A poco de andar, el pueblo
que hizo posible el triunfo electoral cuatro meses antes, vio que, una
vez pasado los aplausos, aparecían las dificultades para hacer posible
la recuperación de casi ocho millones de hectáreas que ocupan
ilegalmente personeros del estronismo, entre los que destacan varios
prominentes personajes de la casa de Astrea.
Ese
escollo, sumado a otros que ponen los círculos más retardatarios y a la
incapacidad operativa del propio gobierno, permite pensar que Lugo
terminará su período quinquenal en el 2013 sin hacer nada para que los
600 mil campesinos empobrecidos, algunos en la miseria absoluta, puedan
contar con un palmo de tierra para vivir dignamente con su familia.
Un
mérito, indudable, del gobierno del cambio, se ha registrado, en
cambio, en la negociación con Brasil para que este país respete el
derecho paraguayo de comenzar a beneficiarse con el 50 por ciento que le
corresponde de la producción energética de la binacional Itaipú,
acuerdo suscrito por Lula y Lugo, pero que depende aún de una difícil
aprobación del Congreso brasileño.
En virtud de
ese acuerdo, de julio del año pasado, el socio grande aceptó triplicar,
de 120 a 360 millones de dólares/año el pago por el 45 por ciento de la
electricidad que el socio menor no consume, pero que, por trampas del
tratado suscrito entre las dos dictaduras militares en el año 1973,
Paraguay tampoco puede vender a un tercer país, por lo cual sus recursos
siguen secuestrados por el gigante vecino.
La
salud pública gratuita es casi una realidad en este país, porque el
decreto existe desde hace un año y está en marcha, pero su aplicación
tiene impedimentos de todo tipo, que van desde la falta de
infraestructura hasta el déficit de personal hospitalario, con una gran
concentración de médicos en las ciudades y con una hemorragia de las
enfermeras más capacitadas que han emigrado hacia España, Italia y
Suiza.
Entre las medidas de Lugo hay que
destacar también esfuerzos por dignificar al trabajador, con la creación
de una oficina de supervisión laboral en la región chaqueña, donde los
indígenas están sometidos a un régimen de esclavitud por las pocas
empresas que operan en esas vastas y despobladas tierras, reino de
comunidades menonitas muy enriquecidas y tan buenas productoras como
racistas, para nada integradas a la sociedad paraguaya, después de 80
años de su llegada, provenientes de varios países.
Las
empleadas domésticas comienzan a recibir un trato menos despreciativo
por sus empleadores, y la institución de las criaditas, niñas campesinas
arrancadas de su hogar por la miseria, surgen a la luz pública y su
drama recibe algo de atención de las autoridades, así como unas cien mil
familias reciben una pequeña asistencia del Estado y la Seguridad
Social también registra algunas mejoras.
El
año y medio del gobierno de Lugo se sella con dos reclamaciones
opuestas, por un lado el pueblo que continúa apoyando el proceso de
cambios pero exige, desde un ángulo crítico, profundización en las
políticas sociales, como se reclamó este primero de mayo, donde algunos
manifestantes tildaron de mentiroso al mandatario.
Confunden
inmunidad por impunidad
Enfrente está la
derecha que ve todo mal, sin pizca de autocrítica por el grado de culpa
que tiene por toda la corrupción y desgobierno que legó a Lugo y por su
actual actitud negacionista y de complicidad con la corriente ultra
retardataria que se ha ido desprendiendo y que bordea posiciones
fascistas, atrincherada en la Vicepresidencia y en el parlamento, en el
que sólo el 10 por ciento de las 120 bancas apoya al gobierno.
Al
decir de Discépolo, “todo es igual, nada es mejor”, desde el
Vicepresidente Federico Franco hasta el General retirado Lino Oviedo,
amo absoluto y Mesías del Partido Unace, con los Senadores Alfredo
Jaegli, Calé Galaverna, Yoyito Franco, Martín Chiola, Tito Saguier y
otros, conforman una casta de renegados que han fundido en uno solo, los
colores de los partidos colorado y liberal, en frenética cruzada contra
Lugo.
La cabeza del ex Obispo es el objetivo
táctico, inmediato, pero el estratégico es acabar con el proceso de
cambios, para lo cual acarician relanzar un juicio político contra Lugo
en las próximas semanas, una vez que terminen, en el previsible fracaso,
los 30 días del Estado de Excepción decretado para combatir la
violencia.
Con participación de la policía y el
ejército, asesorados por expertos de Estados Unidos y algunos
funcionarios colombianos en contrainsurgencia y espionaje, los cinco
departamentos más miserables, en el norte del país, son el escenario del
operativo.
En esa región se han producido dos
secuestros de ganaderos, y reinan bandas de narcotraficantes,
contrabandistas de toda laya, con participación de agentes uniformados y
donde actuaría el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), algo que suena a
ideales subversivos, herramienta de la mafia, y novelas mediáticas que
son argumento para que la derecha intente crear una sicosis colectiva de
inseguridad.
Todo proyecto de ley que el Poder
Ejecutivo presenta al legislativo, apuntando a algún beneficio al
pueblo, es rebotado por el grupo de la derecha rancia y sus amanuenses,
esposas, primos, cómplices, deudores de financiación de bancas,
atrincherados en el palacio, convertido en una vil guarida de víboras
venenosas.
La propuesta para sancionar en ley
el Impuesto a la Renta Personal, con la Declaración Jurada Patrimonial,
que desde el 2004 se aplica irregularmente, y gracias a que Hacienda
aceptó disminuir de 30 a 10 por ciento los impuestos al empresariado,
fue saboteado la pasada semana de manera grosera y humillante,
encajonada hasta el 2013, cuando se termina el mandato de Lugo y abrigan
la esperanza de eliminarlo.
Jaegli dice que no
es necesario ni cuestión del gobierno conocer el origen de la fortuna
de cada habitante rico del país, y que la inmunidad parlamentaria lo
faculta para hacer y decir lo que quiera y donde quiera y contra
cualquiera, como importar aviones sin pagar impuesto o prohibir el
acceso al parlamento de miembros del gobierno que no sean del agrado
ideológico de su círculo selecto.
Ese mismo
personaje, traidor a los ideales del liberalismo, presentó un proyecto
para que sean barridos de la calle los niños limpia parabrisas,
vendedores de baratijas, los que hacen piruetas para conseguir una
limosna, o las madres con hijos en brazos que mendigan para comer,
porque “ello constituye una amenaza para nuestra seguridad y para
nuestros vehículos”.
fuente, vìa:
http://www.argenpress.info/2010/05/paraguay-vil-madriguera-parlamentaria.html
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