der
Spiegel sintetizaban la información.
Los documentos muestran un alto nivel de caos, falta de coordinación e
ineficacia en la estrategia definida por los generales Stanley
McChrystal (recientemente destituido por sus declaraciones críticas a la
Administración Obama) y David Petraeus para proteger a los civiles
afganos y pakistaníes.
Por otra parte, los documentos indican que un grupo de operaciones
especiales (Task Force 373) estadounidense está actuando sin ningún tipo
de control del Congreso, situándose en el terreno de la ilegalidad
cuando se trata de asesinatos selectivos de líderes Talibanes; que los
aviones no tripulados que Washington utiliza para realizar ataques
dentro de Pakistán están ocasionando más bajas civiles de las que se
admiten, y que su manejo a larga distancia desde centros de mando en
Estados Unidos no es siempre eficaz. También, que los Talibanes tienen
armas mucho más potentes que las que hasta ahora el gobierno de Obama y
la OTAN admitían públicamente.
Especialmente relevante es la información sobre la ayuda que el
poderoso servicio de inteligencia de Pakistán provee a los Talibanes al
mismo tiempo que el gobierno de Lahore acepta una ayuda de 3.000
millones de dólares anuales de Estados Unidos para combatir la
insurgencia. Esta confirmación de algo que se ha denunciado
constantemente pondrá al gobierno de Pakistán en una situación muy
difícil. También en el campo de la inteligencia, la CIA utiliza al
servicio de inteligencia afgano como una agencia subsidiaria.
Sobre todos estos asuntos se pronuncia el analista internacional Mariano
Aguirre, director del Centro para la Construcción de la Paz, al
micrófono de Beatriz Díez, de Radio Nederland.
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