Lo
que tendría que hacer el Ejecutivo es devolverlos a Cuba. Claro que la
culpa es del gobierno, pues… ¡a quién se le ocurre traer a semejante
chusma! Sólo a un gobierno que ya no es socialista y ya no sabe qué
hacer ni cómo gestionar su ideología! Un gobierno que se dice de
izquierdas y no quiere ser de derechas, pero que en política exterior
desde luego –en lo demás vamos a dejarlo- es tan de derechas como el PP y
encima quiere pasar por humanista con gestos tan necios como éste que
da entrada a unos militantes facinerosos contra el socialismo cubano.
Y
es que éste, el español, es un gobierno de verdades a medias, un
gobierno que está abiertamente contra Chávez pese a haber sido elegido
en las urnas, y contra Cuba, porque renegó hace mucho del originario
socialismo de su fundador. Y ahora las preguntas son: ¿qué pretende el
gobierno al acoger a estos presos que Cuba se quita de encima? y otra,
¿qué esperaban de este país esos cubanos encarcelados por atentar contra
el régimen político de su país?
La acción
política adoptada por el gobierno español es tan ridícula y estúpida
como contraproducente para la propia causa pesoísta. España no recibe
por las buenas a disidentes cubanos, como hace Miami. Pero no sé qué es
peor, si hacer eso o acoger a disidentes liberados para luego tener
sobre sus cabezas la preocupación de tenerlos contentos. Y eso, cuando
hay millones de ciudadanos en este país que, por múltiples y
justificadísimos motivos, viven extremadamente descontentos entre otras
cosas por la misma y supuesta falta de libertad que voceaban allí estos
que acaban de llegar. No han hecho más que llegar, y ya están
denunciando un supuesto incumplimiento del gobierno. ¿Es que imaginaban
que este país es un reguero de libertades que inundan las calles de sus
pueblos y ciudades? Pues aquí tienen en España una muestra de lo que es
una democracia capitalista.
Dice Shakespeare que
no basta con levantar al caído: hay que mantenerlo en pie después. Y
mantener en pie a estos revoltosos va a ser peliagudo. Lo más probable
es que se conviertan en una mosca cojonera del gobierno, tras haberlo
sido del otro, y que vayan paseando por los platós de televisión y radio
su miserable, derechosa y repugnante condición hasta que se vayan de
aquí. Pues los medios serán los que les den carrete. Los medios
españoles defienden la democracia, sí, pero sólo para desparramar por
ella basura y sacar de ella después notables rendimientos. Así son las
democracias del capital...
En suma, esta necia
jugarreta se la ha hecho a sí mismo el Ejecutivo español. Así es como
remata con ello la fundada impresión de muchos ciudadanos, de que el
PSOE no es más que una versión hipócrita de los conservadores. Porque la
derecha oficial no lo es. Es una guarida de pandilleros. Y a estos los
ignoramos pues si les hiciéramos caso no tardaríamos en liarnos a tiros…
En última instancia lo único que distinguiría a pesoísmo y pepeísmo es
que el pesoísmo no es franquista.
De todas
formas, prepárese el gobierno para los quebraderos de cabeza que le van a
dar estos cubanos: en cuanto los ex presos vayan descubriendo que en
España hay tanta libertad o tanta falta de libertad como en Cuba, y en
cuanto se enteren de que también aquí, en las cárceles, hay un montón de
disidentes por serlo aunque este régimen no los llame así. Aquí se les
encierra por alteración del orden público, por desacato, por injurias a
la Corona o por ser separatistas. Aquí se enmascara la razón de la
cárcel para estos últimos en un invento llamado apología del terrorismo.
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