(apro).- Considerada la mayor manifestación en el estado de
Wisconsin, desde la época de la guerra de Vietnam, al menos 100 mil
trabajadores de todo el país se reunieron el pasado 26 de febrero en
Madison, la capital de ese estado, para protestar contra el intento del
gobernador republicano, Scott Walter, de restringir el derecho de
negociación colectiva de los sindicatos al servicio del estado.
Se calcula que más de 75 mil burócratas se verían afectados con la
propuesta, entre ellos choferes, jardineros, maestros universitarios y
personal administrativo. Los agentes de la policía y del Departamento de
Bomberos están exentos de la iniciativa.
Con el pretexto de reducir un déficit presupuestal de 137 millones de
dólares, el gobernador Walter, electo en noviembre pasado con el apoyo
del Partido del Te, ha propuesto que a los sindicatos que representan a
los trabajadores del sector público se les quite el derecho a negociar
de manera colectiva sus contratos de trabajo, incluyendo prestaciones,
seguros médicos y pensiones, de manera que lo único que podrán negociar
es el salario.
Con el Congreso y el Senado estatal ampliamente dominados por los
republicanos, los legisladores demócratas recurrieron hace dos semanas a
una estrategia insólita para evitar el quórum en la legislatura:
salieron de Wisconsin y se refugiaron en el estado de Illinois.
De esa manera han podido detener, hasta el cierre de esta edición
(viernes 4), la votación que pondría en jaque no sólo a los trabajadores
del sector público, sino a toda la estructura de apoyo financiero del
Partido Demócrata.
Ni las heladas lluvias ni las nevadas han impedido que decenas de
miles de trabajadores sindicalizados de toda la Unión Americana sigan
llegando hasta ese estado, ubicado en la región de los grandes lagos,
para solidarizarse con los trabajadores del sector público.
Y es que en el fondo saben que la ola conservadora, de no ser
detenida aquí, correrá como pólvora en otros estados dominados por el
movimiento conservador impulsado por el Partido del Te.
Wisconsin, que es cuna del sindicalismo moderno en Estados Unidos, se
ha convertido en el laboratorio conservador para desmantelar el
movimiento sindical. Actualmente los estados de Ohio, Tennessee, Idaho,
Indiana, Iowa y Kansas, han lanzado propuestas similares.
"Si esto está pasando en Wisconsin, entonces puede ocurrir en cualquier lugar", dice a Apro
Ramiro Withman, miembro de la Unión de Trabajadores Marítimos en San
Diego. "Los republicanos están presionando muy fuerte, y si los
trabajadores de ese estado ceden, el resto de los trabajadores de todo
el país estaremos en problemas... esto puede provocar un retroceso de
100 años en nuestros derechos", afirma.
Wisconsin tiene una larga historia de luchas sindicales y derechos
laborales. En 1959 aprobó el Acta de Negociación Colectiva de los
Trabajadores al Servicio del Estado, que fue la primera ley estatal de
la Unión que otorgaba a los trabajadores del sector público el derecho a
negociar colectivamente sus condiciones de trabajo. En los setenta
también se convirtió en el primer estado en otorgar ese derecho a los
maestros.
La primera ley estatal de compensación a trabajadores fue aprobada en
Wisconsin en 1911, y fue el modelo para las leyes de compensación del
resto del país. En 1932, Wisconsin estableció el primer seguro de
desempleo de Estados Unidos.
Ataque conservador
"Sólo estoy tratando de balancear el presupuesto del estado", dijo el gobernador, en conferencia de prensa, el 26 de febrero.
"A aquellos que se pregunten por qué no negocio en esto, les digo que
no tengo nada que negociar. No tenemos nada que ofrecerles, como ocurre
en prácticamente todos los estados de la Unión, estamos quebrados",
añadió.
La realidad es que hay mucho más de fondo.
La organización "National Republican Trust PAC", con sede en
Washington, que se dedica a impulsar a candidatos republicanos
conservadores, está recaudando fondos para pagar una campaña de
publicidad dirigida a que el público cambie su percepción sobre los
sindicatos al servicio del estado.
"Los sindicatos son el último recurso al que se aferra (Barack) Obama
y el Partido Demócrata para mantener la presidencia. Tenemos el plan
para detenerlo", asegura el organismo en su página de internet.
A diferencia del sector privado, donde apenas 7% de la fuerza laboral
está sindicalizada, entre los trabajadores al servicio del estado el
índice de participación en los sindicatos pasa de 30% y es una de las
principales fuerzas que apoyan la agenda del Partido Demócrata.
El conflicto ha prendido las señales de alarma entre los sindicatos
de todo el país. En las tres semanas transcurridas desde que estalló en
Wisconsin, se han organizado manifestaciones de apoyo en 66 ciudades de
la Unión americana, incluyendo las capitales de cada uno de los 50
estados, según informa en un comunicado de prensa la organización
MoveOn.org, promotora de las marchas.
"El pretexto es el déficit", dice a Apro Nativo
López, activista sindical y dirigente de la Hermandad Mexicana Nacional.
"La verdad es que la ofensiva conservadora busca debilitar a los
sindicatos, que constituyen la principal base de apoyo del partido
Demócrata con miras a la sucesión presidencial en el 2012".
Y es que de ser aprobada, y todo indica que sí lo será, la propuesta
hará mucho más difícil para los sindicatos colectar las cuotas
sindicales, debido a que el estado podría dejar de retenerlas
directamente de los cheques, como ocurre actualmente.
Además, promovería referendos anuales, en los que los trabajadores
podrían votar, de manera secreta, para determinar si desean seguir
perteneciendo al sindicato o no. A mediano plazo el resultado será que
los sindicatos tendrán muchos menos recursos para contribuir
políticamente a las campañas y causas del Partido Demócrata.
Esto es sumamente importante para las aspiraciones de reelección del
presidente Barack Obama, ya que si bien en el Partido Republicano las
principales contribuciones provienen del sector privado, en el caso de
los demócratas el financiamiento llega precisamente de los sindicatos de
trabajadores al servicio del estado.
De acuerdo con una nota del 11 de marzo de 2010, publicada en el periódico The Washington Examiner,
la Federación de Empleados de Estados, Condados y Municipios (AFSCME
por sus siglas en inglés) contribuyó con 400 millones de dólares durante
las campañas demócratas del 2008.
El gobernador Walker y los líderes republicanos han puesto a los
trabajadores contra la pared y han buscado que la opinión pública
respalde la propuesta. "Si no logramos que los sindicatos acepten la
propuesta, entonces tendremos que balancear el presupuesto de una manera
más radical, tendremos que despedir a por lo menos 6 mil trabajadores
estatales y tendremos que eliminar el seguro médico a cientos de miles
de niños de familias de bajos recursos".
El movimiento conservador ha sabido aprovechar con toda precisión la
creciente frustración de la población por la lenta recuperación
económica que no termina de sentirse en los bolsillos de las familias
trabajadoras, y que se ha canalizado en contra de las supuestas elevadas
prestaciones que tienen los trabajadores del sector público.
El libro Unsustainable, por ejemplo, de James E. MacDougald,
que ha sido un éxito de ventas y publicado en junio de 2010 por Marsden
House Publishers, asegura que las prestaciones a los burócratas son en
parte causantes del gigantesco déficit presupuestal que enfrenta Estados
Unidos.
"Los maestros se retiran a los 50 años, con salarios que muchas veces
rebasan los 100 mil dólares anuales, además de que cuentan con seguro
médico gratuito", dice la reseña del libro. "El caso de los policías y
bomberos es todavía más ilustrativo”, ya que "se retiran a la edad de 40
años con pensiones de más de 100 mil dólares anuales".
T.J. Polinsky, un obrero no sindicalizado del área de la construcción
en el condado de Riverside, en California, refleja con toda claridad el
sentimiento anti sindical que ha ido fomentado el partido republicano
en los últimos años.
"Yo trabajo de sol a sol, te aseguro que mucho más que cualquier
empleado del gobierno, pero yo no tengo, como ellos, garantizado el
seguro médico, ni mi pensión de retiro, ni otras prestaciones a las que
ellos si tienen derecho", declara a Apro.
"No es justo. Me parece que está bien lo que está haciendo el
gobernador de Wisconsin, ojalá lo hicieran también aquí en California",
agrega.
La propuesta, que en otros tiempos podría haber parecido descabellada
y políticamente incorrecta, en este momento tiene muchos simpatizantes,
los mismos que apoyan retirar la ciudadanía a los hijos de los
inmigrantes indocumentados, o los que se oponen a las leyes que
favorecen el aborto, o los que combaten el matrimonio entre
homosexuales, o que pugnan en favor de la enseñanza en las escuelas de
la teoría de la creación y el rechazo a la teoría primera de la
evolución, entre otros muchos temas.
George Lakof, autor de los libros The political mind, Moral politics y Don't think of an elephant, comenta a Apro que en Wisconsin se está jugando el futuro del movimiento sindical de Estados Unidos, pero también el del Partido Demócrata.
"Si el plan de Wisconsin de desmantelar los sindicatos de
trabajadores funciona, los sindicatos tendrán mucho menos dinero para
apoyar al Partido Demócrata, mientras que los conservadores van a poder
recaudar fondos de campaña prácticamente sin oposición en la mayoría de
las campañas, incluyendo las elecciones presidenciales. Esto significara
que la ola conservadora se extenderá a prácticamente todos los demás
temas de interés nacional”, dice Lakof.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/88856
La imagen no procede de la fuente original
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/88856
No hay comentarios:
Publicar un comentario