Ciudad de Guatemala, Guatemala.
El exilio e incluso la muerte son consecuencia de la defensa de la vida
y el territorio en Guatemala, afirma Francisco Lucas Pedro, joven maya
que vive fuera de su comunidad debido a la represión que trajo consigo
la posible instalación de una hidroeléctrica en su territorio, Barillas.
Francisco Lucas Pedro, Chico, como
lo conocen en su comunidad y su organización, es un maya qanjob
originario de Yula Imxolá Santa Cruz, municipio de Barrillas. Las
tierras de su pueblo están en riesgo de despojo por parte de la empresa
Hidro Santa Cruz S.A., que pretende construir una hidroeléctrica.
Chico fue desplazado por el conflicto que generó el gobierno de Guatemala en una vasta región indígena. En entrevista con Desinformémonos,
el indígena explica que su comunidad era tranquila antes de la llegada
de la empresa, con los problemas que todos los pueblos presentan. Sin
embargo, después de la llegada de Hidro Santa Cruz, se dejaron de
respetar las formas de las comunidades y empezaron a violar la consulta
comunitaria, así como los derechos individuales y colectivos, afirma.
“Empezaron a circular por carreteras sin aviso y sin pedir permiso”,
agrega.
La población resiste los
planes de Hidro Santa Cruz para construir una hidroeléctrica desde hace
años. En 2007 se realizó una consulta comunitaria de acuerdo con el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la
que la población fue consultada acerca de su actitud hacía minería y
otros proyectos de gran escala. Un total de 46 mil 479 personas
rechazaron este tipo de proyectos en sus tierras.
Francisco
Lucas Pedrose suma a los casos de cientos de campesinos defensores de
la vida, el agua y el territorio que son perseguidos políticos dentro de
Guatemala. Su exilio comenzó cuando se declaró el Estado de Sitio en
Barillas, en mayo del 2012.
Después
de la llegada de la empresa, la organización creció en coordinación, y
se establecieron acuerdos, actas comunitarias y municipales. “Platicamos
las ventajas y desventajas de este proyecto, pero las empresas
ignoraron este proceso y empezaron a generar violencia y división”.
“Después
de la firma del proceso de paz en Guatemala y la desmovilización de los
grupos guerrilleros”, relata Chico, “se estableció mucha cooperación
entre las comunidades”.
Cuando las
empresas se dieron cuenta de la fuerza del rechazo a sus proyectos,
empiezan a generar información contra el movimiento, relata el
comunitario. Se dio entonces el asesinato de Andrés Pedro Miguel y las
heridas a dos más. La represión aumentó, pero también la organización,
relata Chico. “Realizamos un montón de documentos de todos los niveles”, ejemplifica.
La
estrategia de división de la empresa originó fuertes discusiones en las
familias, las comunidades y el municipio. “La posición de mi familia es
que el proyecto de la hidroeléctrica no trae ningún beneficio para la
comunidad. La discusión fue que la vida hay que defenderla y no nos
podemos quedar con los brazos cruzados”, informa Lucas Pedro.
“Históricamente tenemos un proceso de organización. No hemos descansado,
desde los abuelos de nuestros abuelos siempre estamos en lucha”, señala
el joven.
La organización es un
proceso, añade Chico. “Entre mayor es la represión, la organización
cambia más”, sentencia. Indica que antes del Estado de Sitio, en
Barillas existía una organización en defensa de los recursos naturales.
El gobierno la detectó y descabezó. Sin embargo, después surgió otro
movimiento donde se integraron no solo las comunidades, sino muchas
poblaciones más grandes.
Entre los
perseguidos y encarcelados después del Estado de Sitio se encuentran
Arcadia Aurora Velásquez López, Saúl Aurelio Méndez Muñoz, Jaime
Leocadio Velásquez Méndez, Emilio Reginaldo Méndez Mérida, Efraín Méndez
López, Daniel Domingo Mateo, Ramón Esteban Felipe, Pascual de Pascual
Pedro, Francisco Pedro Pedro, Gregorio Waldemar Mérida Velásquez, Miguel
Ángel Méndez Sosa, Paulo Mateo Juan, Artemio Rubén Herrera Herrera,
Francisco Lucas Pedro, Tomás Domingo Simón, Genaro Diego Francisco,
Gregorio Sebastián Mateo, Alonso Juan, José Francisco, Juan Bernabé,
Angelina Francisco, Pedro Ramírez y Esteban Bernabé Gaspar.
“Tenemos
que buscar la manera de sobrevivir y defender este territorio, que es
nuestro. Aquí nacimos y aquí moriremos”, sentencia el joven indígena.
“Antes de ser asesinado, Daniel Pedro me dijo que mi exilio es una
consecuencia de la lucha, pero que incluso si es la muerte lo será por
una causa justa: la vida de los pueblos y de las nuevas generaciones”,
señala Francisco Lucas Pedro.
Existe una relación entre la vida y el territorio, relata Chico.
“El territorio siempre ha existido y el hombre ha estado maltratando a
la Madre Tierra. Tenemos que pensar mucho, y que fuera del territorio
podemos hacer muchas cosas, como construir los espacios de lucha”,
concluye Francisco Lucas Pedro, Chico.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2014/07/represion-exilio-o-muerte-consecuencia-de-defender-el-territorio-en-guatemala/
No hay comentarios:
Publicar un comentario