Son ya más de 1.400 muertos y 7.500
heridos en Gaza, el 80% de ellos civiles, según los cálculos de la ONU,
desde que se inició la ofensiva militar israelí bajo el argumento de
atacar las instalaciones de cohetes de Hamas. La sangrienta campaña
militar israelí ha sido impulsada por los halcones del gobierno de
Benjamín Netanhayu, a contrapelo de las condenas internacionales y de la
necesidad de lograr la paz en una de las zonas explosivas del planeta y
descrita, por las organizaciones defensoras de los derechos humanos
como “la mayor prisión a cielo abierto en la tierra”. Recuerdo en esto
las continuas violaciones a los derechos del pueblo palestino,
denunciadas año tras año. Por ejemplo, previo a esta operación “Filo
protector” se vivió la campaña militar denominada por los artistas del
crimen como “Pilar defensivo” en el año 2012, que se saldó en aquella
oportunidad con 150 muertos palestinos y cerca de 2.000 heridos. Y con
anterioridad la operación “Plomo Fundido” que costó la vida a 1.500
palestinos, el 80% de ellos niños y mujeres.
Los medios de comunicación suelen
perderse en el análisis de las causas del conflicto, refiriendo a hechos
puntuales y no el proceso histórico que determina el actual estado de
cosas, tratando de responder la pregunta respecto a cómo comenzó este
último o el penúltimo o el antepenúltimo episodio bélico. Para analistas
como el israelí Uri Avnery “esta es una pregunta estúpida, pues en la
Franja de Gaza las conflagraciones no empiezan. Suelen ser una continua
concatenación de sucesos, cada uno de los cuales ocurre supuestamente en
represalia por otro anterior. A una acción le sigue una reacción, tras
esta viene una venganza y a ésta luego le sigue…” En el caso concreto de
las acciones de estas últimas semanas el secuestro de tres jóvenes
israelíes, habitantes de una colonia judía cerca de Hebrón – en los
territorios ocupados – más la acusación que Hamas afectaba la seguridad
de Israel con sus túneles y lanzamiento de cohetes desencadenó la acción
mortal israelí contra los habitantes de la Franja de Gaza. Pero, bien
sabemos que Israel no ha necesitado excusas a la hora de sus acciones y
si las presenta suelen mostrar la desproporción entre la causa sostenida
y los efectos resultantes de esa política del garrote esgrimida
constantemente contra la población de los territorios ocupados.
Los hechos del año 2014 parecen repetir
la trágica obra del año 2012 cuando el disparo de un proyectil
antitanque desde Gaza a un jeep en territorio israelí fue descrito como
represalia por el asesinato de un niño palestino en un ataque aéreo.
“Ese disparo, afirma Avnery, significó cruzar una línea roja: Tanques
israelíes dispararon contra la Franja de Gaza, Hamas lanzó cohetes
contra ciudades y pueblos israelíes, miles de israelíes corrieron a su
refugios, se cerraron las escuelas. Como de costumbre mediadores
egipcios y de otros países entraron en acción”. Hasta ahí el primer acto
de esta tragedia”.
Menciono operaciones militares
anteriores, pues la tragedia parece repetirse con una contumacia
horrenda. Richard Falk de Al Jazeera English y Relator Especial de la
ONU para los Derechos Humanos en Palestina sostenía en la operación
“Pilar Defensivo” una opinión que calcadamente puede ser usada con la
campaña “Filo protector “el doble rasero mediático de occidente con
respecto a la avalancha de violencia israelí dirigida con Gaza se
resumen en un titular de una parcialidad absurda del New York Times “los
cohetes atacan Jerusalén: Israel se prepara para una invasión a Gaza”.
Algo descodificado el mensaje es el siguiente: Hamas es el agresor y si
Israel lanza un ataque terrestre contra Gaza tiene que contar con más
ataques de cohetes. Paráfrasis sorprendentemente orwelliana de la
realidad, pues existe una desproporción brutal en la capacidad de
infligir daños y sufrimientos entre ambos contendientes, debido a la
total dominación israelí, lo que convierte en una perversidad esa
inversión de la preocupación por lo que podría ocurrir a la sociedad
israelí si se intensifica el ataque contra Gaza.
Hoy, Navy Pillay, Alta Comisionada de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en esta ofensiva del año 2014
ha acusado al gobierno de Israel de lo que sabemos es culpable “de
crímenes de guerra al atacar hospitales, escuelas, estaciones eléctricas
y todo aquello que sea indispensable para vivir en Gaza. Atacar
hospitales viola la ley internacional, la cuarta Convención de Ginebra y
es un crimen de guerra. Pero no sólo eso, como fuerza ocupante, Israel
tiene la obligación de ofrecer asistencia médica”. Pillay, que
seguramente será acusada de ser simpatizante de Hamas por parte de los
ciegos, sordos y mudos defensores del régimen criminal de Israel conoce
bien de lo que afirma pues las denuncias se multiplican día a día por
más que Washington y Tel Aviv pretendan hacer creer que hay una campaña
internacional en contra del “pobre pueblo israelita”.
Los indignantes defensores del régimen
genocida de Israel quieren comparar sus muertos con los miles de
palestinos asesinados como si esto se tratara de sufrimientos,
padecimientos y destrucción equiparables. Pensarán los ideólogos del
asesinato masivo que el atacar por aire mar y tierra a una población
indefensa está escrito en su Torá. Pensarán estos criminales que su
actuar sediento de sangre puede seguir impune. La impotencia, la rabia,
la indignación aparecen de estampida ante un país que pretende emular el
genocidio cometido con ellos. Ya no son víctimas, ¡¡¡¡son ustedes
victimarios¡¡¡¡ gritan los millones de ciudadanos de diversos países del
mundo que han salido a la calle a repudiar las acciones israelitas.
Cometen ustedes con otros seres humanos lo que los nazis cometieron con
ustedes y ni siquiera eso los detiene.
Una sociedad que tolera el maltrato
contra sus semejantes, una sociedad que no se levanta contra un gobierno
genocida, una sociedad que aplaude a los soldados que matan niños,
mujeres, ancianos, que atacan escuelas, hospitales, que custodian muros
de la vergüenza, que atropellan los derechos humanos, una sociedad que
entrega ramas de olivos a estos genocidas no merece respeto alguno y son
cómplices de los crímenes cometidos por su gobierno.
Nunca más una sociedad como esta, que
avala el crimen de sus gobiernos, podrá esgrimir el argumento de su
holocausto para cometer crímenes similares contra sus vecinos, nunca más
el chantaje de su sufrimiento podrá aplicar el sufrimiento que
infringen al pueblo palestino. En un artículo anterior puse como ejemplo
la enorme autoridad moral del Dr. Norman Finkelstein, un cientista
político y estudioso del conflicto judío- palestino (judío él e hijo de
víctimas del nazismo) quien en una interesante conferencia, que circula
masivamente por las redes sociales, fue interpelado por una llorosa
joven judía que criticaba la comparación que hacia Finkelstein de la
política israelí y los nazis. “No existe nada más despreciable, sostiene
Finkelstein, que usar el sufrimiento y el martirio de las víctimas del
nazismo para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la
demolición de hogares que Israel comete diariamente contra los
palestinos y por eso me niego a ser intimidado o presionado por las
“lágrimas de cocodrilo” si tuvieras un corazón dentro tuyo, le dijo
Finkelstein a la sollozante joven judía “estarías llorando por los
palestinos no por lo que tú le has hecho”.
Hoy, a pesar de las protestas
internacionales, de la constatación de los crímenes contra la humanidad
del gobierno israelí, a pesar de comprobarse la estrategia sangrienta de
un régimen que quiere acabar con la población palestina en su propio
remake de un holocausto de todo un pueblo, Israel sigue bombardeando las
escuelas protegidas por la UNRWA – Agencia de las Naciones Unidas para
los Refugiados Palestinos – donde se hacinan 250 mil palestinos,
principalmente mujeres, niños y ancianos. El 15% de la población de la
Franja de Gaza trata de protegerse donde las bombas también han llegado
con su carga de muerte desde el aire.
La UNRWA ha declarado que Israel
bombardea esas escuelas a pesar que se les ha dado la ubicación exacta
de cada una de ellas. Pillay afirma que “a pesar de que la dirección de
esta agencia alertó 17 veces a las autoridades israelíes sobre ese hecho
y las localizaciones exactas de los colegios, el Ejército ignoró esa
información y bombardeó este miércoles 30 de julio una de ellas matando a
19 personas, y en uno anterior similar perecieron otras 16” . Pillay
recordó que Israel “ha ido esta vez un paso más allá que en precedentes
ofensivas” al destruir la estación eléctrica que abastece a la Franja,
lo que hará la vida de sus habitantes absolutamente precaria una vez
acabe la ofensiva. Atacar objetos, sistemas de distribución de agua o
electricidad, saneamiento, infraestructuras que sirvan para mantener la
vida es una violación de la ley internacional. Pero además, Israel como
fuerza ocupante, tiene la obligación de proporcionar esos servicios”,
reiteró la alta funcionaria internacional.
Las operaciones militares israelíes “son
parte de una agenda militar y de inteligencia mucho más amplia,
señalaba el analista, Michel Chudossovsky, formulada por primera vez en
2001, bajo el nombre de “Operación Venganza Justificada”, con el
objetivo de destruir la ANP en general y el gobierno de Hamas en Gaza
creando “cuatro cantones” palestinos, con gobiernos en cada uno de
ellos”. La estrategia militar israelí ha sido el implementar ese plan,
invadir el territorio palestino destinado a destruir la estructura de la
dirigencia política y militar palestina.
Los Gazatí viven hoy de las migajas de
ayuda internacional, el contrabando con Egipto a través de su frontera
sur – hoy cerrada por el ejército egipcio que responde tanto a
Washington como a Israel tras el derrocamiento del gobierno de los
Hermanos musulmanes, cercanos a Hamas- como también de las decisiones
arbitrarias israelitas, que deciden cuándo y cómo recibir alimentos,
combustible, agua o asistir a sus lugares de trabajo extramuros, donde
representan la mano de obra barata y explotada. En ese contexto cada
campaña militar significa sumar más muerte, dolor y sufrimiento. Esto, a
pesar que políticos y militares israelíes repiten constantemente que
“Israel usa la fuerza en legítima defensa. No luchamos contra los
palestinos sino que contra Hamas a quienes combatimos con bombardeos
selectivos”, idea utópica pues hablar de objetivos precisos, en una
franja donde coexisten 4.700 palestinos por km2 sin afectar a la
población civil es una broma dramática y de mal gusto.
ANP Y HAMAS
El derramamiento de sangre en Gaza
obliga a analizar no sólo la responsabilidad israelita, sino también la
de los propios palestinos y sus movimientos políticos. Entre ellos la
ANP, responsable para organizaciones como Hamas, de la escasa
implementación de los Acuerdos de Oslo y con ello la postergación del
anhelo palestino de un Estado propio. Esa situación permitió,
igualmente, el desarrollo del Movimiento de Resistencia Islámico en el
seno de la sociedad palestina. Con una OLP convertida en una entelequia
sin sostén político, acusada de corrupción y devenida en mera receptora
de ayudas financieras, Hamas ha ganado prestigio, incrementada con el
ataque israelí y la férrea lucha de los milicianos de Hamas, que en
condiciones de inferioridad, en todos los planos, han logrado asestarles
duros golpes al quinto ejército mejor dotado del mundo.
Le guste o no le guste a occidente o
aquellos que no ven la desproporción de fuerzas y la legitimidad y
exigencia moral de combatir a una potencia ocupante como Israel, la
población de la Franja de Gaza confía en Hamas, visualizada como una
organización engarzada en la sociedad, dedicada a construir escuelas,
clínicas, formación profesional, dar apoyo social en las bases
palestinas en la cotidianidad. Sus jefes y cuadros en forma sencilla dan
respuesta a las necesidades de la población, generando una base
política que los nutre y mantiene, le guste a o no al análisis político
occidental y a las autoridades israelíes, que deberán, sí o sí, sentarse
a conversar con esta organización. Y en ello, el “amigo americano”
tiene una responsabilidad ineludible.
La agresión a la Franja de Gaza ha
reafirmado el papel dirigente del Movimiento de Resistencia Islámico y
debilitado a la clase política heredera de Arafat y a los regímenes
árabes considerados corruptos y posicionado a su vez a Egipto como un
actor del lado de los agresores y no en el papel natural que le
corresponde como potencia regional, disminuida luego de la denominada
Primavera Árabe. Es hora de negarse a los argumentos relativistas que
asignan responsabilidad a Hamas de la falta de paz en los territorios
ocupados. la razón esencial, fundamental, la razón primera por la cual
el proceso de paz es una utopía no es Hamas, es Israel. El proceso de
paz es simplemente un espejismo porque Israel ocupa y niega los derechos
a millones de palestinos en Gaza y la Cisjordania. Ocupa las tierras
palestinas con colonos, generalmente ortodoxos y fundamentalistas.
Arrasa sus tierras y destruye sus olivares centenarios. Destruye sus
aldeas, mantiene 6 mil presos palestinos. Construye un muro de la
vergüenza que viola día a día los derechos humanos de los palestinos.
Que termine esa ocupación, ese bandidaje estatal Israeli y se le podrá
exigir a Hamas sentarse a la mesa y discutir sobre un proceso de paz.
Mientras ello no suceda Hamas tiene todos los argumentos legales y
morales para oponerse al ocupante israelí. Razón esencial por la cual el
proceso de paz no avanza no es Hamas; es la ocupación y la negación de
derechos a los palestinos desde hace 60 años.
Shalom, Asalaam Aleikum, son conceptos
que deben recuperar su significado en ambas culturas, que permitan
avanzar fuera de los marcos de guerra y desolación en que se encuentra
la Franja de Gaza. Quiera Alláh, que la paz llegue a la sociedad
palestina, a su pueblo y que en ello Jehová escuche las plegarias. pero,
¡ojo! en la proporción que los hechos merecen, no le pidan a los
asesinados, a los torturados, a los exiliados, perseguidos, a aquellos a
los cuales se les destruye sus hogares, se les persigue y controla como
animales. No les pidan a aquellos que sufren las consecuencias de una
política genocida que sean los responsables principales de la paz. Los
criterios de proporción también pasan por ahí.
Pablo Jofre Leal
LEA ADEMÁS: Escenas de un julio de sangre y cenizas en Gaza
vía:
http://www.elciudadano.cl/2014/08/02/110495/la-contumacia-criminal-israeli/
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