Falanges
con los cartílagos deformados o destruidos; malformaciones en las
manos: toxicidad irreversible en los pulmones, son otros de los daños a
la salud de las trabajadoras.
Laboran una
jornada de 12 horas, en contra de lo que dice la Ley Federal del Trabajo
y pasan mucho tiempo expuestas a los químicos tan agresivos. El perder
la huella digital tiene implicaciones importantes en la personalidad
jurídica y ciudadana de una persona, pero comparados con los otros daños
a la salud, puede parecer menor, sólo un síntoma.
Son
mujeres jóvenes que en su mayoría no llegan a los 40 años, muchas de
ellas son madres solteras, sin guarderías para sus hijos, con
incrementos de salario igual al mínimo. En ese trabajo están dejando su
salud y su vida.
No cuentan con ropa de trabajo
ni equipo de protección para trabajar con esos químicos, tampoco la
fábrica, que es una mediana empresa exportadora esta debidamente
equipada para el trabajo que realizan.
Eso si,
cuentan con la maravillosa protección de la Sección 22 de la CTM, un
Sindicato fantasma de “protección”, uno de los muchos que existen en el
ambiente laboral del país, se estima que existen un 90 por ciento de
estos “contratos de protección” para los empleadores, porque lo que a
las trabajadoras ni de broma las protegen.
Cobran
una iguala con las empresas o los empleadores para que todo se mantenga
en orden y se pueda seguir violando la Ley Federal del Trabajo, como es
el caso de las trabajadoras de la fábrica de plástico que tienen una
jornada de 12 horas.
Laboran 15 días de noche y
otros 15 de día, en caso de tener un accidente de trabajo por la noche,
el traslado corre por cuenta de la trabajadora y no se le llevará al
Seguro Social, de esta manera el empleador se ahorra una posible multa y
la atención a la salud de la trabajadora.
Obviamente
hay una alta rotación de personal y son las mujeres las que tienden a
permanecer mas tiempo, pero lo máximo son de 5 a 8 años. El desgaste que
experimentan las trabajadoras es muy intenso, no sólo por lo extenso de
la jornada de trabajo, sino fundamentalmente por la exposición a los
químicos.
La posibilidad de que los daños
físicos sean reconocidos en el Seguro Social como enfermedades
profesionales, es muy limitada. Estas trabajadoras a los 40 años
ingresan a otra fábrica y su salud esta mermada en un 50 por ciento.
Organizarse,
defenderse, crear su propia organización gremial, que realmente las
represente y “DESPEDIR” a su sindicato fantasma, cancelar ese contrato
de protección; crear su Comisión Mixta de Higiene y Seguridad; contar
con ropa y equipo de trabajo y también un equipo industrial para esa
fábrica, que redundará en un beneficio indirecto para el empleador.
Los
contratos de protección son una lacra para el avance de las y los
trabajadores y para el desarrollo del país. !Urge acabar con ellos!.
El
derecho a la salud de las trabajadoras es irrenunciable, debe ser sin
menoscabo de su trabajo o de su salario y es un derecho universal.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/05/mexico-huellas-de-los-contratos-de.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario