Señaló categóricamente Cayetano: “en una huelga de
hambre sólo hay dos salidas: o logras los objetivos propuestos o mueres,
y con esta convicción estoy aquí”. Cayetano morirá como un mártir
porque en México cada organización social o política –por angas o por
mangas- sólo atiende sus propios intereses sectarios, gremiales o de
partido. Buscan negociar, transar, “conseguir algo para avanzar”.
2.
Al gobierno fascista de Calderón, por medio del secretario del Trabajo
-su brazo más golpeador- le importa un bledo que mueran de miseria, por
enfermedades curables, por asesinatos de cientos de miles de mexicanos, o
por huelgas de hambre. Estaría dispuesto el fascista presidente
ofrecerle a Cayetano una mejor situación de ingresos que la que tenía;
pero el huelguista ha sido claro: “no lucho por mis intereses
particulares sino por los 44 mil obreros cesados, por su organización
independiente y porque se cumpla el contrato y las leyes que lo
respaldan.” ¿Qué hacen los obreros del SME, los 60 exhuelguistas de
hambre y sus líderes sino repetir las mismas presiones que han fracasado
durante 10 meses por no haber logrado la unidad real, práctica, física,
de otros trabajadores y ciudadanos? Por eso señalo que el fascista
Calderón será culpable, pero quizá mucho más los líderes “de izquierda”.
3.
López Obrador, con sólo levantar la mano, reuniría a por lo menos 50
mil personas en el Zócalo en posición de lucha; la UNT de telefonistas,
universitarios, FAT y otros sindicatos con sólo dar una consiga podría
situar en el Zócalo a varias miles de trabajadores; los pequeños
organismos: trotskistas, maoístas, anarquistas, zapatistas –con una
convocatoria y junto a los obreros- pronto estarían bloqueando calles y
edificios para obligar a Calderón y a su faldero Lozano a dar pasos
atrás. Hay muchos ejemplos concretos de poder realizar esa movilización,
aunque sea iniciándola en sábado. Sin embargo en nuestro país, desde
siempre, la izquierda prefiere hacer las cosas en solitario, sólo a
partir de sus propias demandas, cuidando que “nadie penetre su
movimiento y lo confundan”, para demostrar su fuerza particular y poder
negociar también en lo oscurito.
4. Pareciera
que en México siempre hay “valores entendidos” entre los políticos, los
empresarios y todos. Aunque algunas veces se diga lo contrario hay
principios sagrados del capitalismo, como el respeto a la propiedad
privada, respeto a las reglas impuestas por la democracia burguesa,
respeto a toda la institucionalidad, que son intocables porque son
básicos para la conservación del sistema de explotación y dominación.
Todos pueden mentarle la madre –y siempre así se hace- al PRI, al PAN,
al PRD, a todos los políticos, pero nada contra el sistema. Aunque el
pueblo se esté muriendo de hambre por falta de trabajo no se podrá robar
un pan o una cartera, tampoco invadir un terreno, una fábrica o una
casa abandonados para trabajarlo o vivirla. El ejército y la policía
reprimirán con toda su fuerza a los “delincuentes invasores”. ¿Qué tal
si les quitan el registro por apoyar?
5. Por
eso es importante enterarse acerca de lo que sucede en otros países;
porque si bien “México es México y como México no hay dos”, habría que
preguntarse: ¿Por qué los cubanos pudieron hacer una revolución en 1959,
a que se debe que los venezolanos han podido mantener a Chávez en el
poder mientras se profundiza su proceso y cuáles son las diferencias por
las que Evo Morales con la gran fuerza indígena hace transformaciones
importantes en Bolivia? ¿Por qué los panameños, que apenas son 3
millones y medio de habitantes han logrado el día de hoy paralizar su
país con una huelga general contra la Ley laboral y nosotros la sufrimos
en la práctica desde hace más de 10 años? Sí, hay particularidades
históricas muy concretas en cada país, pero también tenemos indígenas,
campesinos, obreros, ciudadanos explotados, oprimidos y hambrientos que
durante el último siglo no se han podido poner en movimiento.
6.
Nunca las izquierda y los movimientos sociales llegamos a saber qué es
lo que falla, menos lo sabremos si nada hacemos para desenmarañar las
causas por las que hemos soportado la dictadura del sistema: debe
recordarse que soportamos casi 30 años al dictador López Santana
(1825-55), 35 años de dictadura de Díaz (1876-11), 70 años de dictadura
del PRI (1929-2000) y 10 años de dictadura panista (2000-10) No son
dictaduras por el número de años de dominación, sino dictaduras porque
una clase social minoritaria impuso su poder a sangre y fuego a la
inmensa mayoría del país. En muchos pueblos y comunidades se han
registrado gobiernos de viejos honrados que han durado en el cargo 20 o
30 años, pero sus gestiones no han sido de clase sino que unidas
estrechamente con la población. Más aún han sido gobiernos honoríficos
que no cobran por este trabajo. El problema de los gobiernos es cuando
están al servicio de una clase minoritaria que explota y oprime.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/cayetano-cabrera-morira-en-huelga-de.html
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