En diciembre de 1992, el entonces Presidente Carlos Salinas de
Gortari consiguió una de las primeras grandes reformas de su sexenio:
modificó el régimen minifundista del ejido, perpetuado como la principal
conquista social de la Revolución Mexicana y que, además, era una de
las grandes conquistas defendidas por décadas por su partido, el
Revolucionario Institucional (PRI).
Salinas de Gortari y su equipo de tecnócratas sabía que esa restricción complicaba la capitalización y el hacer negocios en el agro mexicano, por la reducida extensión de las parcelas comunitarias, y con vistas a preparar su gran objetivo: conseguir un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. El cambio realizado en el salinismo al Artículo 27 de la Constitución suprimió el marco jurídico de la Reforma Agraria, realizada por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río, que puso fin al reparto de terrenos y volvió a tres millones de ejidatarios en propietarios formales.
Pero, aun así, la reforma de Salinas dejó cabos sueltos y ahora, 23 años después, otro priista, el Presidente Enrique Peña Nieto, tratará de completar el escaso margen de la propiedad social que actualmente existe en el agro mexicano.
Tras la aprobación de la Reforma Energética, que pone en manos privadas los recursos de la Nación que expropiara también el General Lázaro Cárdenas, activistas y expertos en el campo mexicano han alertado que el gobierno peñista prepara su siguiente paso: la propuesta de una Reforma Agraria corregida y aumentada respecto a las modificaciones realizadas en tiempos de Carlos Salinas.
Santiago Aguirre Espinosa, abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), dijo que las leyes secundarias que regularán al sector energético en el país y que se aprobaron esta semana en la Ley de Hidrocarburos son una amenaza para obligar al dueño de la tierra a ceder ante los capitales privados, y representa sólo una parte de una estrategia que incluye a una Reforma Agraria agresiva y otras iniciativas, entre ellas la encabezada por el Senador priista Raúl Cervantes Andrade, quien actualmente es presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
“Hoy lo que tenemos es la máscara de Enrique Peña Nieto y atrás, el proyecto que empezó en 1992 con Carlos Salinas de Gortari, que tiene como objetivo ir socavando, anulando la propiedad social, para que haya más propiedad privada en el campo y más negocio. No hay que perder de vista el contexto amplio de una ofensiva muy fuerte en contra el campo”, dijo el activista. También Claudia Gómez Godoy, del Colectivo de Abogadas y Abogados, advirtió que esa Reforma Agraria ya se está cocinando en Los Pinos: “Lo que sabemos es que ahorita está en una etapa de foros y que tiene cinco objetivos que yo traduzco en más Procampo, más cruzadas contra el hambre, más pobres, que los productores de capital privado puedan comprar, rentar y vender la tierra, nuevos latifundios energéticos, siembra de transgénicos y expropiación del territorio”.
La abogada planteó que la reforma en materia agraria busca desaparecer el ejido a través de la parcela: “Quieren hacer lo que en 20 años no se logró, cuando en 1992 las reformas al Artículo 27 de la constitución con Salinas de Gortari inició con el fin del reparto agrario, del latifundio y el inicio de la privatización”. Lo que queda, coinciden esos activistas, es prepararse para una defensa férrea de lo que queda del campo mexicano.
La avanzada con la Energética es fuerte pues, de acuerdo con lo aprobado esta semana, las compañías privadas nacionales y extranjeras que entren al negocio de los hidrocarburos en el país, podrán acceder a las “figuras de servidumbre legal” y “ocupación y afectación superficial”, y aunque se retiró la palabra “expropiación” de la Reforma Energética es posible operarla en el país a través de la Ley de Expropiaciones.
La cosa se pondrá aún más fea para los ya de por sí empobrecidos campesinos en México, advierten los especialistas. Y eso repercutirá también en la cada vez menor autosuficiencia alimentaria del país. El campo, con menos trabas legales para impedir el despojo de tierras, se prepara entonces para la última estocada. De la sociedad civil, y no de los partidos como ya hemos visto, dependerá que esa espada no sea la que lo aniquile.
FUENTE SINEMBARGO.MX
vía:
http://apiavirtual.net/2014/08/09/reforma-al-campo-la-estocada-final/#more-68691
Salinas de Gortari y su equipo de tecnócratas sabía que esa restricción complicaba la capitalización y el hacer negocios en el agro mexicano, por la reducida extensión de las parcelas comunitarias, y con vistas a preparar su gran objetivo: conseguir un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. El cambio realizado en el salinismo al Artículo 27 de la Constitución suprimió el marco jurídico de la Reforma Agraria, realizada por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río, que puso fin al reparto de terrenos y volvió a tres millones de ejidatarios en propietarios formales.
Pero, aun así, la reforma de Salinas dejó cabos sueltos y ahora, 23 años después, otro priista, el Presidente Enrique Peña Nieto, tratará de completar el escaso margen de la propiedad social que actualmente existe en el agro mexicano.
Tras la aprobación de la Reforma Energética, que pone en manos privadas los recursos de la Nación que expropiara también el General Lázaro Cárdenas, activistas y expertos en el campo mexicano han alertado que el gobierno peñista prepara su siguiente paso: la propuesta de una Reforma Agraria corregida y aumentada respecto a las modificaciones realizadas en tiempos de Carlos Salinas.
Santiago Aguirre Espinosa, abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), dijo que las leyes secundarias que regularán al sector energético en el país y que se aprobaron esta semana en la Ley de Hidrocarburos son una amenaza para obligar al dueño de la tierra a ceder ante los capitales privados, y representa sólo una parte de una estrategia que incluye a una Reforma Agraria agresiva y otras iniciativas, entre ellas la encabezada por el Senador priista Raúl Cervantes Andrade, quien actualmente es presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
“Hoy lo que tenemos es la máscara de Enrique Peña Nieto y atrás, el proyecto que empezó en 1992 con Carlos Salinas de Gortari, que tiene como objetivo ir socavando, anulando la propiedad social, para que haya más propiedad privada en el campo y más negocio. No hay que perder de vista el contexto amplio de una ofensiva muy fuerte en contra el campo”, dijo el activista. También Claudia Gómez Godoy, del Colectivo de Abogadas y Abogados, advirtió que esa Reforma Agraria ya se está cocinando en Los Pinos: “Lo que sabemos es que ahorita está en una etapa de foros y que tiene cinco objetivos que yo traduzco en más Procampo, más cruzadas contra el hambre, más pobres, que los productores de capital privado puedan comprar, rentar y vender la tierra, nuevos latifundios energéticos, siembra de transgénicos y expropiación del territorio”.
La abogada planteó que la reforma en materia agraria busca desaparecer el ejido a través de la parcela: “Quieren hacer lo que en 20 años no se logró, cuando en 1992 las reformas al Artículo 27 de la constitución con Salinas de Gortari inició con el fin del reparto agrario, del latifundio y el inicio de la privatización”. Lo que queda, coinciden esos activistas, es prepararse para una defensa férrea de lo que queda del campo mexicano.
La avanzada con la Energética es fuerte pues, de acuerdo con lo aprobado esta semana, las compañías privadas nacionales y extranjeras que entren al negocio de los hidrocarburos en el país, podrán acceder a las “figuras de servidumbre legal” y “ocupación y afectación superficial”, y aunque se retiró la palabra “expropiación” de la Reforma Energética es posible operarla en el país a través de la Ley de Expropiaciones.
La cosa se pondrá aún más fea para los ya de por sí empobrecidos campesinos en México, advierten los especialistas. Y eso repercutirá también en la cada vez menor autosuficiencia alimentaria del país. El campo, con menos trabas legales para impedir el despojo de tierras, se prepara entonces para la última estocada. De la sociedad civil, y no de los partidos como ya hemos visto, dependerá que esa espada no sea la que lo aniquile.
FUENTE SINEMBARGO.MX
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http://apiavirtual.net/2014/08/09/reforma-al-campo-la-estocada-final/#more-68691
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