Arturo LedeZma (@arturoledezma)
Malos olores, interrupciones sorpresa, fallas en los trenes, servicio de mierda
La empresa Metro está acostumbrada a
reclamar cada vez que algo no le resulta, sin embargo, jamás ha
transparentado el hecho de que tienen problemas serios en términos de
frecuencia y, menos aún, han visibilizado los enormes líos que hay en
sus servicios. Tratan a la gente como sacos de carne, sin embargo ahora
quieren regular también las cosas que uno puede llevar de un lado a
otro, es decir, se meten aún más en nuestras vidas, a pesar de que no
quieren darnos soluciones para los problemas que ellos mismos nos
proveen.
Cualquier persona que use el metro en
horario punta sabe que para llegar a su trabajo o su casa debe pasar por
una experiencia traumática. Vagones llenos de gente, poca eficiencia en
el traslado y tipos indicándonos lo que tenemos que hacer, como si
fuéramos idiotas, son solo la punta del iceberg del transporte
subterráneo. Hay estaciones en las que tenemos guardias con megáfonos
que conducen a la gente como si fueran presos de un campo de
concentración o vacas que van al matadero.En otras cámaras que te
vigilan y te indican que tienes que portarte bien porque te están
mirando. Hay una diferencia clasista en el diseño de las estaciones, ya
que no es lo mismo una que queda en un barrio de gente linda que aquella
que sirve de conexión para que la pobreza y la mano de obra lleguen a
servir los platos de esa gente que jamás ha subido a un subte. El metro
huele pésimo, porque ponen empresas que contaminan el aire con una
mezcla de mantequilla, fritanga y chimichurry que se funde con el olor a
poto y pata que tienen los pasillos y las estaciones en las que la
gente se apelotona para poder subir a un tren que viene lleno hasta las
cachas.
La experiencia de viaje es una mierda.
La atención es pésima y, más encima, el pasaje es carísimo. No sé con
qué cara vienen los empresarios de Metro a decirnos ahora lo que tenemos
que hacer si ni siquiera han tenido la elegancia de mejorar la manera
en que nos llevan de la casa a la oficina y, peor aún, no han tenido la
dignidad de confesar que jamás les hemos importado una mierda, porque lo
único que quieren es llenar los carros con personas que son, a su
juicio, boletos de casi 700 pesos que hay que meter como sea para seguir
cobrando por un servicio que no tienen ni los pollos que van a ser
pelados en un galpón a la salida de Santiago.
Transporte público v/s Acarreo de animales
He usado ya dos veces la comparación del
metro con la del traslado de animales al matadero. Y a riesgo de ser
majadero lo hago porque viajar adentro de un vagón es como ir a morirse
de pena o de rabia porque no solo uno está expuesto a que te aprieten o
te roben o te peguen un punteo feroz, sino que además con cada viaje
vamos perdiendo un poco de humanidad, vamos cayendo en el sopor de una
sociedad que nos obliga a quedarnos callados frente a las injusticias
del mercado.
Yo siempre he dicho que si puedo pasarme
en el metro me paso. Salto el torniquete o me meto por la puerta chica
igual como se meten todos los funcionarios de metro que no pagan pasaje,
y como se meten los parientes del guardia que tampoco pagan pasaje (no
se han fijado que en algunas estaciones hay gente que abre la puerta y
pasa?… yo lo he hecho, para comprobar que los guardias no están ni ahí, y
he pasado). También he dicho que no soporto la calidad del aire adentro
de los pasillos. Esa hediondez que te hace vomitar en las mañanas y que
te caga la onda al terminar el día. Estaciones apestosas que a veces
huelen a meado (como el ascensor de Baquedano) y que tratan a los
usuarios como si no tuvieran nariz o dignidad.
Estamos claros que a la Gerencia de
Metro le importa una mierda nuestra experiencia de uso. Y solo les
importa que paguemos el ticket que les engrosa la billetera. Sabemos que
no dejan que los pasajes de la tercera edad se usen en horario punta
(como si los adultos mayores solo salieran de sus casas en Horario
Valle) y comprendemos que jamás han tenido la delicadeza de subirse a un
vagón para entender que no se puede viajar así, de esa manera, por un
año entero sin perder la paciencia.
Quizá es momento de que empecemos a
tomar acciones como en algunos Metro del mundo en los que los usuarios
evadieron en masa para protestar. Y quizá es tiempo de que las
autoridades recuerden que nosostros, los de abajo, no tenemos platas
fiscales para pagar bencina, entonces, los que les servimos de punta de
flecha estamos viviendo un sistema de transporte que es absurdo,
inhumano y asqueroso.
No me agarren el paquete / Horario Punteo u Horario Punta
Cuando un usuario se tira a las vías lo
único que nos dicen es que “el servicio está suspendido en tal o cual
estación producto de un proceso que se solucionará rápidamente”. Pero
jamás nos dicen que alguien se lanzó para quitarse la vida porque, para
ellos, la vida y la muerte no son temas que uno debería pensar en los
momentos en que está secuestrado dentro de sus estaciones. Son falsos,
higiénicos, mentirosos, porque no quieren que sepamos que mucha gente se
mata en el metro y no quieren que pensemos que la dignidad, incluso de
la muerte, son temas que hay que ocultarle a los usuarios tal como nos
ocultan que están cobrando por un servicio que no vale ni la mitad de lo
que cobran.
Jamás se han preocupado por el acoso a
las mujeres, ni se han puesto a pensar que una embarazada o una mamá que
carga un bebé en los brazos no puede ni debe ser parte de un proceso de
viaje que implica apretones, empujones, cabezazos y punteos. Sin
embargo ahora quieren restringir las cosas que uno lleve en las manos.
Entonces no podremos cargar un bolso, una maleta, una mochila, un
embalaje, porque a ellos les significa “espacio perdido” para meter
gente que les proporcione plata. Díganme, señores del Metro, ¿si tengo
un hijo de 4 años, que no paga pasaje, y no puede ir de la mano,
entonces lo dejo en la casa o puedo cargarlo? ¿Es un paquete o sigue
siendo una persona?
Ante las definiciones de Metro me
imagino que cualquer persona humana que no pague es un paquete. Un
miserable bulto inservible que molesta y llena el espacio de una persona
que paga pasaje. No señor, no me vengan con eso.
Hagamos un trato
Les propongo que primero inviertan en
mejorar el servicio. Luego, que adapten las estaciones para que todo el
mundo en todos los barrios tenga la misma belleza perfumada que hay en
Alcántara o El Golf. Le sugiero que los ejecutivos de la empresa vayan
durante toda una semana en horario punta y luego me cuenten cómo se
sienten de estresados para hacer su trabajo y, así, sepan lo que siente
la señora del aseo cada día cuando llega a servirles como “paquete” en
sus oficinas. Les pido que conversemos una vez que resuelvan los
problemas técnicos y una vez que digan de los sindicatos que están
peleando con ustedes por mejoras laborales. Les invito a regular la
forma en que sus empleados no pagan el pasaje y llenan también de peo y
cansancio los vagones de nosotros que casi siempre les pagamos el
pasaje.
Una vez que tengan la amabilidad de ser
honestos con entregarnos un servicio de calidad a cambio de nuestros
1400 pesos diarios que les damos para que nos lleven de la casa a la
pega, entonces, podremos sentarnos a discutir si es que queremos
aguantarles que se metan en nuestra intimidad diciéndonos lo que tenemos
o lo que no tenemos que llevar en la mano. Aprendan a conectar los
enchufes para que no se vuelva a cortar la luz generando un colapso
espantoso. Mientras tanto mejor ni se apuren en querer darnos lecciones
de vida y, menos aún, pierdan el tiempo en exigirnos cosas que no tienen
nada que ver con ustedes. Hagan su trabajo, háganlo bien, y luego
conversamos.
en twitter @arturoledezma
vía:
http://www.elciudadano.cl/2014/08/22/112442/metro-de-santiago-el-asco-de-viajar-de-la-casa-a-la-pega-paquetes-mas-paquetes-menos/
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