domingo, 9 de mayo de 2010

Chile : Empresarios y presidentes ¿Cómo andaremos por casa? Daniel M. Giménez

A diferencia de los viejos terratenientes, los empresarios de profesión, aunque compiten con frecuencia, no suelen ganar las primeras magistraturas por la vía electoral. Los pocos resultados exitosos los han obtenido en países que, como México, Guatemala, Bolivia, Panamá y Chile (primero con Frei Jr. y recientemente con Piñera), no se caracterizan precisamente por un alto desarrollo político-institucional o una larga y continua tradición democrático-representativa. Y viceversa. En los Estados liberal-representativos más consolidados, brillan por su ausencia. Dejando de lado a Italia, en ningún país de Europa Occidental se ha ungido a algún empresario de profesión como presidente o jefe de gobierno. Y aparte de Hoover o Bush Jr., en Estados Unidos, que en estas materias cuenta con un sistema político algo más bananero que los europeos, los empresarios tampoco han logrado mucho éxito electoral. Si no me cree, recuerde usted, amable lector/a, cómo le fue a Ross Perot en la elección de 1992.
¿Exactamente qué explica que a un empresario le sea tan difícil llegar a la presidencia o jefatura de gobierno a pesar de contar con los suficientes recursos económicos, sociales y mediáticos para campañas electorales altamente competitivas? Son muchos los factores, y los más significativos y determinantes, sin duda de alcance local. Pero hay al menos dos razones generales que probablemente aplican a la mayor parte de las circunstancias. La primera razón es algo compleja: si el empresariado desarrolla inclinación hacia la política (es decir, si desarrolla consciencia de actor y un proyecto sociopolítico acorde con ella), entonces, por regla general, cuenta ya con un ordenamiento económico y político favorable a sus intereses. No necesita hacerse cargo de la ingrata y desgastante tarea de gobernar para protegerlos. Sólo tiene que aplicar la receta merovingia de delegar las responsabilidades de Estado. Y para hacerse cargo de ellas, las sociedades modernas han creado la profesión del político y las sociedades arcaicas la del militar.
Ambos comprenden mejor las complejidades de la competencia (en el caso de los políticos) o lucha (en el caso de los militares) por el poder político. En las urnas, por tanto, los empresarios-que-se-lanzan-a-la-contienda-electoral-por-no-haber-terminado-de-comprender-que-sus-intereses-están-mejor-resguarados-si-gobiernan-otros-en-su-beneficio suelen ser derrotados fácilmente por los políticos profesionales. Además, dadas ciertas circunstancias, la de los empresarios fuera de las primeras magistraturas puede llegar a ser una condición de subsistencia del ordenamiento sociopolítico y socioeconómico: que controlen y concentren riqueza es algo que los sistemas contemporáneos de legitimación todavía pueden justificar; pero que además controlen abiertamente el Estado y sus órganos puede terminar haciendo que la desigualdad se haga impúdica y, por esta vía, no legítima.
La segunda razón es más sencilla. Los empresarios registran un dudoso récord en el maquillaje de eso que Jeremy Bentham llamaba “intereses siniestros”: intereses particulares de los gobernantes o de cualquier grupo minoritario de la sociedad que se quieren imponer a las mayorías. Un político profesional suele ser perfectamente capaz de presentar el beneficio para particulares intereses empresariales como un avance para una comunidad en su conjunto. Y viceversa. También suele ser capaz de hacer parecer el daño o perjuicio a un interés empresarial particular como un daño o perjuicio para toda la comunidad. ¿Recuerda usted la reacción de Pérez Yoma cuando los tribunales ordenaron la suspensión del proyecto Campiche? Aunque suene inverosímil, dijo que lo que más le preocupaba era el empleo. Y no es chiste. Brillante eso de hacer pasar la pérdida de millones de dólares de un minoritario grupo empresarial como una pérdida en empleos (y comparativamente ínfima) para toda una comunidad, ¿no le parece? Cualquier parecido a un chantaje barato… ¡¡¡es mera coincidencia!!!
Los empresarios, por su parte, a diferencia de los políticos profesionales, no sólo carecen, en la mayoría de los casos, de la necesaria habilidad política y discursiva para el maquillaje de intereses siniestros. Lo que es peor: tampoco suelen sentir la obligación de presentar los intereses particulares como intereses generales. Por convicción ideológica, para la mayor parte de ellos es perfectamente legítimo que “los individuos” busquen la satisfacción de sus intereses particulares, dentro o fuera de la política. Así, la administración del Estado, en emprendedoras manos empresariales, también se convierte en empresa para la satisfacción de emprendedores intereses particulares. Los gobiernos de empresarios tienen la costumbre de hacer descaradamente borrosa la ficticia línea que toda sociedad crea para separar lo particular de lo público y general. Y eso no sólo redunda en un sospechoso uso del aparato y los recursos del Estado en beneficio propio, lo que suele traducirse en un también sospechoso incremento del patrimonio personal del empresario-gobernante y sus-empresarios-colaboradores-cercanos. También redunda en lo que en lenguaje-maniqueo-y-simplón-de-cientista-político-chileno-estudiado-en-universidad-norteamericana suele llamarse “malos gobiernos”. ¿No me cree? Pues entonces le invito a revisar un top 5 de emblemáticos gobiernos de empresarios:
5. Vicente Fox . Este campechano empresario del calzado y ex-presidente regional de Coca Cola, profundo conocedor de la obra de un tal José Luis Borges (¿?), fue el presidente de la transición mexicana desde el régimen del PRI hacia un sistema político abierto, competitivo y transparente (¿?). Su luna de miel con el electorado, por eso mismo, duró mucho más que lo acostumbrado. Y, también por eso mismo, sus “excentricidades” políticas (como eso de decirle a Fidel Castro “comes y te vas” cuando fungía de anfitrión en una cumbre) fueron tratadas con una indulgencia inusitada para alguien que comandó un gobierno apabullado por escándalos de corrupción y abuso de poder (AFI, Construcciones Práctica, Empresa Kilate). Su ingreso anual al convertirse en presidente era de aproximadamente $us 200.000. Al terminar su gobierno ascendía a $us 500.000. Y eso sin mencionar su patrimonio. Quizás (sólo quizás) por ello enfrenta en la actualidad un sendo proceso judicial por enriquecimiento ilícito durante su presidencia.
4. Arnoldo Alemán . Otro caso peculiar de la fauna empresarial y política latinoamericana. Fue presidente de Guatemala entre 1997 y 2002. El rubro agropecuario fue generosamente beneficiado con las políticas de su gobierno. ¿Qué tiene de raro esto? Aparte de ser el rubro en el que Alemán tenía invertido su capital, nada del otro mundo. La neoconservadora Transparency International lo ha calificado como uno de los gobernantes más corruptos de las últimas dos décadas. Y no por nada. Su declaración patrimonial al convertirse en alcalde de Managua (momento de inicio de su carrera política) era de $us 2.000. Al terminar su gestión presidencial, ascendía a la no despreciable suma de $us 20 millones.
3. Silvio Berlusconi . No hay mucho que decir que no se sepa ya de este amigo íntimo de las partusas. Dueño del Milan FC, de una inmensa red de medios de comunicación europeos y otras múltiples empresas, desempeña hoy su tercera gestión como Primer Ministro. Todas ellas han estado bañadas de acusaciones de corrupción a la justicia, vinculación con la mafia y abuso de poder. Siendo Primer Ministro se ha convertido en uno de los 100 hombres más ricos del mundo según la famosa Revista Fortune.
2. Gonzalo Sánchez de Lozada . Empresario minero que fue presidente de Bolivia en dos períodos (1993 – 1997 y 2002 – 2003). Cuando, en su segundo gobierno, quiso exportar el gas natural boliviano a través de un puerto chileno, fue derrocado por una bullada y bien organizada revuelta popular. En su primer gobierno puso en marcha un peculiar proceso de privatización llamado “capitalización”, que vendió a precio de huevo y en condiciones contractuales totalmente lesivas para los intereses bolivianos la mitad de la propiedad de las empresas estratégicas del Estado. La represión a la resistencia popular generada por ambas medidas (privatización y exportación de gas a través de un puerto chileno) tuvo un saldo de aproximadamente 100 muertos. Heinz Dietrich estima su patrimonio en $us 220 millones al momento de huir de Bolivia en octubre de 2003.¡¡¡Y eso que el salario de los presidentes bolivianos no alcanzaba entonces ni a $us 3.000 mensuales!!!
1. George W. Bush . Este empresario texano del petróleo y de equipos de baseball es un tremendo ejemplo de virtuosismo cívico. No sólo su presidencia se pasó por donde mejor pudo los derechos civiles y políticos de sus ciudadanos/as con la excusa del combate al terrorismo, sino que, con cargo al presupuesto fiscal norteamericano (esto es, con las lucas de cada uno/a de sus contribuyentes), inició una invasión bélica a cierto Estado rico en recursos petroleros que hoy son administrados por empresas norteamericanas. No contento con eso, usó las mismas lucas de sus contribuyentes para comprar armas a y firmar contratos de servicios en Irak con las empresas vinculadas a su vicepresidente (Cheney) y su Secretario de Defensa (Rumsfeld). Fue, como se ve, un generoso presidente que no se guardó para sí los beneficios económicos del ejercicio de la presidencia, sino que los compartió con sus colaboradores y amigos cercanos. Fuera del incremento de su patrimonio, el indicador de su gobierno que más llama la atención es el costo en vidas de ese enriquecimiento: hasta el momento, más de 1.365.000 de seres humanos según Just Foreign Policy. Este empresario-presidente fue capaz de incurrir en el generoso sacrificio de cargar con la cruz de convertirse en el principal genocida del siglo XXI con tal de aumentar (también generosamente) el patrimonio de sus amigos del empresariado petrolero y bélico norteamericano. ¡¡¡Flor de presidente!!!
¿Será que en cuatro años más engrosamos esta infame lista con un representante chileno?
fuente, vìa:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=105481

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