Son múltiples las formas de lucha que está tomando la ciudadanía del
Estado español contra el “recortazo” a las políticas sociales y
laborales emprendidas por el Gobierno del Partido Popular obedeciendo a
la dictadura de los mercados. El Gobierno ha pedido decenas de miles de
millones de euros para salvar a la banca privada y a cambio, las
instituciones financieras internacionales, que no ha elegido el pueblo
español, obligan a realizar dichos recortes.
El Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho un pleno, ya que ha incumplido
los compromisos electorales hasta llegar a realizar lo contrario de lo
que prometieron. Pero lo peor y síntoma de que la democracia murió, ha
prescindido de la ciudadanía para imponer lo que la perjudica duramente.
El pueblo ya no cuenta para el Gobierno. Un ejemplo ha sido su negativa
a sentarse a dialogar con el sector minero.
Cabría esperar que un Gobierno obediente y que cede la soberanía del
país contentaría a los que ordenan y mandan, los llamados “mercados”.
Pero no. Estos se muestran más insaciables. Cuántos más recortes y
privatizaciones, más piden. Y no perdonan. La prima de riesgo del Estado
español sigue por encima de los 500 puntos, obligando a pagar por su
deuda unos intereses desorbitados. Y el Gobierno reitera “España no es
Grecia”. Pues lamentablemente se va pareciendo mucho. Se están
repitiendo los mismos errores y este Gobierno no demuestra su capacidad
para optar por un camino diferente que no lleve al precipicio de las
mayorías, mientras se enriquecen las minorías.
Y para muestra un botón. Es más, un botón real. El yerno del rey,
procesado y presunto estafador, Iñaki Urdangarín, con la que está
cayendo, renueva por Telefónica cobrando más de 2 millones de euros a
año. Si al final es condenado judicialmente sería despedido, pero ya ha
blindado ese despido con una indemnización de más de 4 millones de
euros.
Y cómo señalábamos, algo está cambiando en la sociedad, porque son
múltiples las formas de protesta y rebeldía contra una dictadura
impuesta. Una dictadura que ve como organismos que nadie ha elegido
democráticamente exigen medidas que perjudican a millones de personas,
sumiéndolas en la pobreza y el desempleo. “Lo llaman democracia y no lo
es” es uno de los gritos más escuchados de las manifestaciones.
La semana pasada se caracterizó por la realización de manifestaciones
espontáneas, convocadas por redes sociales, donde miles de personas
salieron a las calles de diferentes localidades del Estado, con un gran
peso en Madrid. El silencio de los medios, cuya propiedad recae en los
mismos que mandan, intentó ningunear la protesta ciudadana. Pero frente a
ese silencio mediático, surge la acción de los medios ciudadanos.
Medios comunitarios y formas de hacer periodismo activista desde los
propios colectivos sociales se han erigido como los altavoces del
descontento ciudadano expresado en las calles. Esta semana ha comenzado
con más manifestaciones. Las últimas protagonizadas por funcionarios,
incluidos policías, guardias civiles, bomberos, médicos o abogados.
Incluso los que nunca se pronuncian, los militares, a través de la
Asociación Unificada de Militares, AUME; ha hecho un comunicado en el
que critica los recortes y señala que se unirán a las manifestaciones
para reclamar los derechos que nunca se debieron perder.
Es decir, a pesar del silencio mediático, algo está cambiando en el
Estado español. La gente parece estar despertando y perdiendo el miedo a
la protesta. Y el día 19 se esperan grandes manifestaciones en multitud
de ciudades.
Pero aún hay más. Al igual que los mineros realizaron una Marcha, la
Marcha Negra, colectivos de desempleadas y desempleados realizan Marchas
desde diferentes puntos cardinales hacia Madrid. Anuncian su llegada
para el día 21 de julio. Desde Radio QK, de Asturias, nos ofrecen la
entrevista con Javier, uno de los marchistas a su paso por la ciudad de
Valladolid.
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Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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