El próximo primero de enero se cumplen 17 años del
levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Muchos acontecimientos han ocurrido desde entonces y aunque México y el
mundo no son los mismos, el siguiente texto, escrito en enero de 2008
pero aún inédito fuera de Estados Unidos, relata retazos de un periodo
que inició con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Este
recuento, necesariamente inconcluso, contempla dos años y medio del
camino de La Otra Campaña, de junio de 2005 a diciembre de 2007.
Independientemente del curso de los acontecimientos y de los siguientes
pasos, se trata de una experiencia inédita en la vida política de México
y del mundo.
En el mes sexto del 2005 el EZLN
dio a conocer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. El llamado se
dirigió a “los indígenas, obreros, campesinos, maestros, estudiantes,
amas de casa, colonos, pequeños propietarios, pequeños comerciantes,
microempresarios, jubilados, discapacitados, religiosos y religiosas,
científicos, artistas, intelectuales, jóvenes, mujeres, ancianos,
homosexuales y lesbianas, niños y niñas, para que, de manera individual o
colectiva, participen directamente con los zapatistas en esta campaña
nacional para la construcción de otra forma de hacer política, de un
programa de lucha nacional y de izquierda, y por una nueva
Constitución”, renovando la convicción del EZLN de no convertirse en
partido político ni plantearse la lucha por el poder.
La Otra
Campaña es la puesta en práctica de la Sexta Declaración. Se trata, en
sus primeras etapas, de que delegaciones del Ejército Zapatista recorran
toda la geografía nacional para encontrarse y relacionarse con las
organizaciones políticas de izquierda, los campesinos sin tierra, las
familias de las mujeres asesinadas, los maestros reprimidos, los
pescadores abandonados, las trabajadoras sexuales explotadas, los
trabajadores sin salario digno o sin trabajo, los jóvenes sin
alternativas, las lesbianas, homosexuales y transgénero excluidos y un
largo etcétera que incluye a todo el espectro del México profundo y, por
vez primera, al México que resiste al otro lado del río Bravo.
La
Otra Campaña nació en un importante y definitorio momento político en
México, el de las campañas electorales rumbo a las elecciones
presidenciales que se llevaron a cabo en julio del 2006, y de ahí toma
su nombre, pues representa una manera distinta de relacionarse desde
abajo para cambiar el sistema.
Es la ética la que rige las
relaciones de La Otra con organizaciones políticas de izquierda, por lo
que se plantea: “No a hacer acuerdos arriba para imponer abajo, sino
hacer acuerdos para ir juntos a escuchar y a organizar la indignación;
no a levantar movimientos que sean después negociados a espaldas de
quienes los hacen, sino a tomar en cuenta siempre la opinión de quienes
participan; no a buscar regalitos, posiciones, ventajas, puestos
públicos, del Poder o de quien aspira a él, sino a ir más lejos de los
calendarios electorales; no a tratar de resolver desde arriba los
problemas de nuestra Nación, sino a construir desde abajo una
alternativa a la destrucción neoliberal, una alternativa de izquierda
para México”.
El Subcomandante Marcos, conocido en esta iniciativa
como el Delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN, designado para dar
los primero pasos de la travesía, partió de La Garrucha el primero de
enero del 2006, sorpresivamente montado en una motocicleta y con un
casco encima del pasamontañas (cargando en la parte trasera una gallina
erguida conocida como “el pingüino zapatista”), en dirección a San
Cristóbal de las Casas, donde se congregaron miles de bases de apoyo
zapatistas para iniciar el caminar de la nueva propuesta del EZLN.
La
Comandanta Kelly, en nombre de los zapatistas, “entregó” al Delegado
Zero a la sociedad civil y así empezó el recorrido y la conformación de
una caravana que pasó primero por distintas regiones de Chiapas. Habían
pasado apenas seis días cuando, intempestivamente, la Comandanta Ramona,
emblema de la rebeldía de las mujeres zapatistas, murió en la zona de
Los Altos a causa de una insuficiencia renal. El recorrido fue
suspendido y la comandancia en pleno acudió a los funerales. “Nunca más
un México sin nosotros”, fue la herencia que dejó esta pequeñita mujer
tzotzil creadora, junto a otras comandantas, de la ley revolucionaria de
mujeres.
Luego de rendir homenaje a Ramona continuó el recorrido
por los estados de la península maya de Yucatán, Quintana Roo y
Campeche. De ahí a Tabasco, Veracruz y todo lo demás, hasta llegar al
norte, Tijuana, Sonoyta y los tiraderos industriales sobre el Río Bravo
en Nuevo Laredo. Marcos llegó a la tierra del cucapá, el yaqui, el
tohono o’odham, el rarámuri. Se encontró en la línea fronteriza con
migrantes y chicanos, y con estadounidenses adherentes de la Sexta,
desafiando en diversos puntos de la frontera a las autoridades
norteamericanas.
Desde el inicio, la Otra Campaña descubrió la
existencia de OOo OooooOtra geografía, una muy diferente a aquella
impuesta por las fronteras delineadas por los de arriba. En diversos
puntos de la frontera de México con Estados Unidos, chicanos y mexicanos
del “otro lado” escucharon y se escucharon a sí mismos y, quizás por
vez primera en más de una década de lucha zapatista, se sintieron
realmente comprometidos con una iniciativa política emanada del EZLN, ya
no sólo como grupos solidarios con los pueblos indígenas, sino como
parte importante de una construcción común que contempla a los mexicanos
y chicanos sin muros ni papeles de por medio.
La Otra Campaña
recorrió en 2006 el país lo más completo que se pudo. Atravesó todos los
estados por sus capitales y por sus cerros, costas, lagos, ríos, presas
y lagunas, bosques, barrancas, selvas y desiertos, pueblos chicos,
pueblos grandes, orillas de camino, fronteras, minas, comarcas
devastadas, bolsas de exilio interior, burdeles, casas particulares,
universidades y barrios más pobres y agraviados.
Con escasas
excepciones, la Comisión Sexta del EZLN se encontró con prácticamente
todos los pueblos indígenas que viven en México. Los nahuas acogieron a
la Otra Campaña en Guerrero, Jalisco, la Huasteca, el Distrito Federal,
Puebla, Michoacán. Los zapotecos, mixtecos y triquis en Oaxaca y más
allá: Baja California, Sinaloa, valle de Anáhuac, sur de Veracruz. En
las “regiones de refugio” de los pueblos olvidados o negados: pames,
pimas, teenek, huachichiles, caxcanes. En las tierras ancestrales del
wirrárika, rarámuri, maya, mixe, purépecha, totonaca, com’cac, amuzgo,
chontal, popoluca, tzeltal, tzotzil, chol, ñahñú, mazahua, tepehuano,
yoreme del yaqui y del mayo. Y con los más últimos cucapá, kumiai,
kiliwa, kikapú. Salieron a sus paso mazatecos, guarijíos, mames,
chinantecos, huaves, tojolabales, zoques.
La Otra Campaña constató
la misma tendencia a la desigualdad bruta no sólo en regiones rurales,
sino también en ciudades, zonas industriales y regiones no indígenas. En
algunos casos el despojo está ya casi consumado (Cancún, Los Cabos,
Huixquilucan). Muchas ciudades capitales ya son tipo americano, o eso
creen sus dueños. Dos o tres, como San Luis Potosí, Nuevo Laredo o
Torreón, ya empezaron a morir por plomo lento, arsénico y otros venenos
industriales.
Pero el recorrido también constató que las
resistencias se multiplican por abajo. Y que los pueblos indígenas son
los primeros valladares contra el programa de certificación de los
ejidos, que no es otra cosa que el paso previo a la privatización de la
tierra. Tienen “más clara la película”, y un apego sagrado al suelo que
pisan. La migración los atraviesa como espada, pero ni así abandonan tan
fácil la tierra. No es mercancía. No les pertenece, le pertenecen a
ella. Como dice la parábola india, “no heredamos la tierra de nuestros
antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos”. Y debe ser común
para hacerla vivir entre todos.
La represión como respuesta a la
movilización y organización se encontró también en el camino de La Otra.
Indignantes y brutales ataques gubernamentales se dieron contra el
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, en el poblado mexiquense de
San Salvador Atenco, y contra el extraordinario movimiento popular de
Oaxaca. Estas embestidas provocaron una serie de movilizaciones de
solidaridad en México y en el mundo. Fueron duros momentos en los que La
Otra Campaña comprobó su capacidad de organización nacional y su amplia
convocatoria y legitimidad internacional (tan sólo por Atenco se
realizaron 209 movilizaciones de solidaridad en 77 ciudades de 30 países
del mundo.) Por su parte, las comunidades zapatistas expresaron su
apoyo incondicional a Atenco y a Oaxaca no sólo con palabras, sino que
por vez primera se movilizaron en decenas de miles para rechazar la
represión a otros movimientos, en cumplimiento del principio de La Otra
de “si nos pegan a uno, nos pegan a todos”.
La Zezta Internazional
La
Sexta Declaración de la Selva Lacandona nació con una vertiente de
lucha internacional que parte de un análisis de cómo los zapatistas
perciben el mundo: “el capitalismo de la globalización neoliberal se
basa en la explotación, el despojo, el desprecio y la represión a los
que no se dejan. O sea igual que antes, pero ahora globalizado, mundial…
Pero no es tan fácil para la globalización neoliberal, porque los
explotados de cada país pues no se conforman y no dicen que ya ni modo,
sino que se rebelan; y los que sobran y estorban pues se resisten y no
se dejan ser eliminados”. Y se plantean que, “así como hay una
globalización neoliberal, hay una globalización de la rebeldía”.
Explica
la Sexta: “Y entonces resulta que el capitalismo de ahora no es igual
que antes, que están los ricos contentos explotando a los trabajadores
en sus países, sino que ahora está en un paso que se llama Globalización
Neoliberal. Esta globalización quiere decir que ya no sólo en un país
dominan a los trabajadores o en varios, sino que los capitalistas tratan
de dominar todo en todo el mundo. Y entonces al mundo, o sea al planeta
Tierra, también se le dice que es el “globo terráqueo” y por eso se
dice “globalización” o sea todo el mundo…O sea que el neoliberalismo es
como la teoría, el plan pues, de la globalización capitalista. Y el
neoliberalismo tiene sus planes económicos, políticos, militares y
culturales. En todos esos planes de lo que se trata es de dominar a
todos, y el que no obedece pues lo reprimen o lo apartan para que no
pasa sus ideas de rebelión a otros”.
Entonces, advierte el EZLN,
“en la globalización neoliberal, los grandes capitalistas que viven en
los países que son poderosos, como Estados Unidos, quieren que todo el
mundo se hace como una gran empresa donde se producen mercancías y como
un gran mercado. Un mercado mundial, un mercado para comprar y vender
todo lo del mundo y para esconder toda la explotación de todo el mundo…
Por eso los zapatistas decimos que la globalización neoliberal es una
guerra de conquista de todo el mundo, una guerra mundial, una guerra que
hace el capitalismo para dominar mundialmente. Y entonces esa conquista
a veces es con ejércitos que invaden un país y a la fuerza lo
conquistan. Pero a veces es con la economía, o sea que los grandes
capitalistas meten su dinero en otro país o le prestan dinero, pero con
la condición de que obedezca lo que ellos dicen. Y también se meten con
sus ideas, o sea con la cultura capitalista que es la cultura de la
mercancía, de la ganancia, del mercado”.
En el verano de 1997 se
organizó el Primer Encuentro por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo
en la comunidad zapatista de La Realidad. Casi una década después, la
Zezta Internazional renueva el llamado mundial a resistir y a luchar
contra la globalización. El reto sigue siendo transformar la
movilización en organización. En Brasil lo hace todos los días el
Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, al igual que los indígenas de
Bolivia y Ecuador, los trabajadores desocupados de Argentina, los
indígenas de Paraguay y los mapuche en Chile, los chicanos,
estadounidenses y migrantes en Estados Unidos, sin descontar, por
supuesto, la resistencia del pueblo cubano y La Otra Campaña en México.
En Europa se organiza la lucha contra la precarización del trabajo, por
los derechos de los migrantes, la igualdad de género, la defensa del
campo y el fortalecimiento de los espacios libres y autogestivos, entre
otras resistencias. Conocerse, intercambiar experiencias, hermanarse y
organizar estas luchas sin perder autonomía, son algunos planteamientos y
retos de la Zezta Internazional.
La Zezta apela a la solidaridad
entre los pueblos, ya no sólo del mundo hacia los zapatistas, sino de
las comunidades rebeldes hacia el mundo: “…lo que queremos es decirle a
todos los que resisten y luchan con sus modos y en sus países, que no
están solos, que nosotros los zapatistas, aunque somos muy pequeños, los
apoyamos y vamos a ver el modo de ayudarlos en sus luchas y de hablar
con ustedes para aprender, porque de por sí lo que hemos aprendido es a
aprender”.
Nace, en este contexto, una primera muestra de apoyo
directo dirigido a Cuba, ese gran pueblo que resiste desde hace más de
40 años al imperialismo, y hacia allá envían en la primavera del 2006 un
insólito cargamento de maíz y gasolina “de las comunidades indígenas
zapatistas al digno pueblo de Cuba”. Con claras referencias a otras
luchas latinoamericanas, la Zezta convoca también a la Europa social y
aspira a conocer las luchas que se libran en África, Asia y Oceanía.
“Y
queremos decirle al pueblo de Cuba, que ya lleva muchos años
resistiendo en su camino, que no está solo y que no estamos de acuerdo
con el bloqueo que les hacen y que vamos a ver el modo de mandarles
algo, aunque sea maíz, para su resistencia. Y queremos decirle al pueblo
norteamericano, que nosotros no revolvemos y sabemos que una cosa son
los malos gobiernos que tienen y que pasan a perjudicar a todo el mundo,
y otra muy diferente los norteamericanos que luchan en su país y se
solidarizan con las luchas de otros pueblos. Y queremos decirle a los
hermanos y hermanas Mapuche, en Chile, que vemos y aprendemos de sus
luchas. Y a los venezolanos que bien que miramos cómo defienden su
soberanía o sea el derecho de su Nación a decidir para dónde va. Y a los
hermanos y hermanas indígenas del Ecuador y Bolivia les decimos que nos
están dando una buena lección de historia a toda Latinoamérica porque
ahora sí que le están poniendo un alto a la globalización neoliberal. Y a
los piqueteros y a los jóvenes de Argentina les queremos decir eso, que
los queremos. Y a los que en Uruguay se quieren un mejor país que los
admiramos. Y a los que están sin tierra en Brasil que los respetamos. Y a
todos los jóvenes de Latinoamérica que está bueno lo que están haciendo
y que nos da una gran esperanza”.
La Zezta se plantea también la
organización de otro encuentro “intergaláctico”, para el que se han
llevado a cabo actividades preparatorias en muchas partes del mundo. Tan
sólo de julio del 2005 a julio del 2006 se realizaron 19 reuniones en
16 ciudades de 9 países del mundo (Estado Español, Italia, Alemania,
Canadá, Estados Unidos, El Salvador, Uruguay, Argentina y Brasil), y en
todas se habló de las luchas locales y de las formas de vinculación
internacional.
La convocatoria internacional zapatista obtuvo en
el primer año de su lanzamiento (de diciembre del 2005 al 30 de
diciembre del 2006), la adhesión de 3 mil 386 colectivos y personas
pertenecientes a 74 países de los 5 continentes, de acuerdo a un informe
dado a conocer por el Teniente Coronel Insurgente Moisés, de la
Comisión Intergaláctica del EZLN.
En el balance se informa también
que el país que hasta ese momento contaba con mayor número de
adherentes a la Zezta era Argentina, seguido de Estados Unidos, donde la
nueva iniciativa tuvo gran resonancia en el movimiento chicano, de
trabajadores migrantes y de estadounidenses que luchan contra el
imperio. En momentos en los que los derechos elementales de los
trabajadores inmigrantes (en su mayoría mexicanos) decaen de manera
alarmante, además de que se militariza la frontera y se criminaliza el
trabajo de los migrantes, la Sexta Declaración se presentó como
alternativa de lucha local en Estados Unidos y de reforzamiento de una
identidad mexicana que a la gran mayoría de connacionales que viven “del
otro lado” los hizo identificarse con la vertiente nacional de la
iniciativa (La Otra Campaña), en lugar de con la Zezta Internacional (en
muchos casos diversas organizaciones y colectivos luchan en los dos
campos).
Los últimos días de diciembre de 2006 y los primeros de
2007, en el marco del 13 aniversario del levantamiento armado, las
comunidades en resistencia organizaron el primer Encuentro de los
Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo en el caracol de Oventik.
Allí, las juntas de buen gobierno y los consejos municipales autónomos
de las cinco regiones zapatistas expusieron con gran riqueza sus
experiencias de gobierno, producción y lucha. Fue una exposición en la
que los zapatistas rindieron informes detallados de lo andado en 13 años
de construcción de su autonomía. Hasta Oventik llegaron más de 2 mil
personas procedentes de 43 países del mundo, ante quienes expusieron un
trabajo organizativo autónomo sin precedentes en México y en buena parte
del planeta. Se trata de una práctica muy concreta que, como ellos
explicaron, no sigue manual ni teoría alguna, pues se construye en la
cotidianidad de una vida en resistencia protagonizada por decenas de
miles de hombres y mujeres tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles,
zoques y mames.
En un evento inédito en trece años de lucha
pública (y 23 desde su nacimiento), los representantes de las
comunidades en resistencia expresaron en forma llana los significados de
la autonomía: “…para nosotros es que el pueblo decide su forma de
luchar u organizarse tanto política, económica y socialmente; es el
pueblo que decide su forma de vivir basándose en su lengua y en su
cultura”. Uno de los mayores retos que se plantearon durante el
encuentro fue la lucha por la igualdad de las mujeres indígenas. “El
machismo existe, no digamos que no, pero como mujeres queremos ser
respetadas, por eso nos estamos organizando, mediante acuerdo con los
esposos, hijos e hijas. Que todos tengamos derecho a participar dentro
de nuestra organización, por ejemplo con los trabajos colectivos que ya
estamos realizando. Que no sólo los hombres tengan esa libertad”.
En
el balance se informa también que el país que hasta ese momento contaba
con mayor número de adherentes a la Zezta era Argentina, seguido de
Estados Unidos, donde la nueva iniciativa tuvo gran resonancia en el
movimiento chicano, de trabajadores migrantes y de estadounidenses que
luchan contra el imperio. En momentos en los que los derechos
elementales de los trabajadores inmigrantes (en su mayoría mexicanos)
decaen de manera alarmante, además de que se militariza la frontera y se
criminaliza el trabajo de los migrantes, la Sexta Declaración se
presentó como alternativa de lucha local en Estados Unidos y de
reforzamiento de una identidad mexicana que a la gran mayoría de
connacionales que viven “del otro lado” los hizo identificarse con la
vertiente nacional de la iniciativa (La Otra Campaña), en lugar de con
la Zezta Internacional (en muchos casos diversas organizaciones y
colectivos luchan en los dos campos).
Los últimos días de
diciembre de 2006 y los primeros de 2007, en el marco del 13 aniversario
del levantamiento armado, las comunidades en resistencia organizaron el
primer Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo en
el caracol de Oventik. Allí, las juntas de buen gobierno y los consejos
municipales autónomos de las cinco regiones zapatistas expusieron con
gran riqueza sus experiencias de gobierno, producción y lucha. Fue una
exposición en la que los zapatistas rindieron informes detallados de lo
andado en 13 años de construcción de su autonomía. Hasta Oventik
llegaron más de 2 mil personas procedentes de 43 países del mundo, ante
quienes expusieron un trabajo organizativo autónomo sin precedentes en
México y en buena parte del planeta. Se trata de una práctica muy
concreta que, como ellos explicaron, no sigue manual ni teoría alguna,
pues se construye en la cotidianidad de una vida en resistencia
protagonizada por decenas de miles de hombres y mujeres tzotziles,
tzeltales, tojolabales, choles, zoques y mames.
En un evento
inédito en trece años de lucha pública (y 23 desde su nacimiento), los
representantes de las comunidades en resistencia expresaron en forma
llana los significados de la autonomía: “…para nosotros es que el pueblo
decide su forma de luchar u organizarse tanto política, económica y
socialmente; es el pueblo que decide su forma de vivir basándose en su
lengua y en su cultura”. Uno de los mayores retos que se plantearon
durante el encuentro fue la lucha por la igualdad de las mujeres
indígenas. “El machismo existe, no digamos que no, pero como mujeres
queremos ser respetadas, por eso nos estamos organizando, mediante
acuerdo con los esposos, hijos e hijas. Que todos tengamos derecho a
participar dentro de nuestra organización, por ejemplo con los trabajos
colectivos que ya estamos realizando. Que no sólo los hombres tengan esa
libertad”.
En concordancia con lo anunciado en la Sexta
Declaración: “Haremos más relaciones de respeto y apoyos mutuos con
personas y organizaciones que resisten y luchan contra el neoliberalismo
y por la humanidad”, el EZLN expresó a mediados de junio su
“admiración” por el Movimiento de los Sin Tierra (MST), en una carta
enviada a la clausura del Quinto Congreso de la organización brasileña.
El MST “tiene nuestra mano hermana, nuestro cariño y nuestro respeto,
pero también tiene nuestra admiración”, afirmó el vocero y jefe militar
zapatista, quien identificó la lucha del MST con la del general Emiliano
Zapata y anunció nuevas luchas con motivo del centenario de la
Revolución Mexicana: “Pronto serán 100 años que su grito sacudió los
campos y ciudades de México. Así volverá a ser”.
De manera
paralela, en cumplimiento del acuerdo hecho durante el paso de La Otra
Campaña por el noroeste del país, la Comisión Sexta del EZLN,
representantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) de distintos estados
y de algunas tribus y naciones indias de Estados Unidos, reunidos en
Punta Peñasco, Sonora, en territorio del pueblo tohono o’odham (pápago),
convocaron al Encuentro de Pueblos Indígenas de América, a realizarse
en territorio yaqui de Vicam, en octubre del 2007.
“Las guerras de
independencia y las numerosas revoluciones que a lo largo de la
historia han tenido lugar en nuestro continente, no han modificado
nuestra condición de pueblos colonizados ni han permitido el
reconocimiento pleno de nuestros derechos en los estados nacionales que
se formaron en los últimos dos siglos”, señala la convocatoria
continental. El llamado es a encontrarse, pues “el fortalecimiento y la
unidad de las luchas de liberación de los pueblos indígenas de América
serán posibles en la medida en que nuestros pueblos se junten y se
conozcan”.
Posteriormente, en julio, se realizaron dos debates
públicos previos al inicio del segundo encuentro internacional, con
delegados de diferentes organizaciones de Vía Campesina y del Congreso
Nacional Indígena. El tema: Frente al despojo capitalista, la defensa de
la tierra y el territorio.
“Para afectar al capitalismo, hay que
tomar en nuestras manos los medios de producción, la tierra, que pase a
la mano de quien la trabaja y que ellos, ellas, las trabajadoras y
trabajadores, decidan como trabajarla y que la ganancia sea del pueblo
trabajador. Esta es una de las características de nuestra organización
del EZLN y una de las cosas más importantes de la Sexta Declaración de
la Selva Lacandona, que es la guía nuestro paso en La Otra Campaña y en
la Zezta Internacional: el anticapitalismo”, expuso en una de las mesas
redondas el teniente coronel Moisés, de la Comisión Intergaláctica del
EZLN.
El segundo Encuentro entre los pueblos zapatistas y los
pueblos del mundo se llevó a cabo en julio del 2007, en las regiones
zapatistas de Oventik, Morelia y La Realidad. Una vez más los pueblos
zapatistas expusieron ante más de 2 mil personas del planeta la
organización cotidiana de su autogobierno, la educación, la salud, el
trabajo colectivo, el comercio y, de manera notable, hablaron de la
participación de la mujer en la autonomía. Esta vez, además de
autoridades de las juntas de buen gobierno y los consejos municipales
autónomos, participaron las bases de apoyo zapatistas, promotores y
promotoras de educación y de salud, comisariadas, comisariados y agentes
municipales, miembros de cooperativas y coordinadoras de trabajos
colectivos, así como comandantas y comandantes del Comité Clandestino
Revolucionario Indígena del EZLN.
Nacidos el 19 de diciembre de
1994, los 38 municipios autónomos rebeldes zapatistas (Marez) empezaron a
crecer a diferentes ritmos, dependiendo de la región, la cultura, los
recursos económicos y la organización interna. Actualmente son más de 40
municipios autónomos divididos en cinco grandes regiones, cada una con
una sede (caracol) de autogobierno que es al mismo tiempo centro
cultural y político. “Nunca pensamos que llegaríamos hasta aquí”, dice
Manuel, anciano de origen tzeltal que recuerda cuando, antes de 1994 y
aún en la clandestinidad, los zapatistas ya empezaban “a atender la
salud en los pueblos”.
Aún con las armas en la mano, pero
protagonizando únicamente iniciativas políticas civiles y pacíficas, el
EZLN expuso retazos de una historia que no acaba de escribirse:
“Nosotros quisimos dialogar, quisimos hacerlo todo, pero ya ven lo que
pasó con los Acuerdos de San Andrés (firmados en febrero de 1996 y hasta
la fecha incumplidos). Por eso no pedimos permiso y empezamos a
construir. Vemos que lo más esencial es la organización del pueblo y no
el dinero, porque el dinero si es en exceso corrompe, pero la
organización no se corrompe. La idea que se hace para buscar la vida no
se destruye en la cárcel ni se destruye en la muerte…”, señaló el
Comandante Moisés.
Este encuentro tuvo el objetivo de que
“personas, grupos, colectivos y organizaciones que luchan contra el
neoliberalismo, en México y en todo el mundo, conozcan, directamente de
la palabra de las bases de apoyo del EZLN, el proceso de construcción de
la autonomía en las comunidades indígenas zapatistas de Chiapas”. El
llamado encontró eco en Alemania, Argentina, Australia, Austria,
Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Costa Rica,
Dinamarca, El Salvador, Estado Español, Estados Unidos, Francia, Grecia,
Guatemala, Holanda, Inglaterra, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Líbano,
Luxemburgo, México, Nicaragua, Nueva Zelanda, Noruega, País Vasco,
Panamá, Perú, Polonia, Portugal, República Checa, Suecia, Suiza,
Turquía, Uruguay y Venezuela.
Como invitados especiales acudieron
representantes de las organizaciones que conforman Vía Campesina a nivel
mundial: delegados y delegadas del Movimiento Sin Tierra de Brasil, de
la Liga Campesina de Corea, de la Coalición Nacional de Agricultores
Familiares de la Unión Americana, de la Federación de Sindicatos
Campesinos de Indonesia, de la Confederación Nacional de Mujeres
Campesinas de Bolivia, del Sindicato Campesino del País Vasco, de la
Coordinación Latinoamericana de Organizaciones del Campo, de la
Confederación Nacional de Mujeres del Campo de la República Dominicana,
de Vía Campesina en Centroamérica, de la Unión Campesina Partiyakisan de
la India, de la Red Campesina del Norte de Tailandia, de la Asamblea de
los Pobres de Tailandia, de los Trabajadores Agrícolas de la Frontera
de la Unión Americana, de la UNORCA de México y de la Union Paysan de
Québec, Canadá.
En la clausura del encuentro, realizada en la
comunidad tojolabal de La Realidad, se convocó a un tercer encuentro
internacional a celebrarse en diciembre del 2007, entre mujeres
zapatistas y mujeres del mundo, mismo que llevará el nombre de la
Comandanta Ramona. La lucha de las mujeres indígenas rebeldes es, en sí
misma, una lucha dentro de la lucha, y sus pequeños y grandes logros se
han visto reflejados en toda la estructura del EZLN, en la que hay
mujeres comandantas, insurgentes, autoridades autónomas, promotoras de
salud, promotoras de educación y responsables de diversas cooperativas,
entre otros cargos. “Pero falta mucho para llegar a donde queremos. Hay
mucho machismo todavía en las comunidades y es difícil lograr la
participación de las mujeres”, reconocieron mujeres tzotziles, tzelales,
tojolabales, choles, zoques y mames en los encuentros internacionales
celebrados en enero y julio del 2007. La mujer zapatista, sin embargo,
no es la misma de 1994 y el cambio, aunque lento, es enorme e
irreversible.
…
…
Como se repite de muchas maneras en México y el
mundo, la Otra Campaña y la Zezta Internazional van. El Estado mexicano
lleva todo todavía más a la derecha y a la represión para facilitarse
los despojos y la destrucción de nuestra soberanía. Mas la Sexta
mexicana y la Zezta Internazional están en los caminos del mundo, y los
caminan contra viento y capitalismo. La experiencia rebelde y autónoma
de los pueblos zapatistas de Chiapas ha encontrado hermanos y compañeros
en los 32 estados del país y en los cinco continentes. Y como la ruta
será larga y apenas comienza, se impone aquí la palabra de una
esperanza:
continuará…
Texto originalmente escrito como
epílogo de la edición para Estados Unidos del libro EZLN: El Fuego y la
Palabra, de Gloria Muñoz Ramírez, publicado por City Lights. 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario