Poesía de varios autores
muertos prematuramente, entre ellos el Che , Leonel Rugama y Javier
Heraud, recitadas por otros poetas: Nicolás Guillen, Julio Cortázar,
Mario Benedetti, Juan Gelman, Gabriel García Márquez, Roberto Fernández
Retamar y Ernesto Cardenal.
Este álbum presenta, en homenaje al XI Festival Mundial de la
Juventud y los Estudiantes y como complemento a la antología del mismo
título, una selección de poemas pertenecientes a dieciséis
latinoamericanos que dieron sus vidas por la causa revolucionaria. Los
textos aparecen en las voces de destacados escritores de esta América, y
fueron especialmente grabados para este álbum.
Se trata de poesía trunca porque todos esos poetas revolucionarios y
revolucionarios poetas estaban en plena producción, unos generando
poesía, otros generando revolución, y otros más, ambas a la vez. Es
trunca, además, porque todos ellos eran suficientemente jóvenes, o
juvenilmente maduros, como para que se les pueda considerar poetas en
pleno desarrollo. La muerte interrumpe esa evolución, pero no la rompe.
La vida del poeta puede ser despedazada, pero la obra, trunca pero
intacta, queda, y al final se convierte en su vida. Y hasta puede seguir
creciendo, siempre y cuando nuevos jóvenes se acerquen a esa poesía
interrumpida, la enlacen con su propia juventud, la continúen con su
propia vida en revolución.
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