Este es un artículo de
opinión de Michael
Shermer, fundador de la Skeptics Society. Puedes consultar su
página de la Wikpedia en español
y en inglés.
¿Cuál es la diferencia entre un “negador” y un escéptico? Cuando yo digo que soy escéptico, quiero decir que evalúo lo que se me dice desde un enfoque científico. Un escéptico del clima, por ejemplo, examina las teorías que se le presentan una por una, con cuidado analiza las pruebas de todas ellas y está dispuesto a aceptar los hechos sea cual sea el lugar al que le lleven.
Un negador del clima tiene una posición vigilante de antemano y ordena los datos empleando un “sesgo de confirmación” -la tendencia a buscar y encontrar puebas que confirmen las creencias pre-existentes e ignorar o despreciar el resto.
El escepticismo es consustancial al proceso científico porque la mayoría de las teorías resultan ser falsas. Separar el polvo de la paja cuando hay una gran cantidad de charlatanería requiere de una gran capacidad de observación y una experimentación cuidadosa. La ciencia es escepticismo y los buenos científicos son escépticos.
La negación es diferente. Es la refutación de una teoría independientemente de las pruebas que la sustenten. El negacionismo es generalmente alentado por una ideología o por una creencia religiosa, donde el compromiso a la creencia es anterior y preponderante sobre las pruebas. La creencia va primero, las razones para creer después y las razones sólo se dan para asegurarse de que las creencias permanecen intactas.
La negación está actualmente relacionada sobre todo con el clima, pero también se puede encontrar en otras partes. Por ejemplo, hay gente que no cree que el VIH provoque el SIDA. Otros creen que el holocausto no ocurrió en realidad o rechazan las abrumadoras pruebas que sustentan la evolución. Los negadores tienen mucho mérito, les da igual la cantidad de pruebas que se les pongan delante, siempre seguirán negándo la teoría.
Aunque la distinción entre el escepticismo y la negación está suficientemente clara en principio, separarlos en el mundo real puede ser difícil. Por ejemplo, en algunos círculos, aquellos que se atreven a retar el “consenso” climático son tachados rápidamente de negadores y se les coloca en el mismo saco que a los demás. ¿Crees en el calentamiento global? Responde sin dudar que sí o te arriesgas a ser calificado como un negador del clima y te pondrán en la misma bolsa que los que niegan el holocausto o la evolución.
Aun así, hacerse estas preguntas como si fuese una cuestión de fé es un sinsentido. O bien la Tierra se calienta poco a poco o bien no lo hace, da igual cuánta gente lo crea o no. Cuando digo “yo creo en la evolución” o “yo creo en el big bang”, es algo muy diferente a cuando digo, “yo creo en los impuestos indirectos” o “yo creo en la democracia liberal”.
La evolución y el big bang pueden ser ciertas o no serlo; ambas cuestiones pueden, en principio, ser resueltas con más datos y mejores desarrollos teóricos. Pero la estructura fiscal correcta no será resuelta con más datos o una mejor teoría. Son posiciones ideológicas que están establecidas bajo un debate subjetivo. Los liberales están comprometidos con una visión de la sociedad buscarán pruebas que apoyen sus creencias políticas, mientras que los conservadores se apoyarán en su forma de ver el mundo. Ambas partes son escépticas de la posición contraria, ambas niegan información que contradice su forma de ver la situación y, en muchos casos, las discusiones no se resuelven basándose en hipótesis o teorías sino por el resultado de una elección.
Lo que ocurre muchas veces es que la gente confunde estas dos cuestiones -la científica y la ideológica. A veces esa confusión es deliberada. La negación es un resultado. Así, una manera de distinguir un escéptico de un negador es el punto al que están dispuestos a actualizar sus datos cuando llega nueva información. Los escépticos cambian de opinión. Los negadores simplemente siguen negando.
Este artículo ha sido traducido de New Scientist y publicado bajo licencia CC by-sa
fuente, vìa, post original , tomado de :
http://cienciatraducida.wordpress.com/
¿Cuál es la diferencia entre un “negador” y un escéptico? Cuando yo digo que soy escéptico, quiero decir que evalúo lo que se me dice desde un enfoque científico. Un escéptico del clima, por ejemplo, examina las teorías que se le presentan una por una, con cuidado analiza las pruebas de todas ellas y está dispuesto a aceptar los hechos sea cual sea el lugar al que le lleven.
Un negador del clima tiene una posición vigilante de antemano y ordena los datos empleando un “sesgo de confirmación” -la tendencia a buscar y encontrar puebas que confirmen las creencias pre-existentes e ignorar o despreciar el resto.
El escepticismo es consustancial al proceso científico porque la mayoría de las teorías resultan ser falsas. Separar el polvo de la paja cuando hay una gran cantidad de charlatanería requiere de una gran capacidad de observación y una experimentación cuidadosa. La ciencia es escepticismo y los buenos científicos son escépticos.
La negación es diferente. Es la refutación de una teoría independientemente de las pruebas que la sustenten. El negacionismo es generalmente alentado por una ideología o por una creencia religiosa, donde el compromiso a la creencia es anterior y preponderante sobre las pruebas. La creencia va primero, las razones para creer después y las razones sólo se dan para asegurarse de que las creencias permanecen intactas.
La negación está actualmente relacionada sobre todo con el clima, pero también se puede encontrar en otras partes. Por ejemplo, hay gente que no cree que el VIH provoque el SIDA. Otros creen que el holocausto no ocurrió en realidad o rechazan las abrumadoras pruebas que sustentan la evolución. Los negadores tienen mucho mérito, les da igual la cantidad de pruebas que se les pongan delante, siempre seguirán negándo la teoría.
Aunque la distinción entre el escepticismo y la negación está suficientemente clara en principio, separarlos en el mundo real puede ser difícil. Por ejemplo, en algunos círculos, aquellos que se atreven a retar el “consenso” climático son tachados rápidamente de negadores y se les coloca en el mismo saco que a los demás. ¿Crees en el calentamiento global? Responde sin dudar que sí o te arriesgas a ser calificado como un negador del clima y te pondrán en la misma bolsa que los que niegan el holocausto o la evolución.
Aun así, hacerse estas preguntas como si fuese una cuestión de fé es un sinsentido. O bien la Tierra se calienta poco a poco o bien no lo hace, da igual cuánta gente lo crea o no. Cuando digo “yo creo en la evolución” o “yo creo en el big bang”, es algo muy diferente a cuando digo, “yo creo en los impuestos indirectos” o “yo creo en la democracia liberal”.
La evolución y el big bang pueden ser ciertas o no serlo; ambas cuestiones pueden, en principio, ser resueltas con más datos y mejores desarrollos teóricos. Pero la estructura fiscal correcta no será resuelta con más datos o una mejor teoría. Son posiciones ideológicas que están establecidas bajo un debate subjetivo. Los liberales están comprometidos con una visión de la sociedad buscarán pruebas que apoyen sus creencias políticas, mientras que los conservadores se apoyarán en su forma de ver el mundo. Ambas partes son escépticas de la posición contraria, ambas niegan información que contradice su forma de ver la situación y, en muchos casos, las discusiones no se resuelven basándose en hipótesis o teorías sino por el resultado de una elección.
Lo que ocurre muchas veces es que la gente confunde estas dos cuestiones -la científica y la ideológica. A veces esa confusión es deliberada. La negación es un resultado. Así, una manera de distinguir un escéptico de un negador es el punto al que están dispuestos a actualizar sus datos cuando llega nueva información. Los escépticos cambian de opinión. Los negadores simplemente siguen negando.
Este artículo ha sido traducido de New Scientist y publicado bajo licencia CC by-sa
fuente, vìa, post original , tomado de :
http://cienciatraducida.wordpress.com/
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