(apro).- Como resultado del cambio climático y la consiguiente
elevación del nivel del mar –hasta un metro a finales de este siglo–,
“toda la costa de América Latina” sufrirá inundaciones, lo que provocará
serios daños a la población y los ecosistemas.
Además, si continúan las tendencias del calentamiento
global, la selva del Amazonas –uno de los principales pulmones del
mundo– “perdería 43% de 69 especies forestales y su parte Este sería
reemplazada por sabanas”.
Esas son dos de las estimaciones que aparecen en el informe La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe,
realizado por un panel de expertos bajo los auspicios de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), presentado el pasado
miércoles 8 en el marco de la XVI Conferencia de las Partes sobre
Cambio Climático (COP-16), que se llevó a cabo en Cancún.
Según el informe, “a medida que el cambio climático se
intensifique, se pondrá riesgo el logro de los objetivos de desarrollo
económico, social y ambiental” de la región.
Ya desde ahora, apunta, “se observan presiones adicionales
sobre la disponibilidad de los recursos hídricos a causa del
calentamiento de la temperatura, los cambios en la precipitación y el
aumento de la demanda de agua dulce”.
Y agrega que “los cambios en la cantidad y calidad de estos recursos
tendrán efectos negativos en la producción agropecuaria, la generación
hidroeléctrica y la disponibilidad para el consumo humano y los
ecosistemas”. El descongelamiento acelerado de los glaciares,
especialmente en las zonas tropicales e intertropicales, anota, puede
aumentar el “estrés hídrico” en el largo plazo.
Junto con ese estrés hídrico existirá un incremento de los incendios forestales, asociados a intensas olas de calor.
El informe –de 112 cuartillas– expone que “la productividad
agrícola de algunas regiones disminuirá marcadamente, con consecuencias
adversas para la seguridad alimentaria y las exportaciones”. Sin
embargo, observa un fenómeno paradójico: el aumento de la temperatura
tendrá un efecto positivo para el sector agrícola en algunas regiones de
países con clima templado, como Argentina, Chile y Uruguay. Por el
contrario, en zonas tropicales, como Centroamérica, dicho aumento de
temperatura provocará efectos dañinos, entre ellos estrés hídrico y
desertificación.
“En todo caso –advierte el documento–, si los aumentos de
temperatura son más pronunciados, los impactos serán negativos”.
De hecho, agrega, “se esperaría un desplazamiento de las
actividades agropecuarias a zonas de mayor altura y hacia el sector
meridional de América del Sur, donde las temperaturas son más bajas.
Además, el cambio climático potenciará la degradación de tierras, lo que
ya es significativo”.
El documento alerta sobre efectos en la salud: expansión de
enfermedades contagiosas y de plagas, así como otros padecimientos
relacionados con precipitaciones pluviales, la escasa disponibilidad de
agua potable y las olas de calor.
Destaca en particular un problema: “A causa de la pérdida de ozono en
la atmósfera y del aumento de la radiación ultravioleta, se
incrementarán los casos de cáncer en la piel no melanoma en las regiones
más australes del Continente”, en particular en Argentina y Chile;
además, enfermedades como la malaria y el dengue “tenderán a expandirse a
nuevas zonas geográficas” y se agravará en los lugares en donde ya
existen.
La erosión de las costas, un problema mundial
El informe señala que el calentamiento del planeta no sólo podría
elevar el nivel del agua en un metro, sino crear otros fenómenos
asociados, como variaciones en la salinidad, el oleaje o la temperatura
superficial del agua. Y explica que todo ello puede provocar la erosión
de las costas o el blanqueamiento de los corales.
Precisa: “El aumento del nivel del mar provocaría la desaparición de
manglares en las costas bajas de Colombia, Ecuador, Guyana y la Costa
Norte de Brasil”.
El documento auspiciado por la Cepal advierte que “la erosión de las
costas es un problema mundial, puesto que al menos 70% de las playas de
sedimento fino se encuentran en recesión”.
Existe un “riesgo elevado” de que dicha erosión afecte el turismo en
la zona este y sur del Caribe, la costa este de Brasil y “áreas
aisladas” de Argentina, Chile, Ecuador, México y Perú.
Más aún, “la operatividad de las infraestructuras portuarias se verán
amenazadas a causa de los cambios inducidos por el cambio climático,
tanto en las condiciones para la navegación y acceso de buques a
puertos, como en el rebase de las aguas sobre estructuras de defensa en
los puertos, debido a la variación del oleaje y al aumento del nivel del
mar”.
Y enumera los puertos donde se registrarán las mayores pérdidas
económicas “por limitación temporal de acceso” de los buques: Buenos
Aires (Argentina), San Antonio (Chile), Río Grande (Brasil) y Manzanillo
(México).
En cuanto al “rebase” de diques de contención, señala las zonas que
considera serán más afectadas: sur y norte de Brasil, noreste de México y
el sur de Chile, además de toda la costa del mar Caribe.
El informe precisa que “en caso de ocurrir un incremento del nivel
del mar superior a un metro, México, Brasil y Colombia serían los países
más perjudicados”.
En términos de población, apunta, los países con mayores afectaciones
por incremento en el nivel del mar de uno y 2 metros serían Brasil,
Perú, Cuba y México.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/86313
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/86313
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